Situado a la derecha de uno de los palcos del primer piso del Palacio, Santiago Caputo observaba la postal atípica de un hemiciclo semivacío durante la Asamblea Legislativa. Todo “marchaba acorde al plan”, pero Facundo Manes puso en alerta al consejero cuando osó interrumpir el discurso del presidente Javier Milei. Lo hizo para enrostrarle el escándalo alrededor del criptogate y la designación por decreto de los jueces en la Corte Suprema de Justicia. Mientras Manes agitaba un ejemplar de la Constitución en señal de protesta, Caputo lo fulminó con la mirada. De pie y apoyado en la baranda de mármol, alzó la voz para increpar al diputado radical. “Callate”, le gritó. Pero el médico hacía caso omiso a sus “shhh” y el asesor que mueve los hilos del Estado en las sombras comenzó a exaltarse. “Ya me vas a escuchar”, le decía, según relataron testigos del hecho.

La acalorada discusión continuó apenas concluyó la proclama presidencial. Caputo señaló sus ojos con los dedos en forma de “v” para reforzar el tono intimidatorio de su mensaje. Apenas se levantó de su banca, el legislador hizo una pausa y apeló a la ironía para devolver la chicana: le tiró besos al estratega. A Caputo lo notaron desencajado con el gesto de Manes. “Esto no termina bien”, pensó uno de los exégetas del asesor que presenciaba la escena.

De prisa, Caputo salió del palco y esquivó el control de seguridad que habían dispuesto las autoridades de ambas cámaras en ese sector para dar tiempo a que el Presidente se retirara del recinto. Macarena Alifraco, la mano derecha de Caputo en el corazón del poder, quedó atascada en el pasillo por la barrera humana de los guardias. Agustín Romo y Daniel Parisini, alias “el Gordo Dan”, custodios políticos de Caputo, corrieron con la misma suerte. No podían abalanzarse, pese a que se trenzaron con Pablo Juliano, porque debían aguardar a que se fueran los padres de Milei. Tampoco consiguieron seguirle el tranco el resto de los integrantes del círculo íntimo del hombre orquesta del Gobierno: el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, o el funcionario Lucas “Sagaz” Luna y Ezequiel Acuña, piezas clave de la comunicación digital de LLA. Al igual que su mentor, todos ellos portaban en la solapa de sus sacos el broche con el logo de la agrupación militante “Las Fuerzas del Cielo”, basado en la Cruz Orlada de Benjamín Solari Parravicini. Como Caputo, creen que Milei es el “hombre gris”, el gran protagonista de las profecías del artista.

Apenas se escurrió entre la muchedumbre, el consejero de Milei bajó raudamente las escaleras y entró como una tromba en el pasillo que lleva al Salón de Pasos Perdidos. Parecía que sabía de antemano que por ese lugar iba a salir Manes. Cuando se lo topó, Caputo se acercó para increparlo. “Ya me vas a conocer”, le advirtió, mientras le pegaba dos palmadas en el pecho.

“Bajó con una patota”, alertó Manes. Sin embargo, los escuderos de Caputo se enteraron del altercado minutos después. Afuera del palacio, ya fumando un cigarrillo, el asesor sacó el celular y les dio la orden de que salieran. Mientras aceleraban el paso, varios de sus laderos se arrepintieron de no haberlo contenido, sobre todo, cuando escucharon que Cristian Ritondo comentaba que Manes denunciaba que le había propinado golpes de puño. El macrista lo había visto en los monitores de la televisión. “Se pudrió todo. ¿Saben algo?”, preguntó uno de los guardianes de Caputo. De hecho, el youtuber Franco Iván Jeremías Antunes Puchol, conocido como Fran Fijap, fue el único integrante del universo libertario que presenció el incidente. Pero “Fijap” no forma parte del entorno de confianza de Caputo, sino que responde a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

Las imágenes corrieron en las redes como un reguero de pólvora apenas terminó la transmisión oficial. Ya en la calle, Caputo reclutó a sus fieles para darles su versión del entredicho con Manes y delinear la narrativa oficial. Negó que lo haya amenazado o que lo haya golpeado. Pero reconoció que lo había encarado para recriminarle su actitud. Ya había desahogado su ira: “No pasó nada; le dije que no se haga el canchero”, insistió. Quienes lo rodean deslizan que intentó quitarle trascendencia a sabiendas de que había levantado demasiado el perfil, un traspié que puede dejar al borde de la “guillotina” de Karina Milei a cualquier exponente de LLA.

