La dictadura de Nicaragua otorgó este lunes plenos poderes a Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, para suscribir en nombre del país un acuerdo con la autodenominada República Popular de Donetsk, una entidad instalada por Moscú en el este de Ucrania y considerado territorio ocupado por la comunidad internacional.
El decreto presidencial 129-2025, publicado en La Gaceta, faculta a Laureano Ortega, en calidad de representante especial de los copresidentes de Nicaragua para asuntos con Rusia y asesor presidencial para las inversiones, comercio y cooperación internacional, a firmar un “Acuerdo sobre Cooperación Comercial y Económica” con Donetsk, lo que reafirma el reconocimiento de Managua a la anexión rusa de esa región.
El paso se produce apenas un mes después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania exigiera al régimen de Managua una desmentida oficial tras reportes internacionales que señalaban que Ortega y Murillo habían enviado un mensaje al presidente Vladimir Putin expresando su “pleno respaldo y completo reconocimiento” de las regiones de Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia como parte de la Federación de Rusia.
Kiev advirtió entonces que, de confirmarse, se trataría de una “grave violación del derecho internacional” y se reservó el derecho a responder “de una manera acorde con el nivel sin precedentes de acciones hostiles”.
En ese comunicado, fechado el 31 de julio de 2025, la cancillería ucraniana recordó que la Resolución 3314 de la Asamblea General de Naciones Unidas establece que las ganancias territoriales obtenidas mediante la agresión no pueden ser reconocidas como legítimas.
También citó la Resolución ES-11/4 del 12 de octubre de 2022, que instó a todos los Estados miembros a no reconocer cambios en el estatus de las regiones ucranianas ocupadas por Rusia y a abstenerse de cualquier acción que pudiera interpretarse como legitimación de esa ocupación.
Ucrania reiteró además que Crimea, Sebastopol, Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia “fueron y siguen siendo parte integral del territorio ucraniano” y que cualquier referéndum o declaración unilateral de anexión carece de valor jurídico.
En Managua, lejos de atender la advertencia, Rosario Murillo confirmó en sus alocuciones diarias que Rusia había agradecido a Nicaragua el reconocimiento y respaldo a la ocupación de los territorios ucranianos.
El 31 de julio, la vicepresidenta aseguró que ese “agradecimiento” se transmitió durante una reunión del Movimiento Foro de partidarios contra el neoliberalismo, en la que participaron Laureano Ortega, el vicecanciller Iván Lara y el embajador Orlando Tardencilla.
En la carta enviada a Putin, difundida por medios oficialistas como 19 Digital, el régimen señaló: “En nombre del gobierno y pueblo de Nicaragua expresamos nuestro respaldo total y reconocimiento pleno a las regiones de Donetsk, Jersón, Lugansk y Zaporozhie como parte integral del territorio de la Federación de Rusia”.
Con la decisión oficializada este lunes en La Gaceta, Nicaragua no solo reitera esa posición, sino que la convierte en política de Estado al autorizar a Laureano Ortega a formalizar acuerdos con las autoridades de Donetsk.
El gesto coloca al país en la misma línea de aliados de Moscú como Siria y Corea del Norte, y lo sitúa entre los pocos en el mundo que han reconocido expresamente los territorios ocupados como rusos.
La comunidad internacional, incluyendo a la Unión Europea y a Estados Unidos, ha considerado estas anexiones ilegales y ha impuesto sanciones a Rusia y a individuos que promuevan su legitimación.
En 2020, Kiev impuso sanciones a Nicaragua tras la apertura de un consulado honorario en la ciudad de Simferopol, en Crimea, ocupada por Rusia desde 2014. En noviembre de 2022, cuando Moscú formalizó la anexión de cuatro regiones ucranianas, Nicaragua estuvo entre los pocos países que respaldaron la decisión. Desde entonces, Ucrania ha mantenido congeladas las relaciones bilaterales y ha advertido reiteradamente que cualquier intento de profundizar el reconocimiento sería respondido con medidas diplomáticas adicionales.
Desde hace más de una década, Laureano Ortega ha encabezado las negociaciones con Rusia, China e Irán, presentándose como gestor de inversiones y coordinador de proyectos estratégicos. A sus 42 años, acumula una cartera de viajes, acuerdos y reuniones de alto nivel que lo han convertido en la cara visible del régimen fuera de Nicaragua y en el delfín político de la pareja gobernante.
Desde su regreso al poder en 2007, Ortega reactivó los vínculos históricos con Rusia, que en los años ochenta fue el principal sostén de su gobierno. En 2008, Nicaragua fue uno de los escasos países que reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur tras la guerra en Georgia.
En 2014, tras la anexión de Crimea, defendió públicamente la posición rusa. En 2022, fue uno de los primeros en reconocer los referendos organizados por el Kremlin en territorios ocupados de Ucrania.
La firma de un acuerdo con Donetsk no tendría un impacto inmediato en términos económicos, dada la falta de reconocimiento internacional de esa entidad, pero sí representa un desafío a las normas del derecho internacional.
Ucrania ha reiterado que cualquier reconocimiento de la ocupación rusa “es legalmente nulo y sin valor ni efecto jurídico”, pero advierte que tendrá consecuencias políticas y diplomáticas para quienes lo promuevan.