A dos semanas del cierre del año, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció una reconfiguración del esquema de bandas cambiarias: a partir del 1° de enero de 2026, pasarán a ajustarse por el último dato disponible de inflación. En base a esta modificación, una consultora estimó en qué valor se ubicará el techo del nuevo desde el primer mes del año que viene.
En efecto, un informe de Invecq indicó que las bandas se ajustarán mensualmente en función de la inflación, aunque con un rezago de dos meses. “Así, el techo se ubicará en torno a $1.564 a finales de enero, frente a los $1.542 que resultarían de mantener el esquema previo; es decir, un leve ajuste de 1,4%”, proyectaron los economistas. De esta manera, si el tipo de cambio mayorista, que se negocia en el Mercado Libre de Cambios, superara los $1.564, la autoridad monetaria debería intervenir para que regrese a un valor dentro del sistema vigente.
Aunque los analistas de la consultora evaluaron como positiva la medida del BCRA, advirtieron que persisten interrogantes de relevancia: «Si bien el ajuste era necesario, resta evaluar si será suficiente para garantizar a la vez una oferta de dólares capaz de cubrir las necesidades de 2026 y la recomposición del activo del Central. La principal incógnita reside en el atesoramiento de individuos: si promediara USD 2.000 millones por mes, las necesidades de financiamiento, dadas nuestras proyecciones de Cuenta Corriente y el objetivo de acumular USD 10.000 millones en el año, podrían superar los USD 50.000 millones».
Y agregaron: “La pregunta clave es si el mercado estará dispuesto a financiar esos montos y, en particular, dicho nivel de dolarización privada. La apuesta del equipo económico es que el ahorro en divisas caiga considerablemente. Si bien este escenario luce plausible, habrá que ver hasta qué punto. Como referencia, el atesoramiento de personas humanas promedió, a precios actuales, USD 21.000 millones en 2016-2019 (USD 24.000 millones si se excluye 2016). En ese período, el TCR se ubicó en niveles comparables al actual en 2016, fue inferior en 2017 y resultó más elevado en 2018-2019. En este marco, la confianza en Milei y en la consistencia del programa será el factor determinante”.
A través de las proyecciones del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Central, es posible anticipar cómo evolucionará el límite superior de la banda cambiaria en los próximos meses. Las estimaciones son realizadas por consultoras privadas, entidades bancarias y centros de análisis económico.
La inflación estimada para diciembre es de 2,1% según el REM, lo que implicaría que el límite superior del esquema alcance los $1.597 al cierre de febrero. En marzo, el techo llegaría a $1.627 (si la inflación de enero es de 1,9%); en abril, $1.655 (con una proyección de 1,7% para febrero); en mayo, $1.685 (si marzo registra un 1,8%); en junio, $1.711 (con 1,6% en abril); y en julio, $1.737 (si mayo marca un 1,5%).
Nuevas bandas: cómo funcionarán
Hasta ahora, las bandas que regulaban las fluctuaciones del tipo de cambio se ajustaban mensualmente a un ritmo del 1%. A partir de enero, el rango establecido por el nuevo esquema se modificará en función del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Indec para noviembre, que fue del 2,47%.
El aumento del IPC en los meses previos hacía que el ajuste del 1% quedara por debajo del avance de los precios, lo que generaba un atraso en la actualización de las bandas en términos reales. El cambio anunciado busca corregir ese desfase. De esta manera, tanto el valor máximo como el mínimo del corredor cambiario se moverán un 2,47%, ampliando la distancia entre ambos extremos.

“Dado que el ritmo de deslizamiento de las bandas no se ajusta por la inflación de Estados Unidos, el techo de la banda se incrementa en términos reales a lo largo del tiempo. Las bandas de flotación cambiaria seguirán cumpliendo la función de limitar el riesgo de movimientos extremos y abruptos en el tipo de cambio”, comunicó la autoridad monetaria.
En tanto, Santiago Bausili, presidente del BCRA, explicó que ajustar las franjas de acuerdo al IPC “no quiere decir que la inflación va a ser mayor o menor; le está dando un grado de flexibilidad a las bandas”. Además, describió la decisión como un “aporte para la reducción de incertidumbre hacia adelante”.
En su último reporte, Jorge Vasconcelos, economista e investigador del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea, un conjunto de tres factores precipitaron el cambio de esquema:
- La emisión del Bonar 29, por el que se obtuvieron poco más de 900 millones de dólares, pese a ofrecer un rendimiento del orden del 9,3% anual;
- La cercanía de la revisión del programa acordado con el FMI, con un “fuerte incumplimiento” de la meta de reservas netas;
- Los “modestos resultados” en la compra de divisas por parte del BCRA, aun con la mejora de las condiciones políticas después de octubre y pese a que el precio del dólar subió 17 puntos por encima de la inflación (48% vs 31%) en los últimos doce meses, definiendo un “peso menos apreciado”.
El sistema de bandas cambiarias vigente se pactó con el FMI antes del levantamiento parcial de restricciones cambiarias en abril. Bajo este mecanismo, el Banco Central está obligado a intervenir si el tipo de cambio se ubica fuera de los límites establecidos, que actualmente basculan de $919,04 a $1.522,05. El objetivo de la medida es atenuar la volatilidad y evitar saltos bruscos en la cotización del dólar.