Santiago Caputo increpa a Manes en los pasillos del Palacio

Desde que se convirtió en el ideólogo supremo de Milei, Caputo se mueve con un aura de misterio en el nuevo ecosistema del poder. El gran titiritero del relato oficial ejerce su influencia en las áreas más sensibles de la administración, como la SIDE, donde colocó a Sergio Neiffert, o la ex-AFIP, y se inmiscuye directamente en decisiones de ministerios, empresas estatales u organismos públicos, donde coloniza áreas con soldados fieles. Alter ego de Milei, Caputo quedó a cargo del control y la gerencia del Estado. Dicho de otro modo: maneja la botonera para satisfacer las demandas del Presidente.

Un análisis del círculo de confianza del principal consejero de Milei sirve para entender las dinámicas del nuevo esquema de poder. En el séquito de Caputo hay funcionarios, legisladores y, sobre todo, referentes de la militancia digital que lograron puestos codiciados en el Estado o influyen en la toma de decisiones. Tienen afinidad ideológica con Caputo, se autoperciben como el brazo protector de Milei en la “batalla cultural” contra el kirchnerismo e integran la agrupación Las Fuerzas del Cielo. Si bien la mayoría cultiva un bajo perfil, apuestan a ser protagonistas de la etapa que viene e incidir en la articulación política de LLA: quieren salir de la lógica de construcción del aparato tradicional. Por esa razón, tuvieron roces con Sebastián Pareja y Eduardo y Martín Menem, los armadores que responden a las directivas de Karina Milei, la dueña de las llaves del partido. No parece casual que el espacio de Las Fuerzas del Cielo, apuntalado por Caputo, haya cultivado un segundo plano desde el polémico acto de lanzamiento en San Miguel. Karina los ordenó”, dice un integrante de la vieja guardia de LLA. Por caso, los leales a Caputo se percataron de que la transmisión oficial no los había enfocado. ¿Un recado solapado que les envió El Jefe?

Todos los integrantes de la tropa tienen línea telefónica directa con Caputo y siguen el camino trazado por el “arquitecto del triunfo electoral” de Milei. De hecho, suelen hacer tertulias en el Salón Martín Fierro, situado a metros del despacho del asesor multifunción, en el primer piso de Balcarce 50. Allí se reunieron el sábado a la noche después de que finalizó el mensaje de Milei en la apertura de sesiones ordinarias. Mientras Caputo cenaba junto al Presidente y los integrantes del gabinete en el salón Eva Perón, ellos se pusieron a tejer la estrategia en redes para promocionar el discurso del Presidente entre la militancia libertaria. También discutieron la contraofensiva a Manes. Claro que siempre bajo la supervisión del asesor.

La mesa chica de Caputo se nutre de militantes jóvenes de Milei que se jactan de promover la agenda ultraconservadora, antiprogresista, antifeminista, antiwoke y profamilia.

Quién es quién

Alifraco es la colaboradora todoterreno de Caputo. Es su sombra en la Casa Rosada y tiene un rol ejecutivo. De hecho, le molesta que la califiquen como la “secretaria” del asesor presidencial. Supo militar en Pro antes de dar el salto a la galaxia libertaria. Incluso, trabajó en consultoría privada durante la campaña presidencial de 2023. “Si Santiago fuera ministro, Macarena sería su jefa de gabinete. Llega antes que él y se va después”, describen cerca del estratega. Casi nunca se separa de él y suele manejar la agenda de Caputo. El padre de la mano derecha de Caputo es Edgardo Alifraco, legislador porteño del MID, un dirigente que supo estar cerca del macrismo durante años.

Alifraco, junto a Santiago Caputo,

La abogada María Ibarzábal Murphy, secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, es otra pieza fundamental del equipo de Caputo. Excolaboradora de procurador del Tesoro de Mauricio Macri, Bernardo Saravia Frías, Ibarzábal se encarga de pulir los proyectos de ley del Ejecutivo y es una de las interlocutoras con los dialoguistas en el Congreso. El sábado, la abogada con pasado en el estudio Cassagne se sentó junto a los ministros e intercambió guiños con Caputo y sus laderos fieles, que se ubicaron en el palco: Amerio y Romo.

María Ibarzábal Murphy, pieza clave del equipo de Caputo

Romo es uno de los personajes más influyentes del mundillo de Caputo. Fue director de comunicación digital durante la campaña de Milei y coordina el equipo de redes en la Casa Rosada. Gracias a su vínculo con Caputo, a quien conoció a través de Ramiro Marra en 2021, fue designado como jefe de bloque de diputados de LLA en Buenos Aires. Siente rechazo a la figura de Mauricio Macri y resiste la idea de que los libertarios converjan con Pro en las legislativas de 2025. Pese a que no ocupa un cargo en el Ejecutivo, suele pulular en el Salón Martín Fierro dos o tres veces por semana. Allí también suele estar Tomás Jurado, alias “El Peluca Milei”, otro influencer que recayó en puestos del Estado, y Francisco Caputo, hermano del consultor.

