El cambio climático y el calentamiento de los mares están teniendo un impacto devastador en los arrecifes de coral, provocando un blanqueamiento generalizado de los corales como el que se muestra arriba. KAUST; MORGAN BENNETT SMITH.

Un velo blanco, casi fantasmal, cubre hoy lo que hasta hace poco era un espectáculo de vida y color bajo el mar. Donde antes brillaban peces y corales multicolores, hoy reina el silencio y una palidez cenicienta. Así describen los científicos el impacto del peor evento de blanqueamiento de corales a escala global jamás registrado.

El dato es demoledor: más del 80% de los arrecifes del mundo han sido afectados desde enero de 2023, según reveló The Guardian citando datos del Coral Reef Watch, una red de monitoreo del gobierno de Estados Unidos.

El fenómeno, vinculado directamente al aumento de las temperaturas oceánicas por el cambio climático, ya alcanzó a los arrecifes de al menos 82 países y territorios. Los científicos advierten que los corales están entrando en un “territorio inexplorado”, donde incluso los refugios térmicos considerados más resilientes han comenzado a ceder.

El blanqueamiento coralino se produce cuando los corales, bajo condiciones de estrés térmico, expulsan las microalgas que viven en sus tejidos y que les proporcionan color y nutrientes. Si la temperatura del mar no se normaliza, estos organismos pueden morir, y con ellos, colapsar todo el ecosistema que los rodea.

En este evento actual, el 84% de los arrecifes monitoreados ya han sido expuestos a niveles críticos de calor. El número supera ampliamente los registros de eventos anteriores: el 68% en el periodo 2014-2017, el 37% en 2010 y el 21% en 1998, cuando se registró el primer blanqueamiento coralino masivo.

Coral afectado por blanqueamiento. UNIVERSIDAD DE WOLLONGONG

“El hecho de que tantas zonas consideradas como refugios, como Raja Ampat en Indonesia o el Golfo de Eilat en Israel, estén sufriendo blanqueamiento, sugiere que el calentamiento global ha llegado a un punto crítico. Ya no quedan lugares seguros para los corales”, alertó el Dr. Derek Manzello, director de Coral Reef Watch.

Los arrecifes de coral son mucho más que una postal paradisíaca: se los conoce como las “selvas tropicales del mar” por su impresionante biodiversidad. Sostienen a más de un tercio de todas las especies marinas y son vitales para la subsistencia de cerca de mil millones de personas en todo el planeta, ya sea por pesca, turismo o protección costera.

Australia, epicentro de una de las catástrofes ambientales más visibles, declaró recientemente el sexto evento de blanqueamiento masivo en la Gran Barrera de Coral en solo nueve años. El otro arrecife australiano declarado Patrimonio de la Humanidad, Ningaloo, también sufrió el nivel más alto de estrés térmico registrado.

Desde el otro lado del océano Índico, llegan reportes igualmente alarmantes: los arrecifes de Madagascar, la costa este de África y el parque iSimangaliso en Sudáfrica (también Patrimonio de la Humanidad) están atravesando un proceso de decoloración sin precedentes.

“Nunca habíamos visto algo así”, sostuvo la Dra. Britta Schaffelke, del Instituto Australiano de Ciencias Marinas y coordinadora de la Red Mundial de Monitoreo de Arrecifes de Coral (GCRMN). “El blanqueamiento está superando incluso la capacidad de los equipos científicos para monitorear lo que ocurre en tiempo real”.

En este evento actual, el 84% de los arrecifes monitoreados ya han sido expuestos a niveles críticos de calor. EFE/ Great Barrier Reef Authority

En América, el Caribe, Florida y México fueron de las primeras regiones en reportar daños extremos tras el calor récord del verano de 2023 en el hemisferio norte.

La situación en México es especialmente alarmante. En algunas zonas del Pacífico, se perdió hasta el 93% de los corales, mientras que en Florida uno de cada cinco desapareció.

“Muchas de las colonias que conocía bien, que habían sobrevivido incluso a brotes de enfermedades años atrás, murieron en cuestión de semanas”, relató el científico mexicano Lorenzo Álvarez-Filip, quien estudia los arrecifes del Caribe y el Golfo de México. “Fue devastador. Saber lo que íbamos a encontrar y tener que ir igual a documentarlo nos generó una profunda angustia”.

El impacto también ha sido brutal para los proyectos de restauración. La Dra. Valeria Pizarro, del Instituto Perry de Ciencias Marinas, trabajaba con corales cuerno de ciervo en las Bahamas cuando llegó la ola de calor.

“En cuestión de días, los arrecifes poco profundos se transformaron en paisajes blancos. Era como si se derritieran”, dijo, al borde de las lágrimas.

Coral blanqueado en el santuario marino nacional Flower Garden Banks, en la costa de Galveston, Texas, en el golfo de México, el 16 de septiembre de 2023. (AP Foto/LM Otero, archivo)

Desde el Caribe, Melanie McField, fundadora de la iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable, describió la escena con crudeza poética:

“El blanqueamiento siempre es inquietante. Es como si hubiera caído una nevada silenciosa sobre el arrecife. No hay peces, no hay colores. Sólo una palidez espectral y una calma que da miedo”.

Ante este escenario, los científicos coinciden en que la única solución a largo plazo es drástica: reducir con urgencia el uso de combustibles fósiles y apostar decididamente por las energías limpias. “Necesitamos acción real, no promesas vacías ni discursos de ocasión”, exigen.

El impacto ecológico es tan profundo como visible. Las imágenes recogidas por equipos de buceo en distintas partes del mundo muestran verdaderos cementerios submarinos, con colonias de coral completamente blancas, sin peces ni señales de actividad.