El Helicoide, el mayor centro de detenciones y torturas bajo órdenes de Nicolás Maduro

La dictadura de Nicolás Maduro mantiene secuestrados a 43 ciudadanos extranjeros en cárceles venezolanas por razones políticas, según reveló la organización Foro Penal tras la liberación del ciudadano franco-chileno Camilo Castro.

La cifra detalla que al menos diez de los detenidos son colombianos, cuatro españoles, tres holandeses, tres hondureños, dos ucranianos, dos alemanes, dos argentinos, dos ecuatorianos y dos peruanos.

El listado incluye además casos individuales de ciudadanos de República Checa, Cuba, Guyana, Hungría, Irán, Irlanda, Italia, Líbano, Pakistán, Panamá, Polonia y Rumania.

Según el vicepresidente de la ONG, Gonzalo Himiob, muchos permanecen encarcelados sin cargos claros, sin acceso garantizado a la defensa ni a procesos transparentes.

La puesta en libertad de Camilo Castro, profesor de yoga de 41 años con nacionalidad francesa y chilena, tuvo lugar después de semanas de gestiones diplomáticas desde Europa y América Latina.

Castro había desaparecido el 26 de junio cuando viajaba desde Colombia a la frontera venezolana para renovar su visado de residencia. De acuerdo con Amnistía Internacional, su familia solo supo de su paradero semanas más tarde, a través de la notificación de las autoridades colombianas, quienes informaron que Castro estaba detenido en Venezuela.

La puesta en libertad de Camilo Castro, profesor de yoga de 41 años con nacionalidad francesa y chilena, tuvo lugar después de semanas de gestiones diplomáticas desde Europa y América Latina

El caso se esclareció cuando prisioneros liberados durante un reciente intercambio entre Estados Unidos y Venezuela confirmaron que Castro se encontraba en la prisión de El Rodeo, al este de Caracas.

Tras su regreso a Francia, fue recibido por su familia y por el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot.

¡Viva la libertad, viva la igualdad, viva la fraternidad! Que todos los seres de esta tierra puedan vivir libres de todo sufrimiento, vivir con paz, con armonía y con amor”, expresó Castro visiblemente emocionado.

Su padrastro, Yves Guibert, responsabilizó directamente al régimen chavista por esta detención sin sustento.

Lo detuvieron únicamente por ser francés, lo acusaron injustamente de ser un agente de la CIA, cuando no tenía ninguna relación con esos cargos”.

Barrot, por su parte, subrayó que “no hubo contrapartidas” en la liberación y agradeció la mediación de autoridades brasileñas y mexicanas.

El Foro Penal informó que, además de los extranjeros, existen 41 presos políticos venezolanos con doble nacionalidad: quince con ciudadanía española y once con la colombiana.

Estas detenciones arbitrarias suelen ir acompañadas de condiciones de reclusión inhumanas.

Fotografía de archivo de personas que sostienen carteles con imágenes de presos políticos durante una manifestación frente a la sede del Ministerio de Servicio Penitenciario, en Caracas (EFE/ Miguel Gutierrez)

Vamos a luchar para que esto no vuelva a suceder. Pensamos en los demás, no los vamos a olvidar”, dijo la madre de Castro, Hélène Boursier.

La política de detención de extranjeros y opositores ha sido denunciada reiteradamente por organizaciones de derechos humanos.

Amnistía Internacional advirtió en un informe reciente sobre el uso de “desapariciones forzadas” por parte del régimen, señalando que “las autoridades venezolanas parecen utilizar esta práctica para justificar sus relatos sobre las ‘conspiraciones extranjeras’ y como moneda de cambio en negociaciones con otros países”.

El presidente colombiano Gustavo Petro celebró la liberación de Castro y solicitó de inmediato la excarcelación de los colombianos privados de libertad en Venezuela.

“Es esencial la libertad de todos los presos políticos en Venezuela y en el continente”, publicó Petro en sus redes sociales.

El régimen de Maduro rechaza la existencia de presos políticos y argumenta que todos los retenidos enfrentan procesos legales ordinarios. Sin embargo, familiares, diplomáticos y ONG denuncian la utilización de la privación de libertad como castigo contra la disidencia y como instrumento de presión en la arena internacional.

(Con información de EFE)