Luego de un lunes en donde se habían reanudado parcialmente las actividades, por promesas de pago de la empresa, esta madrugada los colectiveros del grupo MOQSA (Micro Ómnibus Quilmes Sociedad Anónima) volvieron a estar de paro por la “falta de pago de haberes”.
El conflicto, que comenzó el viernes pasado, afecta a las principales líneas del grupo transportista quilmeño como la 159, 219, 300, 372, 584, 603 y 619. Sin embargo, la línea 22, que había parado el viernes, está funcionando.

En la medida de fuerza también está involucrada la línea 148 de la empresa El Nuevo Halcón y las unidades pertenecientes a San Juan Bautista (líneas 383 y 500), que tampoco habían circulado a partir del viernes, dejando sin transporte a miles de vecinos de Florencio Varela, Quilmes, Berazategui y zonas aledañas. Según los delegados de MOQSA son “1047 los compañeros no han cobrado los salarios en su totalidad”, lo que llevó a la determinación al cese de actividades.
“No hemos cobrado los salarios y se ha decidido un paro por tiempo indeterminado”, declaró un colectivero delegado de la empresa a TN. La medida afecta a los servicios de colectivos que conectan la zona sur del conurbano bonaerense con la Ciudad de Buenos Aires.

El delegado explicó que la empresa nunca había presentado inconvenientes para abonar los sueldos. “Yo llevo veinte años en la empresa, y nunca tuvimos problemas con el salario. Desde que cambió la política de manejo de subsidios y la SUBE, todo fue para peor”, afirmó. Los trabajadores responsabilizan a la falta de transferencias de fondos por parte del Gobierno nacional: “Nación no depositó lo que tenía que bajar, esa es la excusa que da la empresa”.
La situación afecta directamente a los pasajeros, que se ven forzados a buscar alternativas costosas para poder viajar, como el uso de aplicaciones o autos compartidos. Un vecino relató que un viaje hasta la estación Florencio Varela por aplicación cuesta 8 mil pesos, mientras que compartir un auto hasta Constitución sale 5000 por persona cuando viajan cuatro. “Esto se puede hacer un día o dos, pero no se aguanta mucho más”, sostuvo un usuario.

Dentro de la empresa, los ánimos están caldeados por la incertidumbre laboral. “Nunca nos pasó llegar al día diez sin cobrar, esto es una locura”, denunció otro delegado, y añadió: “Antes nos pagaban hasta con monedas, pero siempre cobramos. Ahora ni la obra social están pagando”.
Los trabajadores relatan que deben recurrir a familiares para cubrir gastos básicos mientras esperan una solución: “Le pedí plata a mi hermana, pero no se puede vivir así. Uno labura todo el mes esperando el sueldo”.
La decisión de la asamblea es clara: el paro se mantendrá hasta que cada trabajador, tanto de conducción como de la administración, reciba el sueldo en su totalidad. La empresa, según los delegados, argumenta que desde hace un año el Gobierno nacional modificó el esquema de pagos de los subsidios y viene depositando los fondos fuera de término: “Antes les depositaban a principios de mes. Ahora, los nueve o diez. Nosotros tenemos que cobrar el cuarto día hábil, ¿por qué lo hacen así?”.
Las puertas de MOQSA permanecen cerradas a la espera de alguna novedad, mientras los delegados sindicales insisten en que la medida se sostendrá hasta que paguen al último empleado. También remarcan que la situación es similar en las otras compañías del grupo, como El Nuevo Halcón y San Juan Bautista.
Ante la consulta sobre el impacto en los usuarios, los choferes expresan: “Les pedimos disculpas a los pasajeros, pero no nos queda otra. Esta es la única herramienta que tenemos para hacer valer nuestro reclamo”.