El presidente Javier Milei y la vice, Victoria Villarruel, se reencontraron públicamente luego de tres meses en los que mantuvieron una distancia que tiene como trasfondo una relación fría por las diferencias políticas entre ambos.
El reencuentro se dio primero en el ingreso del Congreso Nacional y luego en el atril de la presidencia del Senado, en la antesala del discurso de apertura de sesiones legislativas 2025.
La imagen del primer saludo que marcó el reencuentro público entre ambos no logró apreciarse durante la transmisión oficial en cadena nacional.
Tanto Milei como Villarruel compartieron la formalidad de la firma del libro de actas y luego caminaron hasta el recinto para dar inicio a la ceremonia, ajustándose a la formalidad y sin compartir un diálogo visible, al menos desde lo que se vio por la cadena nacional.
La última imagen pública de los dirigentes que integraron la fórmula que ganó las elecciones en 2023 fue en el mes de noviembre, durante un acto de la policía Federal en el que compartieron escenario.
Antes, en septiembre del año pasado, el jefe de Estado presentó el proyecto de presupuesto nacional cuando existía la posibilidad de que se discuta en el parlamento. Allí también se pudo ver un gesto de convivencia entre Milei y Villarruel.
Sin embargo, semanas después la fractura se hizo explícita.
La relación comenzó a mostrar fisuras a los tres meses de iniciado su mandato. El 18 de marzo de 2024, Villarruel convocó una sesión en el Senado que permitió a la oposición rechazar un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) clave de Milei, destinado a establecer los pilares de su gestión.
Fuentes de la Casa Rosada señalaron en su momento que un posible origen del malestar entre ambos está relacionado con que, al inicio del gobierno, Milei le habría adelantado la posibilidad a Villarruel de tener la supervisión de las áreas de seguridad y defensa. No obstante, estas carteras fueron asignadas a aliados del PRO, generando descontento en la actual presidente del Senado. Además, decisiones como la reducción de su salario por parte del presidente incrementaron la tensión, según opinan las mismas fuentes.
En paralelo, desde el despacho de Villarruel en el Senado, su entorno percibió ataques en redes sociales y páginas anónimas, coincidiendo con cambios en el equipo digital de la presidencia. Estos eventos profundizaron la desconfianza entre ambos líderes.
En medio de este secuencia, ambos también intentaron mostrar gestos de convivencia. Sin embargo, fue el propio jefe de Estado el que trazó un límite con contundencia cuando afirmó que la vice “no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones, ella está cerca de la casta”. Lo dijo durante una entrevista televisiva en la que hizo explícita la ruptura.
“Decidió no participar. Hace mucho tiempo que decide no participar en las reuniones de Gabinete. El diálogo es lo que se necesita institucionalmente para cumplir con nuestros roles. Ella en su visión, en muchas de las cosas que nosotros hacemos está más cerca del círculo rojo, de lo que ella llama la alta política, y lo que nosotros llamamos la casta”, fueron las expresiones del jefe de Estado en aquella oportunidad.
Lo que siguió a partir de allí fue un perfil bajo de Villarruel, que se limitó a apariciones desde el punto de vista institucional, en una suerte de “tregua” de hecho en el faz pública de la relación de ambos, en un contexto en el que sus entornos describen que el vínculo está atravesado por la desconfianza.