
El 19 de diciembre de 2025, una filial de la Televisión Central de China (CCTV) publicó un reportaje sobre un reciente simulacro de guerra militar chino en la ciudad de Xuchang, provincia de Henan, que consistía en la simulación de operaciones de combate del Ejército Popular de Liberación (EPL) en el hemisferio occidental. Las imágenes del simulacro, transmitidas por CCTV, mostraron claramente interacciones simuladas entre fuerzas rojas (chinas) y azules (occidentales) cerca de Cuba, el Golfo de México y el Caribe. Las imágenes del simulacro, que también mostraban operaciones del EPL en el Mar de Ojotsk y cerca de Taiwán, ilustran cómo la República Popular China (RPC) está considerando llevar a cabo actividades militares en el hemisferio occidental en el contexto de una guerra más amplia con Occidente.
Dicha evidencia da crédito a numerosas declaraciones de altos funcionarios militares estadounidenses, incluidos los ex jefes del Comando Sur de EEUU, la general Laura Richardson y el almirante Alvin Holsey, sobre los riesgos de los puertos, el espacio, las telecomunicaciones y otras infraestructuras de “doble uso” de la RPC en tiempos de guerra. También arroja una nueva perspectiva sobre la evidencia pública, confirmada por el gobierno estadounidense, de la operación por parte de la República Popular China de instalaciones de inteligencia electrónica (ELINT) en múltiples sitios de Cuba, incluyendo Bejucal, Salao y Wajay. La manipulación de las confrontaciones militares en la región por parte del EPL, mostrada por CCTV, también arroja nueva luz sobre las preocupaciones de alto perfil sobre el uso militar por parte de la República Popular China de su “Radar de Espacio Profundo” en Neuquén, Argentina, operado con escasa supervisión del gobierno argentino por un órgano del EPL, operando en frecuencias de comunicación comúnmente utilizadas por el ejército chino.
De igual manera, arroja nueva luz sobre la operación “exclusiva” del puerto peruano de Chancay por parte de China Overseas Shipping Company (COSCO), sancionada por el gobierno estadounidense por sus estrechos vínculos con el EPL, así como sobre la insistencia de la República Popular China en que se le otorgue a COSCO una participación mayoritaria en cualquier cambio de propiedad de los puertos en Panamá. Las pruebas de CCTV también refuerzan la presencia del buque de la Armada del EPL “Silk Road Ark”, que apareció en el Caribe en diciembre de 2025, haciendo escala en Jamaica y Barbados con la aprobación de sus gobiernos, a pocos kilómetros de las principales operaciones militares estadounidenses en la región, la “Operación Lanza del Sur”.
La República Popular China ha buscado ventajas diplomáticas al proclamar a Latinoamérica como “Zona de Paz”. A su vez, muchos líderes políticos y empresariales latinoamericanos buscan beneficios económicos de la República Popular China sin involucrarse en la “Competencia entre Grandes Potencias”. No obstante, durante un conflicto importante con Occidente, la República Popular China cuenta con incentivos y oportunidades prácticamente irresistibles para llevar a cabo operaciones militares en Latinoamérica, incluso sin alianzas formales ni acuerdos de base.
Durante una guerra de este tipo, importantes instalaciones militares estadounidenses en Florida, el Golfo de México y la Costa Este de Estados Unidos podrían estar dentro del alcance de las instalaciones ELINT de la República Popular China en Cuba, previamente señaladas. De manera similar, fuerzas de combate y buques de suministro militar vitales de EEUU transitarían lógicamente desde bases estadounidenses, a través del Caribe y el Canal de Panamá, rumbo al Indopacífico, precisamente el escenario de las operaciones militares del EPL contempladas en el ejercicio mostrado por CCTV. La capacidad de la República Popular China para aprovechar su influencia política y económica sobre gobiernos caribeños como los de Antigua y Barbuda, Granada, República Dominicana, Jamaica y Barbados, gracias a años de donaciones, operaciones hoteleras y portuarias e intercambios militares con gobiernos de la región, podría permitirle desplegar fuerzas de operaciones especiales desde esos países, poniendo en riesgo a las fuerzas estadounidenses. De igual manera, la capacidad de la República Popular China para cerrar el canal gracias a su acceso físico, conocimiento técnico y relaciones, podría ser crucial para que Taiwán resista una invasión o bloqueo por parte de la República Popular China.

Durante una guerra de este tipo, el acceso de la República Popular China al espacio desde el hemisferio occidental, a través de instalaciones que controla o a las que tiene acceso en Argentina, Venezuela, Bolivia, Chile y otros lugares, podría permitirle localizar satélites occidentales para cegarlos, interferirlos o destruirlos, lo que perjudicaría gravemente las operaciones de combate globales de Estados Unidos, sus aliados de la OTAN y Asia.
En etapas posteriores de un conflicto de este tipo, la capacidad de COSCO, afiliada al EPL, de utilizar su control exclusivo de Chancay para reabastecer armamento a los buques de guerra de la Armada del EPL, al igual que COSCO alojó buques de la Armada del EPL en su puerto de Hambantota, Sri Lanka, en 2022 y de nuevo en 2024, podría contribuir a las operaciones de combate chinas contra Estados Unidos en el Pacífico Oriental. El acceso de la República Popular China al puerto de Corinto, en Nicaragua, hostil a Estados Unidos, podría acercar aún más la amenaza de la Armada del EPL en tiempos de guerra al territorio continental de Estados Unidos. El reciente descubrimiento de buques de carga comerciales chinos para lanzar misiles ilustra cómo las rutas y puertos comerciales operados por la República Popular China, desde Tijuana (México) hasta Tierra del Fuego (Argentina), podrían utilizarse en tiempos de guerra para amenazar objetivos estratégicos y cuellos de botella estadounidenses.
Si bien una guerra a gran escala con la República Popular China en el Indopacífico no es inevitable, preocupantes acontecimientos recientes, como los nuevos ejercicios militares de la República Popular China centrados en Taiwán y el corte de un alarmante número de cables submarinos de datos taiwaneses, destacan que es una posibilidad realista que los planificadores estadounidenses deben considerar seriamente.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU para 2025 reconoce la importancia estratégica de la supervivencia de Taiwán y de contrarrestar la presencia militar de la República Popular China, el control de la infraestructura militar relevante y la influencia que limitaría el acceso de EEUU al hemisferio occidental. La inclusión por parte de China de objetivos del hemisferio occidental en su simulacro de guerra en Xuchang demuestra que la implementación efectiva de esas buenas intenciones, en colaboración con los socios estadounidenses en ambas regiones, es vital para la seguridad nacional de EEUU.