La reina Sirikit de Tailandia inspecciona a la guardia de honor a su llegada al aeropuerto de Vnukovo, en las afueras de Moscú, el 2 de julio de 2007 (REUTERS/Denis Sinyakov)

La reina emérita Sirikit de Tailandia, madre del actual rey Maha Vajiralongkorn y viuda de Bhumibol Adulyadej —el monarca que más tiempo estuvo en el trono tailandés—, murió este viernes a sus 93 años en el hospital Chulalongkorn de Bangkok, según informó el Palacio Real.

Conocida en su juventud como la “Jackie Kennedy de Asia”, Sirikit formó junto a Bhumibol una pareja asociada al glamour y la influencia que consolidó el papel de la monarquía en la sociedad tailandesa. El comunicado oficial indicó que “el estado de salud de su majestad empeoró hasta el viernes y falleció a las 21:21” y anunció que el rey Vajiralongkorn dispuso un año de luto para todos los miembros de la familia real.

Casada a los 17 años, Sirikit había sufrido varios problemas de salud desde 2019, incluida una reciente infección sanguínea. Su muerte inicia un periodo de gran emotividad y homenajes en todo el país, donde la figura real es reverenciada como símbolo nacional y espiritual. Tras el fallecimiento de Bhumibol en 2016, Tailandia también guardó un año de luto oficial.

El cumpleaños de Sirikit, el 12 de agosto, coincide con el Día de la Madre en Tailandia. El Palacio Real dispuso un funeral con altos honores conforme a la tradición.

Durante la década de 1960, la reina madre se relacionó con líderes mundiales y celebridades, asistió a conciertos de jazz y fue portada de revistas de moda, consolidando su influencia dentro y fuera del país asiático. Sirikit, viuda del rey Bhumibol Adulyadej, acompañó a su esposo durante más de setenta años de reinado.

Mujeres sostienen fotografías de la Reina Madre de Tailandia, Sirikit, de 93 años, mientras la gente reacciona tras el anuncio de su muerte, afuera del Hospital Memorial Rey Chulalongkorn en Bangkok (REUTERS/Athit Perawongmetha)

Desde este sábado, los presentadores de noticieros vistieron de negro, señalando el inicio del duelo público. La reina emérita, apartada de la vida pública tras un derrame cerebral, siguió siendo una presencia visible gracias a sus retratos en lugares públicos y privados. Los seguidores se reunieron afuera del nosocomio por la mañana después de conocer la noticia.

La historia de un legado

Nacida el 12 de agosto de 1932 en una destacada familia aristocrática de Bangkok, conoció al futuro rey en París, mientras estudiaba música e idiomas y su padre se desempeñaba como embajador de Tailandia en Francia.

Su vínculo se fortaleció cuando la joven Sirikit acompañó al monarca en Suiza para cuidarlo tras un grave accidente automovilístico; el rey, quien cortejaba a Sirikit con poesía y música, le compuso un vals titulado “Sueño contigo”.

La pareja se casó en 1950 y, durante la ceremonia de coronación ese mismo año, ambos prometieron “reinar con rectitud para el beneficio y la felicidad del pueblo siamés”. Tuvieron cuatro hijos: el actual rey Maha Vajiralongkorn y las princesas Ubolratana, Sirindhorn y Chulabhorn.

El venerado rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, y la reina Sirikit saludan a los simpatizantes en el 60 aniversario de la coronación del rey en Bangkok, el 9 de junio de 2006 (REUTERS)

Juntos recorrieron el mundo como embajadores de buena voluntad y cultivaron relaciones con líderes globales. Tras la monarquía absoluta en Tailandia, centraron su actividad en los desafíos internos del país, viajando cada año por zonas rurales y participando en cientos de ceremonias reales y religiosas.

Durante décadas, Sirikit impulsó iniciativas de desarrollo en el campo: fundó en 1976 la organización SUPPORT, que capacitó a miles de tailandeses en oficios tradicionales para elevar sus ingresos y preservar el patrimonio artesanal. También promovió la protección de la vida silvestre y la conservación de los recursos naturales, con proyectos para salvar las tortugas marinas y restaurar áreas boscosas.

Siempre cercana a comunidades desfavorecidas, la reina era vista como “una figura maternal” y se involucraba personalmente en problemas sociales y sanitarios expuestos por la población. Aunque en la capital su modo de vida lujoso generaba rumores, su popularidad en el campo perduró.

Sirikit murió a sus 93 años (REUTERS/Kerek Wongsa)

Convencida del valor de la monarquía en la vida nacional, Sirikit declaró en 1979 a The Associated Press: “Hay quienes en las universidades creen que la monarquía está obsoleta. Pero yo creo que Tailandia necesita un monarca comprensivo. La simple palabra ‘rey’ tiene algo mágico. Es maravillosa”.

(Con información de AFP y The Associated Press)