La caja negra del Boeing 787 de Air India sugiere que el capitán interrumpió el flujo de combustible antes del accidente en Ahmedabad (REUTERS/Adnan Abidi)

La grabación de la caja negra del vuelo AI-171 de Air India sugiere que el capitán habría interrumpido el suministro de combustible a ambos motores del avión segundos después del despegue, según una evaluación preliminar de autoridades estadounidenses citada el miércoles por el Wall Street Journal.

De acuerdo con el medio, el primer oficial Clive Kunder le preguntó al capitán Sumeet Sabharwal por qué movió los interruptores a la posición de “cutoff”, a lo que este respondió: “Yo no lo hice”. El intercambio ocurrió mientras el avión ya se encontraba en el aire y, según personas familiarizadas con el contenido de la grabación, Kunder mostró sorpresa y luego entró en pánico, mientras Sabharwal se mantuvo sereno.

Hasta el momento, las autoridades indias no han respondido oficialmente al contenido del informe del medio estadounidense.

Un informe preliminar de la Oficina India de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB), publicado el 12 de julio, indica que el flujo de combustible a ambos motores se interrumpió a los pocos segundos del despegue, provocando una pérdida repentina de potencia y la caída del avión sobre edificios cercanos al aeropuerto de Ahmedabad.

Según el informe, los interruptores de control de combustible pasaron de la posición “RUN” a “CUT OFF” con apenas un segundo de diferencia. Posteriormente, fueron devueltos a “RUN”; sin embargo, aunque el motor izquierdo mostró signos de recuperación, el motor derecho no volvió a encenderse.

Las Cámaras de seguridad del aeropuerto captaron el despliegue de la Ram Air Turbine (RAT), un dispositivo que se activa ante la pérdida total de energía y empuje. El informe también descartó la presencia de aves en la trayectoria del vuelo y señaló que la aeronave comenzó a perder altitud antes de cruzar el muro perimetral del aeropuerto. Además, mencionaron que la configuración de los flaps y el tren de aterrizaje era normal en el momento del impacto.

El vuelo, un Boeing 787-8 Dreamliner con destino a Londres, se estrelló el 12 de junio poco después de despegar del Aeropuerto Internacional Sardar Vallabhbhai Patel, en Ahmedabad, capital económica del estado indio de Gujarat. Murieron 260 personas, incluidos 241 ocupantes de la aeronave y 19 personas en tierra. Solo una persona a bordo sobrevivió.

El informe detalló que los interruptores de combustible pasaron de la posición “RUN” a “CUT OFF” con un intervalo de menos de un segundo entre ambos, lo que causó el apagado simultáneo de los motores (REUTERS/Amit Dave)

Hasta el momento, el origen exacto de la desconexión de los interruptores no ha sido determinado. El informe no establece si se trató de una acción accidental o deliberada, y no descarta posibles fallos de diseño, errores de mantenimiento o condiciones médicas y psicológicas de los tripulantes.

En paralelo, la Dirección General de Aviación Civil de India (DGCA) ordenó inspecciones en todos los interruptores de control de combustible (FCS) de la flota nacional de Boeing 787.

En una nota interna, Air India informó que sus ingenieros no detectaron anomalías en los dispositivos. Otros países, como Singapur, también realizaron inspecciones similares con resultados negativos.

El caso ha reactivado advertencias de seguridad emitidas en 2018 por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos sobre la posible desactivación del sistema de bloqueo de los interruptores de combustible en algunos modelos de Boeing, incluido el 787.

Air India comunicó a los investigadores que no aplicó esas recomendaciones por tratarse de medidas “recomendadas, pero no obligatorias”.

En una carta enviada el lunes a sus empleados, el director ejecutivo de la compañía, Campbell Wilson, pidió no sacar conclusiones prematuras y afirmó que la investigación “está lejos de terminar”. Un portavoz de la aerolínea agregó que Air India sigue cooperando plenamente con las autoridades.

Según el Wall Street Journal, funcionarios estadounidenses consideran que los detalles surgidos podrían justificar una revisión penal del caso, como ocurriría si el accidente hubiera tenido lugar en territorio estadounidense. En esos escenarios, es habitual que el FBI u otros organismos intervengan si se sospecha de una acción intencional.