El segundo fracaso del bloque de diputados de Pro en impulsar el proyecto de “ficha limpia” desnuda el pacto en ciernes entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo duro que se traducirá, como primer paso, en la reelección de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados, el miércoles próximo. Pero también prevé acuerdos para derogar la ley de primarias abiertas y obligatorias (PASO) y, como corolario, en la entronización de un escenario de polarización electoral entre Javier Milei y Cristina Kirchner.

Un complejo e intrincado juego de intereses cruzados conspiró para que fracasara este segundo intento por aprobar una iniciativa que, de ser ley, impediría a la expresidenta competir como candidata el año próximo. Hubo faltazos en todos los bloques, aunque los que catapultaron la derrota fueron las ocho bajas en La Libertad Avanza, demasiadas para provenir de uno de los bloques convocantes. Su ausencia dejó en evidencia lo que era vox populi, la ansiedad del oficialismo por despejar del camino electoral a Mauricio Macri y ofrecerle una “prueba de amor” al kirchnerismo, que acaba de ofrendarle, con la firma de la senadora Lucía Corpacci, el último aval al dictamen para impulsar al controvertido juez federal Ariel Lijo a la Corte Suprema.

Ficha Limpia: volvió a fracasar el intento de Pro para tratar el proyecto que bloquearía una candidatura de Cristina Kirchner

Patricia Bullrich operó fuerte para contribuir a la implosión de su partido y esmerilar al macrismo; a ella se le atribuye el faltazo de los santafecinos José Núñez y Gabriel Chumpitaz. Lo de Núñez es risueño: ya había faltado –sin aviso- en el intento anterior por avanzar en el proyecto; se deshizo en disculpas frente a sus compañeros de bloque y les juró que esta vez iba a estar presente. Nunca llegó.

“Son unos desgraciados. Esta situación no se aguanta más; hay un doble juego que es ya insoportable”, despotricaba, amargada, una figura de la bancada macrista.

Esta seguidilla de gestos entre kirchneristas y libertarios tendrá, seguramente, un nuevo capítulo el miércoles próximo, cuando la Cámara de Diputados se reúna para elegir a sus autoridades. El riojano Menem –adláter de Karina Milei– pretende ser reelegido, como es legítimo, con el apoyo mayoritario del cuerpo, incluido Unión por la Patria. Germán Martínez, jefe de la bancada, le pasó el aviso que si avanzaba “ficha limpia” en Diputados, no iba a poder contener el malestar de los talibanes kirchneristas frente a la sesión del miércoles.

Germán Martínez, jefe de bloque de Unión por la Patria, durante la sesión en la que no prosperó el debate por el proyecto de ficha limpia

Testigos de la advertencia fueron los jefes de los restantes bloques, todos reunidos en el despacho de Menem, en el anochecer del martes pasado. Fue en ese momento cuando todos sospecharon que los intentos del macrismo por impulsar la “ficha limpia” podían fracasar.

El riojano tomó nota del mensaje de Martínez. No es un secreto que en el bloque de Unión por la Patria hay quienes abrazaban la postulación de Emilio Monzó para presidir la Cámara de Diputados en reemplazo de Menem. Nicolás Massot, alter ego de Monzó y crítico acérrimo de la gestión libertaria, era el más entusiasta: incluso llegó a contabilizar unas 140 voluntades detrás de la ofensiva.

Menem buscó desactivar la conspiración durante un oportuno almuerzo, hace pocos días atrás en el Senado, con Miguel Pichetto y el propio Monzó. Pichetto, siempre respetuoso de los usos y costumbres parlamentarias, le confirmó su apoyo. Monzó, quien fuera presidente del cuerpo durante el mandato de Mauricio Macri, tampoco pondrá palos en la rueda; desplazar a Menem, deslizó, sería interpretado como un golpe institucional a un gobierno que, además, está encumbrado en la cima de todas las encuestas.

Juan Manuel López por ficha limpia

Después del fracaso de la sesión de hoy, todos dan por descontado el apoyo de Unión por la Patria a la reelección de Menem. Martínez le pone suspenso a la decisión. “No está definido aún”, insiste. Su bancada se reunirá el miércoles próximo, previo a la sesión preparatoria: recién entonces se sabrá.

Lo cierto es que no solo el oficialismo operó para que fracasara la sesión. Martínez y sus huestes también se mostraron muy activos. Las ausencias de los jujeños Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura, como así también del correntino José Tournier, se atribuyeron a una decisión de sus respectivos gobernadores, Carlos Sadir y Gustavo Valdés. Ambos, al igual que el resto de los gobernadores de Pro y de la UCR, siguen molestos por el ninguneo del Gobierno para evitar que se discuta el presupuesto 2025.

“Si hubiese faltado un voto para llegar al quorum, yo bajaba –confió uno de los radicales que pegó el faltazo-. Cuando vi que esto se encaminaba a convertirse un papelón del Pro por la cantidad de ausentes que había en el recinto, ni aparecí. ¿Para qué iba yo a aportar a una sesión del macrismo cuando, durante todo el año, no hicieron otra cosa que jugar con el oficialismo para hacer fracasar cuanta sesión convocábamos para ponerle límites a este gobierno?”

El bloque de Pro fue el gran derrotado en una sesión en la que, una vez más, el oficialismo le sacó el cuerpo. La bancada es un hervidero. Todos se desconfían de todos. Algunos incluso miran con desconfianza al jefe de la bancada, Cristian Ritondo; dudan de su lealtad macrista y ven en él un doble juego. La ruptura del bloque es inminente. La discusión que se viene, la derogación de las PASO -que el macrismo objeta-, será una prueba que difícilmente pueda resistir.