El gobierno de Javier Milei, en su rol de empleador, reforzó su intento de moderar los aumentos salariales al disponer un aumento de 1,5% para enero y de 1,2% para febrero para los empleados de la administración pública nacional. El gremio estatal de ATE rechazó la propuesta y firmó en disidencia, mientras que UPCN, que es el mayoritario, la aceptó después de que los negociadores oficiales hayan aceptado una suba de 31.000 a 50.000 pesos el bono extra por presentismo y hayan excluido del paquete la suba de marzo, para la cual pretendían un 1,1%.

En ATE, a cargo de Rodolfo Aguiar, indicaron que la caída salarial en 2024 fue de 40%. En UPCN, en tanto, señalaron que la pérdida ya supera el 14%. “Tenemos una sensación amarga porque el cierre de la paritaria sigue por debajo de la inflación. Al menos pudimos mejorar lo del presentismo”, señaló a LA NACION un dirigente de UPCN cercano a Andrés Rodríguez, el histórico jefe estatal.

“Se trata de una paritaria que no solo no mejora sino que empeora, que profundiza la crisis de ingresos en el sector público. Sigue siendo usada para disciplinar y condicionar el resto de las negociaciones salariales en el sector público y en distintas actividades privadas. Para lograr el equilibrio fiscal se asaltan los bolsillos de los estatales y de los jubilados”, apuntó Aguiar, secretario general de ATE, en un comunicado. Y agregó: “Desde que asumió Milei, perdimos más de cuarenta puntos y ahora nos ofrecen un aumento que no llega al 3% para el bimestre. Esto sin lugar a dudas es una provocación que va a acelerar la conflictividad en el Estado”.

Julio Cordero, secretario de Trabajo

Durante 2024, los aumentos salariales quedaron 44,4% por debajo de la inflación, producto del aumento de 73,3% frente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 117,7%. Esta brecha, además, se acentuará en los próximos días cuando se dé a conocer la inflación de enero que se ubicaría alrededor del 2,5%, según un promedio realizado entre las principales consultoras privadas.

El secretario de Trabajo, Julio Cordero, intenta que los acuerdos salariales en el sector privado también se cierren en torno al 1,5% mensual. De hecho, el funcionario, que fue abogado del Grupo Techint, no homologó los tratos entre empresarios y sindicalistas que superaron ese porcentaje. Sigue sin homolgarse el acuerdo del gremio de Sanidad, liderada por Héctor Daer, que se firmó con las cámaras, pero que la Secretaría de Trabajo no rubrica porque entiende que está por encima de la baja inflacionaria. Espera también la aprobación de Cordero el acuerdo salarial de los químicos, que cerró un aumento del 2,7% para enero, por encima de la pauta que pretende el Gobierno.

Desde la CGT siguen con preocupación el intento oficial por moderar las paritarias, cuyos acuerdos surgen de un diálogo y una negociación entre los sindicatos y las cámaras empresariales. La central obrera peronista tiene previsto reunir el jueves a su mesa chica para analizar los pasos a seguir en su vínculo con la gestión de Milei.

En la cúpula de la CGT se tomó nota de la importante convocatoria a la marcha del sábado pasado en defensa de la diversidad sexual a la que llamaron los colectivos LGTB. “Fue un cimbronazo para el Gobierno. Quedó demostrado que le entraron las balas. Ahora tenemos que ver los estrictamente laboral”, evaluó un integrante de la mesa chica cegetista.