La ecuación del poder ha cambiado fuertemente en las últimas semanas en la exAFIP, hoy redenominada Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Los nuevos designados por la Casa Rosada, Andrés Vázquez en la Dirección General de Aduana (DGA) y Andrés Velis, en la Dirección General Impositiva (DGI), avanzan con fuerza en la nueva estructura reformada.
Vázquez y Velis son dos históricos del área, con lazos con la Inteligencia, un expertise que en la Casa Rosada pareció terminar inclinando la balanza hacia ellos para ocupar dos lugares centrales, cuando se acercaba el final de octubre.
En un anuncio que sacudió la estructura interna con la amenaza de más de 3000 despidos, el tema bajó varios decibeles en cuanto a reclamos sindicales y en las filas libertarias apuntan a que ambos directores “controlaron” la situación. La clave fue que en los hechos hubo pocos despidos y no se efectivizaron los recortes en sueldos, pese a los anuncios que se iría contra ambos puntos.
Sin mayores precisiones de cómo avanzará a futuro con ese tema, los desembarcos de Velis y Vázquez se plasmaron rápidamente en los desplazamientos de funcionarios que respondían a Sergio Massa y su hombre en el organismo, Guillermo Michel, como explicaron a este diario fuentes de Balcarce 50.
En paralelo al rol de ambos desde su desembarco, la titular del ARCA, Florencia Misrahi, trabaja en la nueva estructura de la exAFIP, con el que apuntan a una mayor simplificación de trámites y por estos días cuentan que está “completamente abocada al blanqueo” de capitales que finalizó el viernes.
En Casa Rosada, mientras hay quienes suponen que Misrahi “en algún momento se va a ir”, pero agregan que “en todo caso dependerá de ella” luego de la designación de los dos directores de peso propio a quienes ella no conocía. Otros descartan de plano esa posibilidad. Creen que a pesar de las múltiples versiones de su salida, se mantendrá en el cargo. Es lo que la funcionaria transmite en charlas reservadas, donde transmite que no piensa dejar su cargo.
En la previa a los cambios, la estructura y organigrama sobre la que terminó quedando parada Misrahi estuvo cerca de desaparecer. Según cuentan fuentes cercanas al organismo la idea fue directamente disolver la AFIP y que solo quedara en pie la Aduana y un área impositiva. Una idea que se le adjudica a Santiago Caputo y que habría terminado frenado por su tío, el titular del Palacio de Hacienda, Luis “Toto” Caputo.
Sobreviviente de ese cambio que no fue, aunque parada en una posición incómoda, Misrahi trabaja por su lado, mientras que Vázquez y Velis, lo hacen por el suyo. La titular del ARCA observó los cambios bajo la órbita de ellos aunque sin inmiscuirse o firmar las resoluciones que cambiaron fichas internas. Dicen que la convivencia es “profesional pero tensa”.
Por lo pronto, desde el organismo ratifican a rajatabla su continuidad y enumeran la cantidad de disposiciones de simplificación detrás de las que estuvo y está en los últimos días, al tiempo que destacan su trabajo en conjunto con el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, lo que lo suben a su dedicación al blanqueo.
El caso de Lodovico, el mayor exponente de la era pasada en Aduana
Entre la última semana de octubre, poco después de sus designaciones, y la primera de noviembre, Vázquez y Velis, ya comenzaron a firmar decisiones que se publicaron en el Boletín Oficial. La mayoría de ellas llevaron la firma de Vázquez. Fuentes cercanas a Misrahi dicen que lo pueden hacer porque son decisiones de sus áreas.
Se trató precisamente de nuevas designaciones y, como contrapartida, desplazamientos. En Casa Rosada, desde donde sale el mayor aval para ambos funcionarios, aluden a que el común denominador de esos desplazamientos es que eran personas cercanas o que respondían directamente a Massa y Michel. “Son cambios lógicos después de un cambio de autoridades”, explican desde el organismo.
Entre los desplazamientos, que suman más de se incluyó el de Rosana Lodovico, la funcionaria denunciada por haber tomado junto a su exmarido, deuda de una empresa señalada por contrabando. En mayo, poco después de conocerse el caso vía LA NACION, en la AFIP, Lodovico ya había sido desplazada, pero ahora pasará a tener menos poder aún. No tendrá estructura, ni personal a cargo.
Lodovico, cercana a Massa y Michel, es investigada por la justicia federal, en cabeza de Eugenia Capuchetti y Alejandra Mángano, investigada por la toma de esa deuda de US$250.000 con una empresa denunciada por contrabando. El crédito fue acordado en 2022 con una sociedad anónima llamada Promarlon SA, tal como consta en su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción. El presidente de la empresa, Claudio Gabriel Szlaien, se había acogido a una moratoria en agosto de ese año (dos meses antes del préstamo) para pagar deudas aduaneras ocasionadas por contrabando agravado en el que incurrió la compañía. En ese momento, para poder ingresar al régimen de pago, requirió el visto bueno de la Aduana.