En 1978, el grupo Village People lanzó un tema que devino en ícono de la cultura gay y la diversidad sexual en tiempo de pelear por derechos, de visualizar lo diferente y de ganar terreno frente a la intolerancia. “YMCA” no solo sostiene que “no hay razón para estar infeliz”, sino que asegura que el albergue de la asociación cristiana a la que refiere el título de la canción “tiene de todo para que ustedes, los hombres, disfruten”. Aquella canción, que vino acompañada por una sencilla coreografía, fue una fiesta. Claro que, como toda historia, tuvo su prehistoria.

Una noche de 1977 por las calles del Greenwich Village, en Manhattan, dos productores franceses siguieron a un muchacho que habían visto disfrazado con un taparrabos y un tocado de piel roja, y entraron a The Anvil, un club nocturno que tenía fama de ser uno de los lugares más calientes, sórdidos y gloriosos de la comunidad gay neoyorkina. La notoriedad que logró el lugar hizo que atrajera a celebridades como Andy Warhol, Truman Capote, Freddie Mercury, Lou Reed o Rainer Werner Fassbinder. Pero aquella noche, el que entró al lugar y al que siguieron dos productores era un tal Felipe Rose, un joven que luego se convertiría en “el indio” de Village People.

Desde la génesis de ese grupo estuvo Victor Willis, un cantante con experiencia en Broadway y algunos sellos independientes. Fue el mismo Willis quien sumó a Alex Briley (el que se convertiría en el “el soldado” del grupo). Como faltaba algo de diversidad, los productores pusieron un anuncio en Village Voice que decía que “se buscan ‘machos’ que tengan bigote y sepan bailar”. Así fue se fue completando el sexteto de hombres, entre los cuales había tres abiertamente homosexuales.

El primer éxito del grupo fue “Macho Man”, de 1978. Pero el estallido llegó un tiempo después con “YMCA”, sencillo del álbum Cruisin’, que, como la mayoría de los temas del grupo, estaba abierto a la doble interpretación. Rápidamente, la comunidad LGBTQ+ adoptó como himno, bandera o emblema a este hit que, entre 1978 y 1979, llegó al número 1 en 15 países y vendió 12 millones de copias.

Victor Willis, el

Al poco tiempo de la creación del grupo, Willis dio el portazo. Desde ese momento, tuvo varios problemas legales por los que terminó en la cárcel. Cumplida la condena, todo indica que nunca se olvidó de esa pintoresca experiencia en la que convivían un policía, un albañil, un militar, un motoquero, un piel roja y un vaquero. De hecho, en 2013, y tras una larga batalla legal, recuperó los derechos autorales de 33 canciones que había coescrito; entre ellas, estaba “YMCA”.

En 2017, luego de otro enfrentamiento legal, obtuvo también la licencia para la exclusividad del nombre y la imagen de Village People. Willis fue por todo. “Reconozco la importancia de lo que significó Village People para la representación de la cultura gay y sí considero que los inicios de la banda sembraron aquello en lo que se fue convirtiendo”, admitió cuando fue entrevistado por LA NACIÓN el año pasado este señor casado con una abogada que lo ayudó a enfrentar las distintas batallas legales.

Donald Trump y Victor Willis se estrechan la mano en medio de los festejos que tuvieron lugar hoy en Washington

Es ella, como aseguró Willis el año pasado, la que demandará “a todas y cada una de las empresas informativas que se refieran falsamente a ‘YMCA’ como un himno gay”. Aunque, claro, aclaró en su cuenta de Facebook, que no le importaba que los homosexuales lo consideren un himno.

Si la expresión “salir del closet” se refiere al proceso de aceptar y compartir la orientación sexual o identidad de género con otras personas, en los años posteriores la misma canción “YMCA” parece haber abierto otras puertas. La usaron los mismísimos Yankees de Nueva York en sus partidos de beisbol, al tiempo que Pepsi se valió de este tema pegadizo con su propia coreo para un anuncio. O fue el despertar para la tripulación de un transbordador espacial de la NASA.

En este tránsito, Donald Trump usó el pegadizo tema pop en 2020, en tiempos de campaña. En su momento, Victor Willis amenazó con demandarlo. Claro que, en paralelo, el tema volvió a sonar, y eso implica ingresos en dólares. “Nunca he ni hemos apoyado a Trump. Le hemos pedido que deje de usar nuestra música en sus actos”, apuntó en aquella oportunidad a la BBC, quien había manifestado su preferencia por Joe Biden en las elecciones que, finalmente, terminó ganando el representante republicano.

Para las elecciones en los Estados Unidos del año pasado, según una encuesta de boca de urna de la cadena NBC News realizada el día de la elección, el colectivo LGBTIQ+ se inclinó notoriamente por la candidata demócrata Kamala Harris. Pero, como dice otra canción de aquella época, “cambia, todo cambia”.

Saludo entre El presidente electo y el motoquero de Village People

El triunfo de Trump tuvo sus derivas en Village People. En noviembre, gracias a que el magnate se convirtió en presidente electo, el grupo ascendió a la cima de la lista de ventas de canciones digitales de música dance/electrónica que elabora la revista Billboard. “Me alegro de haber permitido que el presidente electo siguiera utilizando ‘YMCA’ -escribió el músico en sus redes-. Y le agradezco que haya elegido usar mi canción”.

Así se llega a las imágenes de hoy que dan vueltas por el mundo con el flamante mandatario estadounidense junto a Village People cantando “YMCA” en el Capital One Arena, el estadio de los Washington Wizards de la NBA, frente a un público en modo «living la vida loca“ por el regreso de Trump a la Casa Blanca.

Village People actuará tanto para demócratas como para republicanos. No somos un grupo político. Nunca lo ha sido, nunca lo será”, apuntaron días atrás quienes fueron bandera de un gran movimiento social y político que luchó por esos mismos derechos que la derecha suele poner en discusión.