Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint

Paolo Rocca expuso las principales preocupaciones que tienen en estos momentos los industriales en el marco de una actividad manufacturera que se encuentra frenada y que se mantendrá así al menos hasta las elecciones, según el consenso entre los empresarios del sector.

El presidente del Grupo Techint, uno de los más poderosos de la Argentina, reiteró este jueves la necesidad de “nivelar la cancha” para fortalecer el tejido industrial ante la apertura importadora que impulsa el Gobierno de Javier Milei, cuyo rumbo macro todavía apoya, e hizo foco en la amenaza que representan los productos provenientes de China, pero también las dudas que genera esa ola entre los empresarios a la hora de invertir.

Si bien es un personaje de relevancia en el mundo de los negocios y con gran influencia en la Unión Industrial Argentina (UIA), Rocca no acostumbra a dar declaraciones públicas más allá de los encuentros que organiza su empresa. Fue el caso del evento “Industrialización, comercio y aranceles” que se realizó este jueves por la tarde en el Centro de Convenciones de Techint en la Ciudad.

Robert Ligthizer y Paolo Rocca

El encuentro tuvo como principal invitado a Robert Ligthizer, ex representante Comercial de Estados Unidos durante la primera presidencia de Donald Trump (2017-2021), impulsor del proteccionismo y de la suba de aranceles para frenar el avance de China, no solo en su país sino en todo el mundo.

Rocca no dudó de calificar ante el halcón norteamericano que las tarifas aplicadas por Trump son “rudimentarias” y de impacto para las Naciones -y sus respectivas empresas – que forman parte del bloque alineado con los valores occidentales. Ligthizer justificó esa decisión en la complejidad de acordar con cientos de países al mismo tiempo y sostuvo que para enfrentar la amenaza china hay que avanzar en un “desacoplamiento estratégico”. “Necesitamos a la Argentina de nuestro lado”, apuntó en el cierre de su participación.

Terminado el panel, Rocca fue abordado por periodistas que lo consultaron sobre la actualidad de la industria y los tópicos conversados en el evento. Hubo dos declaraciones que vale la pena retomar:

  • “El aumento de las importaciones chinas afecta la cadena de valor y pone en duda decisiones de inversión”.
  • “Hay que nivelar la cancha y pensar cómo fortalecer el sector industrial. Es un planteo que hace la UIA, porque la manufactura es un componente fundamental del desarrollo del país”. El último punto fue en alusión a las definiciones de Ligthizer sobre la importancia de la industria para generar “buenos empleos”.

Los números muestran que la industria atraviesa un mal momento. El último informe de la UIA resaltó que continúa el “amesetamiento” de la actividad manufacturera tras el reobote del segundo semestre de 2024. La caída es del 10% promedio respecto a los niveles de 2023, con los rubros vinculados a la construcción con un desplome del 24% respecto a los períodos mencionados y con tres sectores en alza: molienda de soja, refinación de petróleo y producción de motos. El resto ese encuentra “en la lucha”.

El reporte de la casa fabril señaló también que el reciente aumento de tasas puede impactar en el crédito y el costo de capital de trabajo

El reporte de la casa fabril señaló también que el reciente aumento de tasas puede impactar en el crédito y el costo de capital de trabajo. A eso se le sumó que la importación de bienes de consumo alcanzaron los USD 5.268 millones, una suba del 32% contra 2023, cuando la producción industrial registró una caída del 10% frente a ese período.

“Otro de los rubros importados que registraron una suba considerable fueron los bienes despachados mediante servicios postales (courier), que registraron una suba de +42% contra 2023. En tanto, las exportaciones industriales muestran un estancamiento. Si bien en junio se observó una suba del 12% interanual, las mismas comenzaron a mostrar una desaceleración respecto a meses previos”, apuntó la UIA.

Martín Rappallini, presidente de la entidad, expone esa situación ante los medios con bastante frecuencia pero además plantea que desde marzo de este año el sector pierde entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo mensuales. La sinceridad le valió alguna cara de insatisfacción de parte de sus compañeros que también conforman el poderoso Grupo de los 6 (G6): la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Sociedad Rural Argentina.

Los números muestran que la industria atraviesa un mal momento

Solo CAMARCO comparte con la UIA la transparencia a la hora de reflejar sus problemas, que comparten ser los más perjudicados por las políticas del Gobierno pero también fueron los más atacados por Milei.

No es menor que Rocca tiene una influencia determinante en la “línea editorial” de la casa fabril. “Hasta las elecciones todo va a estar frenado, después veremos qué pasa. Pero si hay recuperación de los ingresos y la actividad, por más tenue que sea, no sirve que sea para que la gente compre productos chinos”, dijo a Infobae un directivo de la cúpula industrial.

En los primeros siete meses de 2025, las importaciones argentinas desde China sumaron USD 9.752 millones, lo que representó un aumento interanual del 73,9%, según datos del Indec. El gigante asiático concentró el 22,3% del total de importaciones argentinas durante ese período, ubicándose como el segundo proveedor de bienes al país después de Brasil. El intercambio comercial con China mostró un saldo negativo de USD 5.714 millones para Argentina. Las exportaciones hacia ese país totalizaron USD 4.038 millones, con una baja del 1,3% frente a igual lapso de 2024.

Hacia adelante hay otro interrogante que circula en el sector para la industria pero también para el Grupo Techint: “¿Puede comenzar a ingresar acero chino a la Argentina que compita en los grandes proyectos que se vienen en minería y energía, especialmente para ductos en Vaca Muerta?”. Es una situación que por ahora no se materializó, pero China representa más de la mitad de la producción mundial de acero.

“Casi ningún sector puede competir con los productos del gigante asiático -escala y condiciones laborales inaceptables para occidente mediante- aunque se eliminen las tasas municipales, se reduzcan a cero los juicios laborales y se mantenga la estabilidad macroeconómica”, explicó un referente textil.