Tomás Jurado, junto a Parisini, Romo y Mariano Pérez

Romo, cuyo primer padrino político fue Joaquín de la Torre, acompañó a Caputo a Washington: fueron invitados a participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde Milei se reunió con Donald Trump.

Amerio, en tanto, conoce a Caputo desde hace años. Actual número dos de Mariano Cúneo Libarona, tiene un rol preponderante en la cartera. Por caso, asistió a la jura de Manuel García-Mansilla después de que Milei lo nombrara por decreto. Antes de llegar al Gobierno, trabajó en la Corte Suprema de Justicia, en la secretaría penal.

Caputo, junto a Sebastián Amerio

El rol del “Gordo Dan”

Parisini, conocido como “Gordo Dan”, es un influencer libertario y empresario –fundó “Carajo”, el canal de streaming oficialista–, también se ganó la confianza de Caputo antes de que Milei se pusiera la banda presidencial. De hecho, suele participar de las tertulias en el salón Martín Fierro cuando el asesor de Milei se alista para comunicar una decisión importante del Gobierno. “Ayuda a conocer qué le gusta más a la militancia para definir cómo comunicarlo. También discutimos sobre política”, cuentan.

El “Gordo Dan” es uno de los máximos referentes de Las Fuerzas del Cielo, “el brazo armado” de Milei, y el conductor de La Misa, el programa que galvaniza al núcleo duro de los libertarios. Es médico, pero desde hace tiempo oficia como “comisario político” en las redes, donde insulta a periodistas y opositores o anticipa la salida de funcionarios. Oriundo de Santiago del Estero, es un recluta de Caputo. Tiene una relación de amistad con Romo, quien ofició de nexo con el consultor.

Juan Pablo Carreira, conocido en las redes sociales como “Juan Doe”.

Otro personaje relevante en la mesa chica de Caputo es el tuitero Juan Pablo Carreira, cofundador del portal La Derecha Diario. Carreira, conocido como JuanDoe, es actual director nacional de Comunicación Digital. En el círculo de confianza de Caputo también orbita Ezequiel Acuña (@elpasanteok), quien fue socio de Carreira y Fernando Cerimedo, el consultor que manejaba los trolls de Milei, en Madero Media Group. Durante 2024, Acuña tuvo un contrato en el Estado: trabajó en el área de redes sociales de Radio y Televisión Argentina (RTA), que está a cargo de Eduardo González. Ahora, Acuña, quien fundó La Derecha Diario junto con “Doe”, colabora con la empresa Contenidos Públicos, pero no cuenta con una designación.

Lucas Luna, funcionario de Milei y coordinador de LLA en Tres de Febrero

“Sagaz” Luna, otro integrante del entorno de Caputo, es director titular de la empresa estatal Intercargo. Es un militante digital del mileísmo e influye en el armado de LLA en Tres de Febrero. En 2023, Milei lo bajó de la lista del Parlasur por su frase discriminatoria sobre Franco Rinaldi: “Nadie quiere votar a un discapacitado”, había dicho.

En la red “X” se presenta como un “Súper Agente Especial de Asuntos Importantes”. En el seno del grupo comentan con sarcasmo que el sábado hizo gala de su apodo. Es que Sagaz fue el ideólogo del prendedor de las Fuerzas del Cielo.

Santiago Caputo, junto Agustín Romo, Nahuel Sotelo y Sagaz

Nahuel Sotelo, de 29 años, es otro de los soldados de Caputo que ganan influencia. A fines de agosto fue designado como secretario de Culto y Civilización. Ferviente militante antiaborto, es crítico de la agenda 2030. Fue diputado bonaerense y conduce el grupo juvenil “La Julio Argentino”, por el expresidente Roca. La mayoría de ellos desfilaron durante la presentación de la Fundación Faro, el think tank libertario que armó Caputo para recaudar fondos.

Rodrigo Lugones

Por fuera del esquema de militantes digitales, Caputo conserva sus lazos con sus excompañeros en la consultora Move, como Rodrigo Lugones, Tomás Vidal y Guillermo Garat, actual responsable de Relaciones Institucionales de YPF. A ellos acude Caputo cuando requiere buscar perfiles con experiencia en la gestión pública o con praxis política. Por caso, Vidal le acercó a su primo, Manuel, excolaborador de Soledad Acuña y Finocchiaro, en medio del conflicto con las universidades por el recorte de presupuesto. En poco tiempo, Vidal supo ganar influencia en el mundillo de Caputo: en su interlocutor en ARCA y oficia de nexo con los gremios de la CGT.

En el círculo íntimo de Caputo asume como un traspié el incidente con Manes. “Javier lo bancó, pero él sabe que no tiene que tener tanto protagonismo. Se le salió la cadena”, comentan.

 Guillermo Garat