En Aeroparque, la situación transcurre con normalidad para la mayoría de las aerolíneas, y las pantallas informativas indican que casi todos los vuelos están en horario. Solo un vuelo de Aerolíneas Argentinas aparece demorado. En contraste, las zonas de preembarque de las demás aerolíneas operan sin inconvenientes y con un flujo ordenado de pasajeros.
Los agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) recorren el sector de embarque de un extremo a otro, atentos a cualquier inconveniente y asegurándose de que todo se mantenga en orden. No obstante, algunos pasajeros expresan su frustración y agotamiento por la falta de información y las demoras constantes. “Este es el tercer día que espero volar. Tuve que pedir plata para pagar las comidas y quedarme en la ciudad, porque me quedé sin recursos”, expresó visiblemente molesta Liliana Santana, pasajera a LA NACION, quien lleva días esperando embarcar su vuelo a Salta.
A las afueras del Aeroparque, tres camionetas de la Prefectura y tres de la Policía Federal se encuentran estacionadas, como en la jornada anterior. Según indicaron fuentes de Prefectura a LA NACION, los agentes no planean intervenir y están allí “solo por precaución”. La presencia de estos vehículos busca reforzar la seguridad en el perímetro sin afectar el movimiento de pasajeros en el aeropuerto.
Ayer, trabajadores de Intercargo llevaron adelante una nueva medida de fuerza tras el despido de 15 empleados que formaron parte del paro sorpresivo del miércoles en el Aeroparque Jorge Newbery. Las desvinculaciones fueron anunciadas ayer al mediodía por el ministro de Economía, Luis Caputo. Tras el anuncio del Gobierno, se reportaron demoras y cancelaciones en Aeroparque. Por ejemplo, un vuelo de Flybondi con destino a Bariloche tuvo una demora de más de una hora y media para despegar.
El conflicto entre el Gobierno y los gremios aeronáuticos no para de escalar. La gestión de Javier Milei tomó nuevas medidas para romper el monopolio de Intercargo, la empresa estatal que presta servicios de rampa y valijas. El Presidente pidió ir a fondo luego de la medida de fuerza que el miércoles causó que unos 2000 pasajeros no pudieran abordar y ni descender de los aviones durante tres horas en Aeroparque. Ahora, avanzó en la desregulación del servicio para promover que nuevos jugadores –sean compañías aéreas, o no– puedan operar los servicios en tierra. Y se permitió que, en casos de huelga, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) pueda intervenir en la descarga de equipaje.
Es un proceso que comenzó con el decreto de “cielos abiertos” que en julio impulsó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que hasta acá no logró que otros proveedores pudieran disputarle el mercado a Intercargo. Todo mientras se busca acelerar el proceso de salida del Estado de la compañía, que figura en la lista de “privatizables” en la Ley Bases.