El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió el martes que Israel no permitirá el establecimiento de “un segundo Líbano” en territorio sirio, en referencia a la presencia de milicias hostiles cerca de su frontera norte
La advertencia se produjo tras la orden directa de Netanyahu al Ejército israelí de lanzar ofensivas contra objetivos en el sur de Siria, según reportes difundidos por medios árabes.
“No permitiremos volver a una situación en la que se establezca un segundo Líbano”, afirmó Netanyahu durante una visita a un centro de entrenamiento militar ubicado en el Valle del Jordán.
El primer ministro precisó que la continuidad de las operaciones militares depende de las decisiones tomadas por el gobierno sirio. “Espero que no tengamos que operar más. Eso depende en gran medida de lo que se entienda y se haga, y también de lo que no se haga en Damasco”, señaló.
Según fuentes militares, los ataques israelíes se concentraron en Al Sueida, una ciudad del sur de Siria de mayoría drusa que en días recientes fue escenario de enfrentamientos entre comunidades beduinas y drusas. Netanyahu justificó la operación en nombre de la protección de la comunidad drusa y para garantizar la desmilitarización de la frontera israelí-siria.
Durante su visita al centro de instrucción militar, donde opera la Brigada Hasmonea —la primera unidad de combate integrada por judíos ultraortodoxos—, Netanyahu destacó el aumento de jóvenes jaredíes que se integran al servicio militar de forma voluntaria.
“No vienen por la fuerza, sino por voluntad propia, y este deseo está muy extendido en la comunidad jaredí”, subrayó el primer ministro.
Añadió que Israel debe avanzar hacia una integración amplia del sector ultraortodoxo en la defensa del país: “Podemos liderar un proceso que no sea de desafío ni de guerra interna, sino de movilización de todas las fuerzas de la sociedad judía para proteger verdaderamente a nuestro Estado y a nuestro pueblo”.
Estas declaraciones llegan en un contexto político sensible, en donde el partido Judaísmo Unido de la Torá, fuerza ultraortodoxa que integra la coalición de gobierno, anunció su intención de abandonar el Ejecutivo si no se aprueba una legislación que exima a los judíos jaredíes del servicio militar obligatorio.
Con siete escaños en la Knéset (Parlamento israelí), la salida de Judaísmo Unido de la Torá no comprometería por sí sola la mayoría parlamentaria, que actualmente es de 61 diputados sobre un total de 120. No obstante, si Shas, otro partido ultraortodoxo que cuenta con 11 bancas, adopta la misma decisión, la coalición quedaría reducida a 50 escaños, lo que pondría en riesgo su continuidad.
El conflicto en torno al reclutamiento de los ultraortodoxos se ha intensificado en medio de un debate nacional sobre la equidad en el cumplimiento del deber militar, especialmente en un momento en el que las tensiones en las fronteras norte y sur del país se han agudizado.
Israel ha reiterado en foros internacionales su preocupación por la presencia del grupo terrorista Hezbollah y milicias proiraníes en Siria, y ha llevado a cabo numerosos bombardeos en el país árabe durante los últimos años.
(Con información de EFE)