La noticia irrumpió en las redes, al desafiar la rutina diaria con un toque de alegría inesperada: Sabrina Artaza, hija del reconocido actor y productor Nito Artaza, está embarazada nuevamente. La revelación, lejos de la solemnidad o la discreción, llegó como solo los artistas saben hacerlo, con ritmo, luces y la complicidad de toda una familia. ¿Quién imaginó que un clásico de la cumbia como La danza de Los Mirlos podría ser el telón de fondo de un anuncio tan personal?

En la cuenta de Instagram de la joven se compartió el instante irrepetible. Su esposo, John, y su pequeña hija, Muna, danzaban entusiasmados, sumando pasos y sonrisas al compás de la música tropical. De pronto, aparece Sabrina. “Esta familia crece al ritmo de la cumbia”, rezaba el pie de foto. No quedaba ninguna duda: el juego de luces, el clima de celebración y su figura anunciaban la espera de un nuevo integrante para la familia, quien será un nuevo nieto para el siempre carismático Nito.

La escena resulta tan festiva como original: un fondo negro envolvió a los tres protagonistas, cuyas siluetas se dibujaban en el aire gracias a la ropa recubierta con tiras de leds multicolor. Al centro, Sabrina, con su marido y la pequeña Muna, bailan al enérgico ritmo de la cumbia, desafiando la oscuridad con cada movimiento luminoso.

Nito Artaza y Sabrina Artaza, en el último encuentro familiar

Las líneas de neón dibujan brazos abiertos, torsos que se inclinan y gestos sonrientes, mientras la coreografía del clásico de Los Mirlos cobra vida ante la cámara. En el abdomen de la joven, un círculo de luz y una figura infantil señalan, sin palabras, el motivo de la celebración: el embarazo. No hace falta sonido para imaginar las palabras ni para percibir la felicidad.

Pero ¿cómo llegó Sabrina a este punto tan lejos de los escenarios de Argentina? Hace siete años cruzó el Atlántico y eligió instalarse en Francia. “Tengo que hacer mi experiencia francesa”, deslizó entonces a su padre, quien, sorprendido pero comprensivo, reconoció que ella se encontraba en un momento profesional estelar en su país natal. Aquella decisión llevó a la pareja a París, donde nació su primera hija, Muna. No faltaron los reencuentros: Nito explicó que ya viajó dos veces para visitarlos y prometía volver apenas termine la temporada de teatro.

En los últimos meses, la propia Sabrina compartió otro capítulo de su historia, a corazón abierto en sus redes: Me llamo Sabrina Artaza, soy franco-argentina y ya hace siete años y medio que vivo en Francia. Soy actriz, bailarina y cantante, y trabajé durante más de doce años en comedia musical y teatro en Argentina”. Su vínculo con el público infantil, siempre estrecho y entrañable, se transformó en un proyecto vital: “Había algo con lo que soñaba: transmitir y enseñar. Hace un año, decidí lanzarme. Comencé a dar clases de iniciación musical en español, así como clases de música en francés en escuelas infantiles y primarias”. Satisfacción, plenitud y orgullo desbordan en sus palabras: “Estoy muy feliz con los resultados y he descubierto una verdadera PASIÓN”. Despertar la curiosidad de grandes y pequeños, ver florecer la expresión artística, se volvió una evidencia. Quienes la siguen reciben una invitación que atraviesa fronteras: “Si buscas un taller artístico, bilingüe, alegre y lleno de cariño, te invito a venir a descubrir mi universo”.

El apellido Artaza pesa en la escena nacional. Nito es una referencia indiscutida, con una carrera jalonada de éxitos y apuestas arriesgadas en el amor. Su primera pareja, Françoise Dugas, eligió el bajo perfil. Lejos de los focos y el bullicio del espectáculo, enfocó su vida en caminos diferentes. Con Nito tuvo dos hijos, Juan Manuel y Sabrina, y aun hoy prioriza sus propios proyectos y la cercanía con sus hijos ya adultos, quienes supieron buscar y forjar sus propios destinos.

Sabrina Artaza, embarazada, vive un presente perfecto junto con su marido (IG: @la.pipistrela)

Françoise, después de una etapa relacionada con el baile, profundizó una faceta espiritual al dedicarse a la masoterapia y al reiki. Hoy también es facilitadora en constelaciones familiares, certificada en el centro ATHY, según detalla en un perfil comercial discreto. No hay grandes despliegues en redes sociales: su cuenta de Instagram permanece privada y rara vez muestra destellos de su vida cotidiana.

Mientras tanto, Nito alterna visitas transoceánicas, proyectos teatrales y la satisfacción inconfundible de ver crecer a la familia. La reciente separación de Cecilia Milone es apenas una anécdota en un presente donde sus hijos y su nieta, Muna, representan la mayor alegría.