Se lo conoce como la enfermedad de Chagas, pero su causante es un parásito llamado Trypanosoma cruzi y desde hace décadas se intenta luchar contra esta afección parasitaria, sistémica y crónica.
Se le dice “mal de Chagas” porque, antes de su descubrimiento en 1909, se desconocía el origen de esta condición clínica. El nombre, además de incorrecto desde el punto de vista biomédico, refuerza la estigmatización y el prejuicio respecto de las personas afectadas, que está muy vinculada con ciertos aspectos socioeconómico-culturales.
¿Por qué es importante detectarla a tiempo? Porque es curable en casi el 100% de los casos si se trata en sus etapas iniciales con los medicamentos correctos.
¿Por qué es necesario hablar de la problemática de Chagas y no de mal de Chagas? Porque, como explica el manual publicado por la Asociación Civil Hablemos de Chagas “Comunicación y Chagas”, Chagas es más que una enfermedad: es un problema presente tanto adonde hay vinchucas como adonde no las hay. “El T. cruzi provoca daños en el organismo en un 30% de las personas infectadas y es en estos casos donde efectivamente podemos hablar de “enfermedad de Chagas”. El resto de las personas no están enfermas.
Por eso es una gran noticia que el proyecto que dirige Carolina Carrillo, investigadora del Conicet y del Instituto Milstein, haya sido aprobado por el Anmat. Su desarrollo se llama NEOKIT y permite detectar en los bebés recién nacidos la enfermedad de Chagas, una patología endémica que afecta, según la Organización Mundial de la Salud, a más de 10 millones de personas en el mundo y a más de un millón de personas en la Argentina. Hasta ahora, su diagnóstico requería esperar meses para una confirmación.
El kit, que fue validado clínicamente junto al Hospital Público Materno Infantil de Salta, obtuvo la aprobación de la Anmat y promete acortar los tiempos de diagnóstico en recién nacidos de madres con Chagas.

Conversamos con Carolina Carrillo, investigadora del Conicet, del Instituto Milstein y una de las líderes del proyecto.
-¿Cómo comenzó este desarrollo?
–La idea surgió alrededor de 2010, cuando empezamos a pensar cómo hacer algo en Chagas que tuviera un impacto social real, no solo académico. Luego, a fines de 2010 y comienzos de 2011, la Agencia Nacional de Promoción de la Ciencia y la Tecnología lanzó una convocatoria que invitaba a presentar proyectos con respuestas concretas al diagnóstico de Chagas en población neonatal. Ahí empezó a tomar forma. En 2013, además, ganamos el premio Innovar, lo que fue un gran impulso para continuar.
-¿Qué pasó desde entonces?
–Habíamos hecho una primera versión del kit, pero cuando llegó el momento de producirlo vimos que era muy costoso por el tipo de reactivos que usaba. Entonces empezamos a trabajar en una adaptación industrial. En el medio llegó el COVID-19, y adaptamos el kit para diagnóstico de COVID. Esa experiencia fue clave: nos permitió entender cómo producir a gran escala, bajar costos y optimizar procesos. Pasada la pandemia, volvimos al objetivo original: el kit neonatal. Desde 2022 hasta ahora trabajamos en su desarrollo final, y en 2025 llegó la aprobación de Anmat. Es un kit que funciona muy bien, es fácil de usar y es económico, tanto para producir como para adquirir.
-¿Cuánto va a costar el test y dónde se podrá conseguir?
–Va a salir entre 7 y 11 dólares, según la escala de producción. Anmat aprobó el producto y su primer lote comercial, con todo el proceso productivo. Eso significa que ya puede venderse, comprarse y usarse en todo el país.
-¿Tiene potencial de exportación?
–Sí. Ya se están realizando acciones para la exportación en distintos países de la región, como Paraguay, entre otros.
-¿Qué representa este logro para la ciencia argentina?
-Es un ejemplo de cómo la investigación y el desarrollo pueden responder a una necesidad sanitaria nacional y regional, y de cómo un proyecto sostenido en el tiempo puede llegar a impactar directamente en la salud pública. Este kit es posible gracias al valor de la ciencia argentina y al trabajo articulado entre el sector público y el privado.
-¿Qué significa para ustedes, en lo personal, haber llegado hasta acá?
-Con este nuevo kit vencimos una barrera más: además de ser fácil de usar, no requiere equipamiento ni infraestructura, y es muy económico. Estamos muy felices.

Cómo funciona el NeoKit para detectar Chagas
El kit fue creado para la población neonatal, donde los métodos de diagnóstico no son suficientemente buenos (o porque son tan complejos y costosos que solo se realizan en pocos centros de referencia o porque son simples pero muy poco sensibles).
El Neokit para Chagas sirve para detectar el Chagas en la población neonatal desde las primeras horas de vida, y para detectar heces de triatomino (caca de vinchuca).
Requiere una pequeña gota de sangre que se toma, por la Ley de Chagas, a todo bebé de madre portadora; también funciona con una gota de sangre seca en papel, que ya se toma de rutina por la Ley de Pesquisa Neonatal. Es decir, no requiere tomar muestras extras en el nacimiento.
En el caso del testeo de la vinchuca, se presiona el cuerpo del insecto y se juntan unas gotitas de las heces. Si no puede obtenerse una muestra de heces frescas, el test también puede realizarse colocando en la reacción un fragmento del cuerpo de la vinchuca (la ampolla rectal).
En el caso de obtener un cambio de color en la reacción, el resultado es positivo, lo que significa que está presente el parásito, por lo que se activa el diagnóstico y el seguimiento de las personas que viven en el domicilio.
Neokit SAS es una empresa de base tecnológica creada para desarrollar y transferir test de diagnóstico. El proyecto de Chagas fue liderado por sus fundadoras, Carolina Carrillo y Luciana Larocca, ambas investigadoras del Conicet, y se desarrolló en el Instituto de Ciencia y Tecnología Dr. Cesar Milstein.
