La escritora Mariana Enríquez ha visto cómo su obra se ha expandido más allá de las páginas, llegando a escenarios, podcasts y adaptaciones cinematográficas, y ahora cuatro de sus relatos serán llevados a la pantalla en una miniserie dirigida por Pablo Larraín para Netflix. Según informó el medio chileno The Clinic, el proyecto, aún sin título oficial, se encuentra en fase de preproducción y representa una colaboración entre Chile y Argentina, con la participación de las productoras Fábula y K&S. La filmación está programada para comenzar en junio y se desarrollará entre Santiago y Buenos Aires, ciudades donde el cineasta y su equipo ya se encuentran trabajando.
La serie marca el regreso de Pablo Larraín al género del horror tras su película El Conde (2023), y su retorno al formato de series después de trabajos como Prófugos (2011) y Lisey’s Story (2021). El propio director ha definido la propuesta como una exploración del “terror íntimo”, centrada en los miedos personales y cotidianos, y alejada de los recursos tradicionales del género. La producción contará con un elenco integrado por actores chilenos y argentinos, y se extenderá hasta septiembre.
El guion de la miniserie incluye cuatro relatos de Mariana Enríquez: “Mis muertos tristes”, “Julie” y “Un lugar soleado para gente sombría”, todos ellos parte de su libro más reciente, Un lugar soleado para gente sombría (Anagrama, 2024), y “Cuando hablábamos con los muertos”, publicado originalmente en Chile en 2013 por Montacerdos. Estos cuentos abordan temáticas como la violencia, el duelo, la locura y las huellas de la dictadura, combinando elementos sobrenaturales con realidades sociales y personales.
El equipo técnico de la serie incluye a colaboradores habituales de Pablo Larraín, como Waldo Salgado en la asistencia de dirección, Sergio Armstrong en la dirección de fotografía y Eduardo Paxeco a cargo del casting. Fábula, la productora fundada por los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín, y K&S, responsables de títulos como Relatos salvajes (2014) y El reino (2021), lideran la coproducción. Tanto desde Fábula como desde Netflix han evitado hacer declaraciones públicas sobre el proyecto, y el anuncio oficial se espera para la segunda semana de junio.
En El Conde, estrenada en Netflix en 2023, Larraín transformó a Augusto Pinochet en un vampiro de 250 años, mezclando terror gótico y sátira política en el contexto de los 50 años del Golpe de Estado en Chile. La película recibió el premio al Mejor Guion en el Festival de Venecia y generó debate en el país. El cineasta explicó que la figura vampírica del dictador surgió de la necesidad de representar simbólicamente su impunidad y maldad.
Por su parte, la obra de Mariana Enríquez ha sido reconocida tanto en América Latina como internacionalmente. Ganadora del Premio Herralde de Novela por Nuestra parte de noche (2019) y finalista del International Booker Prize, la autora ha sido comparada con figuras como Shirley Jackson y Stephen King, aunque su estilo se distingue por abordar el terror desde una perspectiva latinoamericana, enfocada en la violencia estructural, la desigualdad y los duelos históricos. El jurado del Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, que recibió en 2024, destacó su capacidad para utilizar el horror como herramienta para enfrentar realidades apremiantes de la región.
Algunos de los relatos de Enríquez ya han sido adaptados previamente. El largometraje La virgen de la tosquera (2025), dirigido por Laura Casabé, combina dos de sus cuentos y debutó en el Festival de Sundance. Su primera novela, Bajar es lo peor, también fue llevada al cine de manera independiente a comienzos de los años 2000. Además, su obra ha inspirado versiones teatrales, como Las cosas que perdimos en el fuego, adaptada por Manuela Infante y estrenada en el Theater Basel en Suiza en 2024, así como podcasts, adaptaciones gráficas y producciones realizadas por fanáticos. El fenómeno literario que rodea a Mariana Enríquez se refleja en la respuesta de sus lectores, quienes acuden en masa a librerías y festivales donde se presenta. En 2024, la autora presentó No traigan flores, una experiencia performática que combinó lectura en vivo, música e imágenes, y que se presentó en escenarios de Buenos Aires y en el Teatro Nescafé de las Artes en Santiago, con localidades agotadas.
Los relatos seleccionados para la miniserie de Netflix exploran diferentes facetas del horror. “Mis muertos tristes” narra la vida de una médica de sesenta años en un barrio de clase media trabajadora de Buenos Aires, quien puede ver y escuchar a los muertos. Su don la convierte en mediadora entre los vivos y una creciente presencia de espectros, principalmente jóvenes asesinados que aparecen con las marcas de sus muertes violentas. La llegada de un nuevo fantasma, producto de un crimen ignorado por la comunidad, altera el equilibrio y revela verdades ocultas.
En “Julie”, una joven argentina criada en Estados Unidos regresa a Buenos Aires debido a una enfermedad que no puede tratar en el extranjero. Su presencia en la casa familiar genera tensiones y desconcierto, ya que Julie, con un aspecto descuidado y comportamientos extraños, asegura mantener relaciones con espíritus, lo que inquieta a sus parientes. “Un lugar soleado para gente sombría” sigue a una periodista argentina que viaja a Los Ángeles para investigar la muerte de Emily Lam, una joven hallada ahogada en el tanque de agua de un hotel. Inspirada en el caso real de Elisa Lam en 2013, Mariana Enríquez fusiona el género de true crime con elementos sobrenaturales, abordando el morbo digital y la exposición del sufrimiento ajeno como espectáculo, en una línea similar a la serie Black Mirror.
El cuarto relato, “Cuando hablábamos con los muertos”, se sitúa en la posdictadura argentina y presenta a un grupo de adolescentes que realizan sesiones de espiritismo para contactar a seres queridos desaparecidos. Lo que comienza como un juego se transforma en una experiencia inquietante, marcada por apariciones y una atmósfera opresiva.La adaptación de estos relatos a la pantalla por parte de Pablo Larraín y Netflix representa un nuevo capítulo en la expansión del universo de Mariana Enríquez hacia el streaming, consolidando su posición como una de las voces más influyentes del horror contemporáneo en español.