El Gobierno se resignó a que los diputados no traten el proyecto de ley que busca actualizar el índice de compensación de quebrantos. La iniciativa figura en el decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias firmado por Javier Milei, pero la propuesta no prosperó en las negociaciones informales con la oposición y no fue considerada para discutirse en la Comisión de Presupuesto. Tampoco fue incluido en el temario de la sesión del próximo miércoles, cuando se volverá a poner sobre la mesa el relegado proyecto de “ficha limpia”.

“No está suficientemente madura”, reconoció a LA NACION un referente del oficialismo en Diputados. “Lo queremos sacar, pero estamos buscando que nos acompañen. Por el momento no”, sumó un legislador libertario sobre la posibilidad de sumarlo a la conversación esta semana.

El proyecto de ley que modifica el artículo 25 de la Ley de Impuesto a las Ganancias introduce un mecanismo de actualización de quebrantos impositivos en el sistema tributario. La iniciativa permite que las pérdidas fiscales futuras se ajusten por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a partir del 1 de enero de 2025, mientras que los quebrantos generados en ejercicios anteriores podrán actualizarse de manera limitada, con un tope de cinco años. Para acceder a este beneficio, la propuesta establece condiciones, como el cumplimiento previo de obligaciones fiscales o la posibilidad de regularización sin multas ni intereses. Con un esquema de pagos en hasta 36 cuotas, el objetivo no solo es brindar un beneficio fiscal a las empresas sino, también, mantener el equilibrio en las cuentas públicas.

Fue la única iniciativa a la que el Pro le bajó el pulgar. Un informe presentado por la mesa técnica del partido definió que la propuesta del Poder Ejecutivo podría redundar en un perjuicio para muchas empresas, entre otras cosas porque no reconoce la inflación acumulada antes del 2025, por sus “efectos confiscatorios” y por complejizar los juicios en curso.

Un día después del rechazo del macrismo, José Rolandi, el vicejefe de Gabinete, ingresó al Congreso con una misión: convencer a los referentes de los otros bloques dialoguistas de las virtudes del proyecto de ley de quebrantos. Debía bucear en búsqueda de avales en aguas más hostiles que la de sus aliados habituales.

No le fue bien. Tenía que colar la explicación de la propuesta del Poder Ejecutivo, que conmovía solo a unos pocos, en una acalorada discusión sobre si sostener o derogar las primarias y en medio de la acusación de los dialoguistas a los libertarios de querer postergar otra vez el debate del proyecto de “ficha limpia”.

Fueron varios los intentos del funcionario nacional por introducir el tema, pero ninguno tuvo éxito. El último empeño fue sellado por Miguel Pichetto, jefe de bloque de Encuentro Federal, quien lo cortó en seco: “Rolandi, eso debería ser incluido en el presupuesto, que ustedes se niegan a debatir”.

Miguel Pichetto en la puerta de la Cámara de Diputados

La UCR, los radicales de Democracia, los referentes de Innovación Federal y la Coalición Cívica compartieron el diagnóstico de Pichetto. “No hay consensos, está frenado”, admitieron cerca de Martín Menem, presidente de la Cámara. En el oficialismo evitan la confrontación. Saben que el bloqueo del presupuesto es un tema sensible para la oposición y prefieren no agitar las aguas. La prioridad está en otro frente: suspender las primarias y concentrarse en el objetivo mayor, ganar las elecciones para consolidar la gestión de Milei. Otra batalla, otra urgencia.