
En 2008, la final de la Champions League entre el Chelsea y el Manchester United dejó una marca imborrable para John Terry, ex capitán del club londinense. Durante el enfrentamiento en el Estadio Luzhniki de Moscú, Terry tuvo en sus manos la posibilidad de darle el primer título europeo al equipo. En el cobro decisivo, resbaló y su disparo golpeó el poste, un momento que se volvió emblemático tanto para el jugador como para la historia de la competición. La tanda de penales culminó con victoria para el Manchester United, mientras el Chelsea quedaba al borde de la gloria.
En una reciente entrevista concedida al podcast de Reece Mennie, el ex defensor relató la profundidad de su sufrimiento tras la derrota en Rusia. “Mirando hacia atrás, me hubiera encantado en ese momento haber hablado con alguien porque recuerdo que después del juego, todos volvimos al hotel y yo estaba en el piso 25 en Moscú, y estaba mirando por la ventana y pensando: ‘¿Por qué? ¿Por qué?’”, declaró Terry. El ex capitán aseguró que, aunque no se sintió decidido a saltar, sí experimentó pensamientos oscuros ante el dolor de la derrota y la presión autoimpuesta.
Terry nunca antes había hecho público que consideró pensamientos suicidas después de aquel penal fallido. El defensor reconoció que la llegada de sus compañeros de equipo a su habitación esa noche evitó consecuencias graves. “Subieron los chicos y me llevaron abajo. Son esos momentos en los que uno se pregunta: ‘¿Y si…?’. Nunca se sabe, ¿verdad?”, añadió el ex central blue.
A los pocos días, el futbolista debió integrarse al seleccionado inglés, lo que implicó compartir mesa con jugadores del Manchester United. “Ahora estamos sentados en la mesa del comedor con los jugadores del Manchester United, ¡lo cual fue lo peor que me pasó de todos modos!”, recordó el ex capitán. Poco después, anotó un gol de cabeza con la selección en Wembley pero expresó la imposibilidad de borrar el recuerdo de aquella final: “¿Por qué no puedo cambiar ese momento por eso?”.

Cuatro años después, el Chelsea logró finalmente conquistar la Liga de Campeones al vencer por penales al Bayern Múnich. Terry formó parte del plantel aunque no disputó el partido final debido a una suspensión por haber sido expulsado previamente frente al Barcelona. Ese triunfo europeo completó un palmarés en el que acumuló cinco títulos de Premier League, cinco Copas FA, tres Copas de la Liga y una Europa League.
El ex jugador admitió que, tras la final de Moscú, escribió una carta pública dirigida a los aficionados a través del sitio web del Chelsea para disculparse por lo sucedido sobre el campo. Dijo que apenas pudo dormir en las noches siguientes, mientras revivía el momento. La herida emocional persistió a lo largo de los años, e incluso hoy se manifiesta en pesadillas. “Todavía me despierto en mitad de la noche y pienso: ‘Sí, pasó, y no creo que vaya nunca’”, subrayó Terry en su conversación con Mennie.
Durante este periodo difícil, Ray Wilkins, entonces segundo entrenador del Chelsea, jugó un papel fundamental en el acompañamiento emocional del futbolista. “Ray Wilkins fue probablemente el mejor en eso […]. Descubres rápidamente quiénes son tus amigos y quiénes son las personas que realmente te cuidan y te aprecian”, afirmó. Wilkins fue el primero en llamar al defensa para asegurarse de que estuviera bien, junto a un reducido círculo de allegados.
“Son esos momentos los que realmente te hacen darte cuenta de que los amigos en el fútbol son escasos. Pero los verdaderos amigos en los momentos difíciles sí que destacan”, concluyó Terry en el podcast.