“El líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer, sobrevive en condiciones crueles, inhumanas y degradantes en prisión”, relató Nelva Ortega-Tamayo, esposa del preso político, tras ser autorizada a visitarlo recientemente.
En diálogo con Infobae, describió en detalle la situación que atraviesa su marido, preso de conciencia en Cuba, y responsabilizó a las autoridades de la dictadura por su integridad física y mental, así como por la de su familia.
Ortega-Tamayo relató que el pasado lunes finalmente pudo obtener una fe de vida de su marido y explicó que la visita, otorgada en la cárcel tras ser citada a las 14:00 y comenzar dos horas después, se extendió por aproximadamente una hora bajo la vigilancia de Julio Fonseca, “un represor de la llamada seguridad del Estado”.
La situación de Ferrer dentro de la prisión sigue siendo de extrema gravedad: “Todo este tiempo, en presencia del represor de la seguridad del Estado, mi marido me confirmó que se mantiene toda la situación igual, excepto por las torturas extremas y las salvajes golpizas que hasta el momento han cesado”, indicó.
Narró que desde el 5 de julio no hubo agresiones físicas. Sin embargo, sigue “hacinado junto con 13 delincuentes al servicio de la dictadura, que ya lo habían golpeado brutalmente bajo órdenes del jefe de la prisión, el teniente coronel Pineda”, denunció.
La esposa del disidente remarcó que las golpizas más recientes se produjeron los días 25, 26 y 28 de junio, así como el 1, 2, 3, 4 y 5 de este mes. “La última terminó el 5 de julio a las 18:00. Fue una golpiza que le propinaron con un palo en la boca”, contó entre lágrimas a este medio.
Condiciones de reclusión y torturas
En su conversación con Infobae, Ortega-Tamayo también denunció las pésimas condiciones en las que vive su marido en la cárcel. Relató que el preso político sigue rodeado de chinches, mosquitos y moscas, lo que le ha provocado severas lesiones dermatológicas.
“Las lesiones dermatológicas no solamente son por las picaduras de estos animales, sino también por el extremo calor y más con ese hacinamiento en el que lo tienen”, afirmó la entrevistada al describir el deterioro físico del líder de la Unpacu.
La mujer señaló que, además de soportar temperaturas extremas y la convivencia forzada con reclusos señalados como colaboradores de la dictadura, el líder opositor fue víctima de “humillaciones, torturas y golpizas brutales”, cometidas tanto por otros presos, que podrían ser oficiales disfrazados, como por directivos de la cárcel.
“Lo supieron humillar, torturar y golpear brutalmente, y nunca dejaron de mencionar que preferían verlo muerto antes que fuera Premio Sájarov”, subrayó Ortega-Tamayo, quien teme que estas agresiones respondan a represalias por sanciones internacionales contra el régimen cubano.
De acuerdo con su denuncia, Ferrer fue sometido a actos degradantes, como la colocación de un embudo en la boca, la obligación de tragar sopa podrida bajo amenaza e incluso advertencias con hacerle comer su propio vómito si llegaba a rechazar los alimentos.
“Todo esto mientras lo grababan. No les bastaba con las dos cámaras que vigilan la celda, también lo estaban grabando con otros equipos”, detalló; al tiempo que agregó: “Sabemos que todo esto es para que lo tengan los dictadores Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel”.
Estado de salud y atención médica en prisión
La entrevistada describió el preocupante estado de salud de Ferrer tras las reiteradas agresiones y las condiciones en las que vive. Señaló que sufre dolores constantes: “Le duelen mucho los oídos. Ambos están reventados. Tiene psicosis, fuertes dolores de cabeza, y también dolores musculares y articulares por las golpizas recibidas”, detalló.
Luego relató que su esposo presenta “muchos moretones en todo el cuerpo, en el abdomen, en el área de los glúteos, los riñones y las piernas”, además de “marcas de dedos en la garganta”.
A las consecuencias físicas se suman otros padecimientos, como tos persistente y molestias en la garganta provocadas por los abusos. La mujer manifestó su preocupación ante la posibilidad de una infección por contacto con un preso enfermo: “Parece una virosis que ha cogido allí. Esperemos que sea una virosis y no sea el hecho de haber tenido un preso con tuberculosis al lado de él durante tanto tiempo”, comentó.
También denunció la absoluta falta de atención médica: “Nunca le brindaron atención médica durante la huelga. Estuvo 11 días en huelga de hambre mientras lo golpeaban de cinco a seis veces al día, y nunca hubo un médico que prestara atención”, enfatizó.
La alimentación tampoco escapa al deterioro dado que el preso político debe subsistir con donaciones y, cuando recibe alimentos en prisión, se trata de “comidas putrefactas” y agua no potable.
A pesar de la dura situación descrita, Ortega-Tamayo subrayó que Ferrer se mantiene firme en sus convicciones y decidido a continuar la batalla por la libertad y los derechos humanos en Cuba, incluso después de haber suspendido la huelga de hambre, convencido de que “es importante que esté vivo para seguir luchando”.
La denuncia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) presentó ante la Relatora Especial sobre la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, una denuncia y acción urgente en favor de José Daniel Ferrer por su “riesgo inminente para la vida”.
También envió similar petición a la Representante Especial de Derechos Humanos de la Unión Europea.
“Los testimonios directos de sus familiares constatan que el opositor pacífico José Daniel Ferrer García se encuentra extremadamente débil. Ese es el resultado de una huelga de hambre que inició el 25 de junio, en respuesta a la escalada de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes que enfrenta desde su regreso a la cárcel, después que le fuera revocada su libertad condicional el pasado abril», expresó el OCDH en un comunicado enviado a Infobae.
“La denuncia internacional incluye abusos como violencia física sistemática, con brutales y reiteradas golpizas por parte de funcionarios de la prisión, así como la instigación a reclusos comunes para que participen en las agresiones; actos de tortura con el fin de doblegar su voluntad, tales como intentos de asfixia, torsión de dedos y extremidades; negación de derechos fundamentales, ya que las autoridades penitenciarias han impedido sistemáticamente la entrada de alimentos, medicamentos y artículos de higiene personal proporcionados por su familia; graves amenazas de muerte contra el señor Ferrer y su familia; y puesta en riesgo deliberada de su salud, porque existe una seria preocupación por una posible exposición a la tuberculosis”, concluyó.