Miguel Ángel Lemme, histórico colaborador y amigo de Carlos Bilardo, compartió detalles sobre la salud del ex entrenador de la selección argentina en una entrevista con Súper Deportivo Radio, programa que se emite por Radio Villa Trinidad. Sus palabras reflejan la cercanía, el afecto y la tristeza con la que vive el presente del Narigón, diagnosticado hace años con síndrome de Hakim-Adams, una patología neurodegenerativa que afecta sus capacidades cognitivas y motoras.

Lemme relató su última visita a Bilardo: “Estuve el sábado con él, estuvimos merendando. Luego vino la hija, Daniela, con los nietos. Yo me quedé un ratito más. Pero cuando viene la familia yo me voy. Está bien, pero la enfermedad que tiene no es recuperable. Yo siempre lo veo bien”.

Según Lemme, la capacidad de Bilardo de reconocer a sus allegados se ha visto muy reducida. “No, no me reconoce. No reconoce a nadie. A veces confunde a la mujer con la hija y la hija con la mujer. Yo dije, hará más o menos dos años, año y medio, dije que cuando no me conozca no voy más. Pero es más fuerte que yo. Lo quiero tanto que quiero estar al lado de él, porque él tuvo un montón de gente para llevar y siempre me buscó a mí. Y ahora no lo voy a dejar ni loco. No le suelto la mano ni loco. Él no me la soltó a mí y yo ahora no se la suelto a él ni loco”.

El ex futbolista también describió cómo ha cambiado su rutina para poder sobrellevar emocionalmente la situación. Explicó que antes visitaba a Bilardo de lunes a viernes, pero ahora lo hace dos o tres veces por semana: “Voy dos o tres veces por semana porque me hace mal. Sinceramente, me hace mal. Tomo un café, le hablo. Por ahí nada, pero bueno”.

En cada visita, Lemme busca una conexión a través de la música y la memoria afectiva: “Siempre que llego cuando está ahí le entro cantando ‘Es el equipo del Narigón’. Siempre lo mismo. Le canto, lo abrazo, lo beso. ¿En qué anda Carlos? Después le digo chau y me dice ‘¿te vas?’ Y si usted está dormido”.

La convivencia con el síndrome de Hakim-Adams, conocido también como hidrocefalia de presión normal, ha impactado fuertemente la vida de Bilardo. Esta enfermedad, diagnosticada previo a la pandemia, limita severamente la comunicación y la independencia de quienes la padecen. Jorge Bilardo, su hermano, contó en otras oportunidades que los médicos habían afirmado que este síndrome no sería la causa de su fallecimiento pero destacó la imposibilidad de tener largas conversaciones con él. “Nos reconoce a todos, eso es bueno, pero no tiene la charla de una conversación. Habla poco”, subrayó Jorge.

Para quienes integraron el círculo íntimo del ex entrenador, el deterioro es difícil de procesar. Lemme confesó los sentimientos con los que convive después de cada encuentro: “A veces, me vuelvo llorando. Yo voy caminando, son 21 cuadras. Y hay muchas veces que me vengo re mal”.

La foto de Carlos Salvador Bilardo compartida por el ex futbolista Pablo Lugüercio

A mediados de mayo, Bilardo recibió la visita de varios ex jugadores y allegados de Estudiantes de La Plata. En ese encuentro estuvieron presentes José Sosa, actual jugador del club, el ex futbolista Pablo Lugüercio, el utilero Rubén Pocho Masina, el médico Pedro De Barrio y el propio Miguel Ángel Lemme. La reunión quedó plasmada en una imagen compartida por Lugüercio en redes sociales, donde dejó en claro la huella que Bilardo dejó en la historia de la institución y en quienes pasaron por ella.

En su mensaje, el Payaso recordó que el entrenador llegó a Estudiantes en un momento crítico y, junto a otros referentes, apostó siempre por las divisiones juveniles, favoreciendo la formación de generaciones de futbolistas. Destacó valores como la dignidad, el esfuerzo y la entrega, elementos que hasta hoy siguen marcando la identidad del club.