El jefe de Gobierno porteño Jorge Macri decidió implementar una “readecuación en la estructura” de su administración, lo que implicó la reducción de rango de la Subsecretaría de la Mujer a una Dirección General desde el último martes.
Fuentes del Gobierno porteño explicaron a LA NACION que se trata de una reforma que busca “continuar haciendo el Estado más eficiente” y que afectará a otros sectores de la administración. “Estas medidas representan un ahorro de $13.319 millones, dinero que se usa para tener más seguridad, mejor salud y más educación”, indicaron en el entorno Ejecutivo tras ser consultados sobre el Decreto 70/58, publicado en el Boletín Oficial.
El área afectada está en la estructura de la vicejefatura de Gobierno y seguirá bajo la órbita de la segunda de Macri, Clara Muzzio, que suele mostrar interés en los temas que involucran cuestiones de ideología y diversidad. El cambio implicará la salida de Carolina Barone, quien, según pudo saber este medio, eligió no seguir con su rol como subsecretaria. Precursora de distintas políticas de género dentro del gobierno porteño desde 2009, la politóloga ahora pasará a dedicarse de lleno a su rol al frente de la Secretaría Nacional de Mujeres de Pro.
Ante la consulta de LA NACION sobre quién se encargará del manejo de la nueva Dirección General de la Mujer, desde la vicejefatura aseguraron que aún no está definido el nombre. Sí resaltaron que la modificación impactará únicamente en los gastos de estructura y que “todo seguirá de igual forma en cuanto a las políticas gubernamentales”.
Por otro lado, la readecuación de rangos también implicó ascensos en el organigrama: tal es el caso de la Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad (Copidis) -un área que se ocupa de políticas de discapacidad- que hasta el momento era una Dirección General y ahora pasó a ser una subsecretaría a cargo de la vicejefa. “La reforma institucional busca optimizar los recursos de la Ciudad y adecuar la estructura de gobierno para que responda a las necesidades actuales, y evitar la superposición o duplicación de roles o funciones”, justificaron desde la Ciudad.
También se avanzó con la fusión del Instituto Superior de la Carrera (ISC) con el Instituto de Formación Política y Gestión Pública. A su vez, a la lista de bajas se suman la Unidad de Proyectos Especiales (UPE) de Competencias Sanitarias Jurisdiccionales, que tenía rango de Subsecretaría y pasó a Dirección General; la UPE de Coordinación del Plan Estratégico y la de Unidad de Proyectos Especiales; y las de Autódromo y Barrio 31. El principal objetivo de estas ramas gubernamentales era coordinar acciones, centralizar la información y elaborar proyectos conforme a las políticas públicas que diseña el gobierno porteño.
En línea con Nación
Este accionar de la gestión del líder de Pro se alinea con las políticas del Gobierno nacional y con la “batalla cultural” encabezada por el presidente Milei, que parece haberse profundizado en las últimas semanas, especialmente tras su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, que levantó polémica debido a sus fuertes críticas hacia la comunidad LGBT+, la ideología de género y lo que él mismo definió como “cultura woke”.
Desde la administración mileísta el lineamiento siempre fue claro: pocos días después de asumir el poder, anunciaron el traspaso del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (creado durante la administración del entonces presidente Alberto Fernández) a una Subsecretaría a cargo de la cartera de Capital Humano, conducida por Sandra Pettovello.
Finalmente, y en línea con el mandato del Presidente de “achicar el tamaño del Estado”, pocos meses después se comunicó la eliminación definitiva del organismo. Según lo planteado por el vocero Manuel Adorni, el ente gubernamental había sido “creado y utilizado por la administración anterior con fines político-partidarios, para propagar e imponer una agenda ideológica, contratar militantes y organizar charlas y eventos”.