Murió Frank Gehry, quien diseñó algunos de los edificios más imaginativos jamás construidos y alcanzó un nivel de reconocimiento mundial pocas veces otorgado a un arquitecto. Tenía 96 años. Falleció en su casa en Santa Mónica tras una breve enfermedad respiratoria, según informó Meaghan Lloyd, jefa de personal de la compañía Gehry Partners LLP.
Gehry ganó todos los premios importantes que la arquitectura tiene para ofrecer. Su fascinación por el arte pop moderno lo llevó a la creación de algunos de los edificios más originales de su tiempo. Entre sus muchas obras maestras se encuentran el Museo Guggenheim en Bilbao; la Sala de Conciertos Walt Disney en Los Ángeles y el Edificio DZ Bank en Berlín.

Fue galardonado con todos los premios importantes de la arquitectura global, incluido el máximo honor del campo, el Premio Pritzker, por lo que se ha descripto como un trabajo “refrescantemente original y totalmente estadounidense”. Otros reconocimientos incluyen la medalla de oro del Real Instituto de Arquitectos Británicos, el premio a la trayectoria de Americans for the Arts y el más alto honor de su país natal, el título de Compañero de la Orden de Canadá.
Años después de que dejara de diseñar edificios de aspecto ordinario, en 2006 surgió la noticia de que el proyecto peatonal del centro comercial de Santa Mónica, que había llevado a su epifanía profesional, podría ser demolido. Los admiradores de Gehry estaban horrorizados, pero él mismo se lo tomó con humor. “Ahora lo van a demoler y construirán la clase de idea original que yo tenía”, dijo entre risas. Finalmente, Santa Monica Place fue remodelado, dándole un aspecto exterior más contemporáneo y aireado. Aun así, no es una obra maestra de Gehry. Mientras tanto, continuó trabajando bien entrada su octava década, creando edificios aclamados que transformaron los horizontes urbanos en todo el mundo.
La sede de InterActiveCorp, conocida como el Edificio IAC, tomó la forma de una colmena reluciente cuando se completó en el distrito de Chelsea de la ciudad de Nueva York en 2007. El edificio New York By Gehry, de 76 pisos, una de las estructuras residenciales más altas del mundo, fue una adición impresionante al horizonte del Bajo Manhattan cuando se inauguró en 2011. Ese mismo año, Gehry se incorporó a la facultad de su alma mater, la Universidad del Sur de California, como profesor de arquitectura. También enseñó en Yale y la Universidad de Columbia a lo largo de los años.
No todos eran admiradores del trabajo de Gehry. Algunos detractores lo desestimaban como poco más que gigantescas y desiguales reencarnaciones de las pequeñas ciudades de madera de desecho que, según él, pasaba horas construyendo cuando crecía en la ciudad minera de Timmins, Ontario. El crítico de arte de Princeton, Hal Foster, calificó muchos de sus trabajos posteriores como “opresivos”, argumentando que estaban diseñados principalmente para ser atracciones turísticas. Algunos denunciaron la Sala Disney por parecerse a una colección de cajas de cartón que habían quedado bajo la lluvia.
Otros críticos incluyeron a la familia de Dwight D. Eisenhower, que se opuso a la extravagante propuesta de Gehry para un monumento en honor al 34º presidente de la nación. Aunque la familia dijo que quería un mausoleo sencillo y no el que Gehry había propuesto, con sus múltiples estatuas y tapices metálicos ondeantes que representaban la vida de Eisenhower, el arquitecto se negó a cambiar significativamente su diseño. Hasta 2014, el monumento seguía sin construirse, y las autoridades locales de planificación volvían a pedir a Gehry que hiciera revisiones.
Gehry sí accedió a suavizar una expansión propuesta para la sede de Facebook en el norte de California, a insistencia del director ejecutivo de la empresa, Mark Zuckerberg, quien dijo que quería un aspecto más anónimo.
Fuente: AP