
Jonatan Ezequiel “Chucky” Sala, un trapito de Rosario de 27 años, enfrenta un pedido de prisión perpetua por el asesinato de Matías Ezequiel Abraham (36), otro cuidacoches que perdió la vida tras una brutal golpiza en el bulevar Oroño.
La acusación, impulsada por el fiscal Alejandro Ferlazzo, sostiene que el ataque se cometió con alevosía, es decir, aprovechando la total indefensión de la víctima, lo que agrava la calificación del delito.
“Su conducta homicida fue realizada aprovechando el estado de indefensión de la víctima, que quedó completamente inmóvil. Tuvo plena disposición de su cuerpo para matarlo sobre seguro, con por lo menos 16 golpes contundentes en el cráneo”, fundamentó.
Según informó el medio local La Capital, el juez Rodrigo Santana admitió el planteo acusatorio y fijó la discusión de las pruebas para el juicio oral, cuya fecha aún está pendiente. Mientras tanto, Sala permanece en prisión preventiva.

La reconstrucción judicial del caso detalla que el 20 de enero de 2024, cerca de las 18:45, una discusión entre Abraham y Sala escaló rápidamente hasta convertirse en una pelea física sobre el asfalto, en el lado oeste del bulevar.
Inicialmente, ambos se enfrentaron a golpes, pero la situación se agravó cuando intervino el hermano de Sala, Héctor Ponce, quien propinó a Abraham dos golpes en la cabeza. Tras este ataque, la víctima cayó al suelo, aparentemente inconsciente, mientras los agresores se alejaban del lugar.
Sin embargo, Sala regresó solo hasta donde yacía Abraham y, de acuerdo a la acusación, “comenzó a pegarle en el cráneo con la intención de matarlo. Primero le efectuó por lo menos diez patadas y pisotones en el cráneo. Finalmente, tomó un cascote, una piedra de grandes dimensiones, y le efectuó por lo menos 16 golpes en el cráneo”, según consta en el expediente judicial.
La secuencia del ataque quedó registrada en la cámara de vigilancia de un edificio cercano, cuya grabación de cuarenta segundos muestra a la víctima tendida boca arriba, inmóvil, mientras el agresor le propina los golpes. Aunque una columna obstruye la visión de la cabeza, se observa cómo cada patada provoca espasmos en las piernas de Abraham, un reflejo involuntario pese a su estado de inconsciencia. El video también muestra el momento en que el atacante toma un pedazo de baldosa y lo utiliza para golpear la cabeza de la víctima antes de retirarse.
Asimismo, testigos presenciales aportaron detalles clave sobre la violencia del episodio. Un hombre que se encontraba en el bar del club Rosario Central relató: “Le pegó con una piedra a un trapito más de cinco veces”.
Otra persona, que caminaba por el cantero central del bulevar, describió el inicio de la pelea como una aparente broma entre los involucrados, hasta que uno de ellos golpeó al otro y la situación se tornó violenta. Según su testimonio, tras la caída de Abraham, el hermano de Sala le propinó “una o dos patadas al que ya estaba en el piso tirado y se fue por Brown en dirección a Alvear”.
La versión de los testigos coincide en que fue una patada del hermano de Sala la que dejó a Abraham desmayado, completamente indefenso ante la posterior agresión. “Fueron de cuatro a cinco patadas como mínimo, lo quería matar”, afirmó uno de los testigos.
Otra persona que presenció el ataque detalló: “En un momento se para y le empieza a pisar la cara. Después, cuando se levanta para irse, el de remera roja ve un bodoque de cemento, lo agarra y le empieza a pegar en la cara. Al final se lo tira con distancia a la cara”.
Una mujer que transitaba por la cuadra agregó: “Con la piedra le pegó más de tres veces seguro”.
El informe médico del Hospital Clemente Álvarez consignó que Abraham ingresó inconsciente, con fracturas en el cráneo, el maxilar, la nariz y la órbita ocular izquierda, además de traumatismos faciales, cortes, edemas y desgarros.
Durante su internación, que se extendió por más de un mes, la víctima mostró leves reacciones a estímulos, pero nunca recuperó la capacidad de hablar. Finalmente, falleció el 1 de marzo de 2024 a causa de los severos traumatismos sufridos.
La investigación también recogió el testimonio de un cuidacoches que compartió la jornada con Abraham. Según su relato, ambos habían estado en la zona desde la mañana y consumieron alcohol durante el día.
Al atardecer, Sala apareció acompañado de una joven, inhalando poxirrán y gritando por una bolsa de ropa. “Me quiso pegar y nos agarramos a las piñas”, narró.
Veinte minutos después, otro cuidacoches le avisó de la golpiza que ocurría a una cuadra y media: “Vení a Oroño que a Matías le dieron con una piedra en la cabeza y está tirado en el suelo”. Al llegar, encontró a Abraham con la cabeza ensangrentada, apenas consciente y sin poder hablar.
La detención de Sala se produjo en agosto de 2024, cuando la Policía de Investigaciones (PDI) lo localizó en la zona noroeste de la ciudad. Un mes más tarde, su hermano Ponce se entregó tras recibir el consejo de un pastor evangélico, según declaró al ser imputado.
En su declaración, Ponce explicó: “Ese día yo estaba cuidando autos. Mi hermano no estaba en sus cabales. Andaba aspirando nafta con un bidón. Estaba dado vuelta”. Y justificó su intervención en la pelea al afirmar que “el muchacho le estaba pegando mal y yo reaccioné como todo hermano”.
Finalmente, en junio pasado, Ponce aceptó una condena de 3 años de prisión condicional en un juicio abreviado por lesiones graves.