Hermana de Pablo Esobar reveló a qué novia habría querido más - crédito Colprensa

En la guerra y en el amor todo se vale o, al menos, así es como el narcotraficante colombiano Pablo Emilio Escobar entendía la vida.

A temprana edad encontró a la que sería su esposa, hasta el día de su muerte, pero aun así, el capo estuvo envuelto en amoríos con las mujeres más bonitas que frecuentaban las dos discotecas de moda en Medellín, o al menos, eso dijo su lugarteniente y jefe de sicarios, alias Popeye, a Infobae Argentina, hace unos años.

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“El Patrón sólo tuvo tres amantes: Elsy Sofía Escobar Muriel, reina de belleza de la Ganadería en 1984; la modelo Wendy Chavarriaga Gil, a quien Pablo mandó a matar porque quiso entregarlo al Bloque de Búsqueda y Virginia Vallejo. Las demás fueron mujeres de paso, hembras para una noche o un fin de semana. Por su cama gatearon desnudas reinas de belleza, modelos, presentadoras de televisión, deportistas, colegialas y mujeres del montón… Eso sí, todas hermosas”.

Pablo Escobar junto a sus hijos Manuela y Juan Pablo, y a su esposa Victria Henao - crédito Editorial Planeta

Escobar tenía un gusto enfermizo por las “niñas vírgenes”, pero se conformaba con que estuvieran “jovencitas”, como Elsy, a quien llegó a querer más que a cualquier otra, según dicen sus allegados.

De cabello rubio, ojos azules y curvas que le aseguraron un título en el reinado de la ganadería de 1984, conquistó al capo colombiano y logró estar junto a él durante dos largos años, a pesar de que “casi no repetía” y “era raro ver a la misma muñeca dos o tres veces con él”.

Popeye sugirió en entrevista que “debió ser muy buen polvo para que prolongara su relación con Pablo” e, incluso, confesó que la miraba de más cuando la recogía para dejarla en casa del capo. Acomodaba “el espejo retrovisor para admirar las dos bellezas que se asomaban por el escote de su blusa, podía intuir lo que ocultaba la delicada tela”.

Sin embargo, la relación de Escobar y Elsy no estaba destinada a durar para siempre. Un día de 1986, mientras viajaban de una isla del pacífico a Medellín, el helicóptero en el que iban se desplomó y a la reina se le rompió el brazo isquierdo: “Elsy Sofía frecuentó al patrón varias veces después del accidente, pero enyesada perdió el encanto”.

Además, llegó a colocarle un ultimátum a Escobar, con todo y que la había llenado de lujos, entre ellos, un apartamento. Le dijo que debía escoger entre ella y su mujer y, como había hecho antes, el capo dejo de hablarle.

Victoria Eugenia Henao junto a Pablo Emilio Escobar - crédito X

¿Cómo era la relación de Escobar con su esposa?

La relación entre Pablo Emilio Escobar Gaviria y Victoria Eugenia Henao, que se convertiría en su esposa, estuvo rodeada de polémica desde el inicio. La pareja se conoció a principios de la década de 1970 en el barrio La Paz, en el municipio de Envigado, Antioquia.

Entonces, Escobar tenía 23 años, mientras que Henao apenas llegaba a los 12. Y esa diferencia de edad generó tensiones en el entorno familiar de la joven y entre su circulo más cercano.

El primer encuentro entre la pareja ocurrió cuando Escobar, montado en su motocicleta, cruzó frente a Henao. Desde ese instante, el narcotraficante quedó cautivado por la joven, y lo que comenzó como un intercambio de miradas y gestos se transformó rápidamente en un intento decidido de conquista. A pesar de la evidente diferencia de edad, Escobar no se detuvo ante las advertencias ni los obstáculos que surgieron en el camino.

El capo inició su acercamiento enviando mensajes a través de una amiga cercana de Henao, llamada Yolanda. Aunque la intermediaria le señaló la diferencia de edad como un problema, Escobar desestimó cualquier objeción y continuó empeñado en conquistar a Henao.

A medida que avanzaba en su cortejo, comenzó a regalarle pequeños obsequios que, con el tiempo, se volvieron más significativos. Estos gestos lograron que la joven aceptara encuentros breves, que se llevaban a cabo en secreto y, solo en algunas ocasiones, con la compañía de su amiga.

Sin embargo, cuando la familia de Henao, especialmente su madre Leonor y sus hermanos, se enteraron de la relación, la situación se tornó más complicada. Los familiares de la joven intentaron disuadirla, advirtiéndole sobre el carácter y las intenciones de Escobar. A pesar de estas advertencias, Henao decidió seguir adelante, guiada por sus sentimientos hacia Escobar.

Victoria Eugenia Henao Vallejo (hoy María Isabel Santos Caballero), viuda de Pablo Escobar, sostuvo negociaciones durante meses con el cartel de Cali buscando que le perdonaran la vida a toda la familia, incluido su hijo Juan Pablo - crédito Jesús Aviles/Infobae

Finalmente, logró establecer un noviazgo con Henao, pero este no fue un vínculo exclusivo. Desde el inicio de su relación y hasta el final de su vida, Escobar mantuvo encuentros con otras mujeres. Este comportamiento no parecía afectar la decisión de Henao de permanecer a su lado, a pesar de las advertencias constantes de sus hermanos, que insistían en que Escobar no era el hombre adecuado para ella.

La relación entre ambos, que comenzó en un contexto de desigualdad de edad y resistencia familiar, se consolidó con el tiempo. Escobar y Henao se casaron y tuvieron dos hijos, Juan Pablo y Manuela, formando una familia que convivió con las complejidades y los riesgos asociados a la vida del narcotraficante.

Escobar era conocido por su personalidad avasallante y su confianza en sí mismo, características que también se reflejaron en su relación con Henao. Sin embargo, había un aspecto que lo incomodaba profundamente: su estatura. Escobar detestaba ser considerado un hombre bajo, al punto de que cualquier comentario al respecto podía desencadenar su ira. Este detalle, aunque menor, revela una faceta más vulnerable de su carácter, que contrastaba con la imagen de poder que proyectaba.

Además, su actitud hacia las mujeres era directa y sin reparos. Escobar disfrutaba del rol de seductor y no veía los obstáculos como impedimentos, sino como desafíos que lo motivaban aún más. Un enfoque que quedó evidenciado en su persistencia para conquistar a Henao.