Sin una agenda clara de temas a tratar y con la vicepresidenta Victoria Villarruel golpeada por las duras críticas de Javier Milei, el Senado se encamina a iniciar la última semana de sesiones ordinarias con la única certeza de que este miércoles el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dará su informe sobre la marcha del Gobierno, el primero ante la Cámara alta y el segundo desde que asumió como ministro coordinador.
“Vamos a ir conversando esa posibilidad entre lunes y martes”, respondieron allegados a Villarruel ante la pregunta sobre la posibilidad de que el jueves 28 el Senado celebre la que sería la última sesión antes de que, dos días después, expire el período ordinario. Lo que abre este interrogante es el fuerte rechazo que tiene en la Cámara alta el DNU 846/24, que contaría con más de 37 votos en contra.
A partir del próximo domingo, el funcionamiento del Congreso dependerá de la voluntad del Poder Ejecutivo y de que defina una lista de temas cuya discusión habilitaría en sesiones extraordinarias. El temor, bastante difundido en los despachos de los principales referentes de la oposición es que el Gobierno mantendrá cerrado el Poder Legislativo hasta el 1 de marzo próximo para poder gobernar por decreto.
La presencia de Francos en el recinto de la Cámara alta fue acordada hace más de un mes. De hecho, hace tres semanas que se cerró el plazo que tienen los senadores para formularle preguntas al jefe de Gabinete. La semana pasada Villarruel firmó el decreto convocando a sesión informativa especial para pasado mañana.
La cita será a las 10 y podría ser la última función del año del Senado si es que el Gobierno no convoca a sesiones extraordinarias. Es que Villarruel viene postergando el llamado a sesión en el Senado desde hace varias semanas para evitarle al Gobierno el costo político del rechazo del decreto de necesidad y urgencia 846/24, que habilita al Poder Ejecutivo a canjear deuda sin cumplir con las exigencias de la ley de administración financiera y sin contar con la autorización del Congreso.
A diferencia del panorama que se registra en Diputados, en la Cámara alta el polémico DNU tiene la suficiente masa crítica para ser rechazado. No hay, en este caso, negociación con los gobernadores que alcance para evitar que a los 33 senadores kirchneristas de Unión por la Patria se sumen una media docena de legisladores de la oposición dialoguista que no están dispuestos a validar que el Gobierno negocie deuda sin el debido control del Congreso.
Es esta una de las principales razones por las que la vicepresidenta mantiene cerrado a cal y canto el recinto del Senado y que pone en duda que se haga una sesión el próximo jueves. Villarruel sabe que si abre el recito, el DNU 846/24 será rechazado.
Los temas para una eventual sesión esta semana no parecen suscitar fuerte interés en la Casa Rosada, aún cuando ya tiene dictamen de comisiones el proyecto de ley impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para luchar contra el crimen organizado. El texto promueve cambios en los códigos Penal y Procesal Penal para endurecer penas y dotar de herramientas excepcionales a la justicia para combatir delitos como el narcotráfico, el terrorismo y la trata de personas.