En un anuncio que marca un nuevo punto de inflexión para el arbitraje internacional, la FIFA dio a conocer la lista de árbitros que dirigirán el histórico Mundial de Clubes FIFA 2025, que se disputará por primera vez en formato extendido, con 32 equipos, del 14 de junio al 13 de julio en doce estadios de once ciudades de Estados Unidos.
Los representantes argentinos serán siete. Los dos árbitros principales de nuestro pais serán Yael Falcón Pérez y Facundo Tello. Pero además habrá otros cinco compatriotas: Juan Pablo Bellati, Gabriel Chade, Maximiliano Del Yesso y Facundo Rodríguez realizarán tareas como árbitros asistentes, mientras que Hernán Mastrángelo será oficial de video.
No se trata sólo de una cita pionera en términos de estructura competitiva. También lo será desde el punto de vista arbitral: habrá 117 profesionales —35 árbitros, 58 asistentes y 24 miembros del VAR—, pertenecientes a 41 federaciones miembros, que fueron seleccionados para lo que Pierluigi Collina, presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, calificó como “un privilegio” y un “desafío a la altura de los mejores torneos del mundo”.
Además de lo estrictamente técnico, habrá dos elementos innovadores que atraerán la atención del público global: los árbitros llevarán minicámaras personales —una tecnología que se utilizará con fines experimentales—, y se aplicarán cambios reglamentarios impulsados por el International Football Association Board (IFAB), en especial para reducir las pérdidas de tiempo por parte de los arqueros.
Collina fue contundente en la presentación: “Como sucede con cualquier nueva competición, los árbitros seleccionados tendrán el privilegio de formar parte de esta primicia. Estoy seguro de que todos sentirán una gran emoción. El listón está muy alto después de las grandes actuaciones en los últimos torneos de la FIFA, y, cuando esto sucede, es más difícil mantener el nivel. Sin embargo, estamos trabajando a fondo para que el Team One contribuya de manera decisiva al éxito de esta apasionante competición”.
En sintonía, Massimo Busacca, director de la Subdivisión de Arbitraje de la FIFA, reforzó la visión de preparación profesional al nivel de los mejores equipos del mundo. “Me gusta equiparar la preparación de un equipo de árbitros a la de un equipo de fútbol, porque ambos deben esforzarse y rendir al máximo”, sostuvo. Y añadió una reflexión que parece clave en esta etapa de evolución global del juego: “Tratamos de aplicar la máxima uniformidad y coherencia posible en todo lo que hacemos, porque, aunque el fútbol es igual en todos los lugares, somos conscientes de lo importante que es comprender las diferentes formas de verlo”.
Uno de los cambios reglamentarios más resonantes tiene que ver con el tiempo que los arqueros retienen el balón con las manos. Hasta ahora, la regla vigente permitía seis segundos y, en caso de exceso, debía sancionarse con un tiro libre indirecto. Sin embargo, la práctica demuestra que esa infracción rara vez se sanciona, y el uso del cronómetro por parte de los árbitros no siempre es estricto. En el Mundial de Clubes 2025, la FIFA introducirá una modificación concreta: si un arquero retiene el balón más de ocho segundos, el equipo rival será beneficiado con un saque de esquina.
Lo más llamativo: el árbitro hará una señal visible de cuenta regresiva de cinco segundos a partir del momento en que el arquero entra en posesión del balón, una herramienta que busca involucrar incluso al espectador y generar mayor presión para agilizar el juego.
No se trata de un cambio aislado: forma parte de una tendencia general de la FIFA y la IFAB por reducir los tiempos muertos y favorecer el dinamismo, como ya se dispuso en los últimos mundiales con la prolongación sistemática de los minutos de adición.
La otra gran novedad será la implementación de minicámaras personales en los árbitros. Se trata de una iniciativa experimental, impulsada por la FIFA y respaldada por el IFAB, que apunta a obtener imágenes inéditas en vivo desde la perspectiva del juez central, algo que hasta ahora sólo se había ensayado en partidos de exhibición o contenidos documentales.
Estas cámaras, que transmitirán en directo por DAZN, la emisora con derechos exclusivos del torneo, no se utilizarán como herramientas de VAR ni para revisión de jugadas, sino como un recurso audiovisual que enriquezca la experiencia del espectador y permita también una posterior evaluación pedagógica del desempeño arbitral.
“Creemos que se trata de una buena oportunidad de brindar una nueva experiencia a los espectadores, por medio de imágenes que retraten una perspectiva que no se ha ofrecido nunca —afirmó Collina—. También resulta interesante para formar a los equipos arbitrales, ya que es muy valioso tener la posibilidad de ver lo mismo que ellos a fin de evaluar sus decisiones”.
No será la única novedad tecnológica: se espera también el uso extendido del sistema semi-automatizado de detección de fuera de juego, ya utilizado con éxito en Qatar 2022, que combina inteligencia artificial y sensores para mejorar la precisión y la rapidez de las decisiones.
La FIFA encara este Mundial de Clubes como un laboratorio global, tanto en lo competitivo como en lo reglamentario. El hecho de reunir a clubes de los cinco continentes y extender el torneo durante un mes en suelo estadounidense, con gran despliegue mediático, abre la puerta a experimentar nuevas reglas, reforzar criterios de uniformidad arbitral y profundizar en el uso de la tecnología como aliada del juego.
Pero, sobre todo, lo que busca es transformar la experiencia del espectador moderno, al ofrecer no sólo un producto deportivo de alta calidad, sino una narrativa visual cada vez más cercana al futbolista, al árbitro y al corazón mismo del juego.
La pelota rodará el 14 de junio, pero la revolución ya empezó.