La industria argentina está dando claras señales de recuperación en 2025, luego de un 2024 golpeado por la caída del consumo y la contracción de la obra pública. Sin embargo, detrás de ese repunte aún persisten señales de preocupación: seis sectores manufactureros trabajan con menos de la mitad de su capacidad instalada.
Según el último informe del Indec, el uso de la capacidad instalada de la industria fue del 54,4% en marzo, lo que representó una caída de 4,2 puntos porcentuales respecto de febrero. No obstante, al comparar con igual mes del año pasado, hubo una mejora de un punto porcentual (53,4% en marzo de 2024).
En ese contexto, los rubros más afectados fueron los ligados a la construcción, la metalmecánica y el consumo durable. En particular, seis sectores mostraron niveles críticos de utilización de capacidad instalada.
Uno de los sectores críticos es el de la industria automotriz, que se encuentra trabajando sólo al 48,9% de su capacidad instalada. Lo llamativo, es que durante el primer cuatrimestre la producción de autos creció 9,1% interanual, según el último informe de Adefa.
Otro sectores tiene más del 50% de su capacidad ociosa es el de edición e impresión, que está utilizando sólo el 48,9% de sus fábricas.
Se suma a la lista la industria metalmecánica (excluida la industria automotriz), que apenas está utilizando el 42,8% de su capacidad instalada. El dato positivo, es que el nivel de actividad de ese rubro ha empezado a mejorar en las últimas semanas. Según fuentes consultadas por el Indec, en la demanda de productos siderúrgicos se observan mayores niveles de pedidos desde la actividad de la construcción, los fabricantes de maquinaria agropecuaria y el sector de la energía.
Más limitado es el trabajo en la industria de productos de caucho y plástico. Los datos relevados por el organismo indican que ese sector tiene el 58% de su capacidad ociosa. Un poco más abajo aparecen los productos de tabaco (42,1%) y los productos textiles (41%).
En cambio, los sectores que mostraron mejor desempeño fueron los vinculados a la alimentación, el petróleo y la refinación. La industria alimenticia, por ejemplo, operó al 57,6% de su capacidad, mientras que la refinación de petróleo alcanzó el 76%, el nivel más alto del mes. En tanto, papel y cartón (68,2%) y sustancias y productos químicos (53,8%) también estuvieron por encima del promedio general.
Se suman a la lista los productos minerales no metálicos (51,7%). De acuerdo con el Indec, ese rubro registró un importante repunte del 10% en marzo pasado en su nivel de actividad. “Las principales incidencias positivas corresponden a la elaboración de artículos de cemento y de yeso y a la fabricación de cemento. Cabe mencionar que la actividad de la construcción, medida por el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC), registró un incremento interanual de 15,8%”, señalaron desde el organismo.
Por su parte, las industrias metálicas básicas, que operan actualmente con el 64,3% de sus fábricas, mejoraron un 20,7% en marzo pasado. En ese caso, la principal incidencia positiva se observó en la industria siderúrgica, que registra un incremento interanual de 43,1%. Según datos de la Cámara Argentina del Acero, las elaboraciones de productos laminados en caliente no planos y planos muestran subas interanuales de 41,5% y 53,6% respectivamente.
De esta forma, aunque algunos sectores comienzan a mostrar señales de recuperación, el promedio general sigue reflejando una utilización limitada de los recursos productivos. La mejora interanual en ciertos rubros convive con altos niveles de capacidad ociosa en otros, especialmente los más afectados por la caída del consumo y el lento repunte de la construcción.