David Bisbal presenta su nuevo álbum 'Todo es posible en Navidad' (@davidbisbal)

En 1975, un niño venezolano de ocho años llamado Ricardo Cuenci se convirtió en la voz detrás de uno de los villancicos más emblemáticos de la Navidad en América Latina: Mi Burrito Sabanero. Esta canción, interpretada por numerosos artistas, desde Simón Díaz hasta Juanes, alcanzó su máxima popularidad con la versión grabada por el grupo La Rondallita del Coro Infantil Venezuela. Esta versión sigue siendo un referente navideño en países de habla hispana y entre la comunidad latina en Estados Unidos.

El villancico, cuyo estribillo “Con mi burrito sabanero voy camino de Belén” es reconocido por muchos, fue compuesto por el maestro Hugo Blanco. Inicialmente, la canción fue interpretada por el reconocido músico venezolano Simón Díaz, pero fue la interpretación de Cuenci con La Rondallita la que dejó una huella imborrable en la cultura musical navideña. A pesar de su éxito, lo cierto es que la historia de Ricardo Cuenci es poco conocida en nuestro país.

Con tan solo ocho años, Cuenci no recibió compensación alguna por su contribución a la popularidad de la canción, “ni siquiera un bolívar partido por la mitad”, como él mismo ha señalado. A pesar de esto, la canción ha trascendido generaciones y fronteras. La trascendencia de Mi Burrito Sabanero quedó plasmada cuando fue incluida por la revista estadounidense Billboard en su lista de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos. Este reconocimiento subraya la importancia cultural y emocional que Mi Burrito Sabanero ha tenido desde su lanzamiento. El impacto de la canción no solo se limita a su popularidad en las festividades navideñas, sino que también refleja una parte importante de la identidad musical venezolana y latinoamericana.

(Composición Infobae: Coro Infantil Venezuela/Primer Impacto)

De Venezuela a Bisbal

La historia de Cuenci y su contribución a este legado musical es un recordatorio de cómo las voces jóvenes pueden marcar una diferencia duradera en la cultura. Su interpretación de Mi Burrito Sabanero, a pesar de no haberle traído el reconocimiento o el beneficio económico que podría haber esperado, sigue siendo un pilar en las celebraciones navideñas y un testimonio del poder de la música para unir a las comunidades a través de generaciones. Y eso es algo que se puede ver en el legado de la canción, que ha llegado hasta nuestros días hasta el punto de ser todo un clásico de las navidades no ya en Latinoamérica, sino también en España.

El último en sumarse a hacer su propia versión ha sido nada menos que David Bisbal. El cantante almeriense acaba de lanzar su último disco, Todo es posible en Navidad, en el que recopila algunos de los villancicos más famosos, como Los peces en el río o Blanca navidad, pero también otros como el Jingle Bell Rock. No obstante, quizá de todas las versiones la más celebrada ha sido precisamente la de El Burrito Sabanero, a la que el cantante de Ave María ha dado su toque personal, reinventando un clásico de estas fechas y aumentando la leyenda de Cuenci y su tema que ya es historia de la música y las navidades.