Dos gobernadores del PJ volvieron a desoir ayer las directivas de su partido y le dieron aire al Gobierno en su cruzada para suspender las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Se trata de Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), dos mandatarios provinciales que ya habían dispersado a su tropa en favor de Javier Milei.
En la bancada que conduce Germán Martínez eligieron apagar el incendio antes de que se propague: minimizaron la rebelión, bajaron el tono de las diferencias y blindaron a Cristina Kirchner. La exvicepresidenta, que mantiene una relación estrecha con Zamora, sigue convencida de que las primarias deben mantenerse.
“Gerardo avisó que sus diputados votarían la suspensión o eliminación de las PASO. Nadie se puede enojar con él ni tampoco con los diputados del Frente Renovador que mañana van a votar a favor del proyecto en el recinto”, dijo esta tarde a LA NACION una fuente calificada de UP.
La insurrección de los mandatarios provinciales se produjo después de que Unión por la Patria (UP) celebrara su primera reunión de bloque, en la que se definió no habilitar la discusión de los proyectos del oficialismo en tanto no se ponga sobre la mesa el debate del presupuesto. Los santiagueños pegaron el faltazo. La única presencia de Catamarca fue la diputada Silvana Ginocchio, esposa de Jalil, que estuvo en la sala, pero callada. Horas más tarde, su firma destrabaría el dictamen del oficialismo.
Esa cumbre aconteció sin un pronunciamiento personal de Cristina Kirchner, aunque su voluntad estuvo representada en algunos diputados bonaerenses que defendieron el sostenimiento de las PASO, como Leopoldo Moreau.
La discusión bonaerense fue protagonista del encuentro. La exvicepresidenta defiende las PASO como un dique de contención: cree que una interna controlada puede neutralizar el desfío de Axel Kicillof sin hacer volar por los aires al PJ. Su hijo Máximo, en cambio, juega otra ficha. Desde la conducción del peronismo bonaerense, busca cerrarle el paso al gobernador y empujarlo fuera del esquema. Entre la dirigencia peronista flota la hipótesis de un pacto de último momento entre Cristina y Kicillof, pero el líder de La Cámpora sigue sin comprar la idea.
A regañadientes
Los mandatarios provinciales del PJ ya habían adelantado su apoyo a la eliminación de las PASO, uno de sus viejos anhelos. Según pudo saber este medio, los referentes provinciales presentes en la reunión aceptaron a regañadientes votar con la mayoría. Martínez, el jefe de la bancada, se fue aliviado. Al día siguiente escribió un tuit incendiario donde detallaba las firmas que necesitaba el oficialismo para avanzar y ponía en duda el rol que adoptaría el resto de la oposición. No se imaginó que los suyos aportarían los avales que faltaban.
La Libertad Avanza necesita hoy 58 firmas en el plenario de comisiones para que prospere su agenda de Extraordinarias.
¿Qué harán los otros bloques? ¿Legitimarán la agenda del Milei aunque no esté el Presupuesto en debate? ¿Les importa el Presupuesto? ¿O es solo "chamuyo"? https://t.co/aif7x077uk
— GERMAN MARTINEZ (@gerpmartinez) February 4, 2025
“Los legisladores hicieron lo que les pidieron sus gobernadores, el vínculo entre nosotros no debería verse afectado”, minimizaron en UP. Matizaron, también, las diferencias con los mandatarios provinciales: “Ellos en algún momento darán sus motivos, pero no me parece que haya que profundizar las diferencias”, sumaron.
El vínculo de Zamora con Cristina Kirchner es diferente del que la exvicepresidenta mantiene con Jalil. El santiagueño acompañó, desde su llegada al poder en 2005, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Probó su fidelidad e ingresó en el círculo chico de la jefa del PJ. Su mujer, Claudia Ledesma de Abdala, es amiga de Cristina y fue presidenta provisional del Senado cuando la exvicepresidenta ejercía la titularidad del cuerpo.
La primera aparicición pública de Cristina Kirchner como presidenta del partido fue en Santiago del Estero. Allí la exvicepresidenta compartió escenario con el gobernador, su mujer y parte de la dirigencia provincial. Fue para celebrar el Día de la Militancia peronista, cuatro días después de que se confirmara la condena en su contra.
“Tienen una relación histórica”, asegura un dirigente peronista que mantiene una relación estrecha tanto con Zamora como con Cristina. Su primer reflejo fue protejer el vínculo de ambos y blindar a la exvicepresidenta de rumores de traición: “Las PASO tienen que ver con lo electoral, no es una cuestión dogmática, tiene que ver con las particularidades provinciales”, justificó. Este año, Santiago del Estero renueva el Poder Ejecutivo provincial, cuyo dominio Zamora pretende retener a través de su esposa.
Cerca del gobernador dijeron que Zamora “defiende siempre primero los intereses de su provincia”. El mandatario mantiene un control absoluto del PJ local -a pesar de que él tiene pedigree radical-, y considera que las internas las tiene que resolver cada espacio.
La gran incógnita de la sesión de este jueves es cuántos más seguirán el camino de santiagueños y catamarqueños. Si el proyecto para suspender las PASO consigue el quorum en el recinto, ¿se sumarán otros peronistas al desmarque? Los chaqueños ya tienen su propia iniciativa en esa dirección, y en los despachos de otros gobernadores, como Ricardo Quintela (La Rioja) y Sergio Ziliotto (La Pampa), sus alfiles legislativos sopesan la jugada. Ganas no les faltan.