El Gobierno interrumpió la compra de dólares para alimentar las reservas como consecuencia de la volatilidad de tasas que se desató tras la saga monetaria luego del desarme de las Lefi. Los datos del Banco Central muestran que el Tesoro, es decir el Ministerio de Economía, suspendió las compras “hormiga” para ensanchar las arcas internacionales, algo que había anticipado Luis Caputo.
El ministro de Economía, hace dos semanas, adelantó que el contexto de apretón monetario reforzado para evitar a toda costa la circulación de pesos en la economía -que el Central considere “excedente” sin justificación de demanda de dinero- haría que el Gobierno abandonara temporalemente el esquema de compras de dólares “en bloque” (block trades), una de las alternativas que había encontrado el equipo económico para sumar divisas sin involucrar al BCRA.
Se trataba de unas de las opciones que implementó el Gobierno en los últimos dos meses para acortar la distancia con la primera meta de acumulación de reservas con el FMI, que tenía lugar a mediados de junio. Otras variantes fueron la extensión del Repo entre un grupo de bancos internacionales y el BCRA, por un lado, y la emisión de un nuevo tipo de bono dirigido a inversores internacionales y suscribible en dólares a cambio de un título en pesos (el Bonte 2030), una idea que fue dejada de lado también.
Las compras en bloque se realizaban entre el Tesoro y empresas -o provincias- que emitieran deuda en el exterior en moneda extranjera. El Ministerio de Economía, en una negociación bilateral, compraba una parte o todas esas divisas a un precio convenido y así sumaba dólares a su cuenta corriente en dólares en el BCRA, lo que hacía aumentar las reservas brutas. Ese proceso se interrumpió.
Los datos actualizados del BCRA muestran que las últimas variaciones en la cuenta en dólares del Tesoro estuvieron explicados por ingresos de desembolsos y pagos desde y hacia organismos internacionales (entre ellos el FMI tras la primera revisión). Así, al jueves pasado el Ministerio de Economía mantenía algo menos de USD 1.900 millones acumulados.
La medida de suspensión de las compras del Tesoro, según expresó el equipo económico, tendría lugar hasta que finalice el período electoral, a fines de octubre. En ese contexto, la meta de acumulación de reservas pactada con el Fondo Monetario Internacional sigue siendo un desafío para el Gobierno.
Según un informe de LCG, tras la última revisión del programa, la exigencia se redujo en USD 6.500 millones, pero el Banco Central “aún debe acumular USD 4.700 millones para diciembre”. Pero la cuenta sería, en rigor, más altoa: al considerar los pagos comprometidos con organismos internacionales y los vencimientos del Bopreal, el esfuerzo se eleva a USD 7.400 millones en lo que resta del año. Si no mediaran otras alternativas, toda esa suma debería conseguirse en los últimos dos meses del 2025.
La consultora advirtió que “la probabilidad de cumplimiento de la meta se presenta, como mínimo, muy desafiante, a pesar del fuerte ajuste a la baja de la exigencia por parte del Fondo”. Entre los factores que dificultan la tarea mencionó la estacionalidad menos favorable del segundo semestre, el nivel del tipo de cambio oficial cercano al techo de las bandas y la cercanía de las elecciones, que reduce los incentivos a realizar compras en el mercado oficial de cambios.
En paralelo, las condiciones financieras internacionales también juegan un papel central. El riesgo país permanece en niveles superiores a los 700 puntos básicos, lo que posterga una eventual vuelta de la Argentina a los mercados voluntarios de deuda. “El EMBI estacionado por encima de 700 puntos parece quedar postergada a después de las elecciones, sujeta a que el riesgo político se disipe”, indicó LCG.
GMA Capital, por su parte, puso el foco en el horizonte de vencimientos, que añade presión al panorama financiero. “En 2026, las obligaciones rondan los USD 20.000 millones, mientras que antes de fin de este año resta cubrir otros USD 1.000 millones con privados”, detalló. Aunque el Tesoro cuenta con alrededor de USD 2.000 millones disponibles, su capacidad de cumplir depende de una baja del riesgo país.
La consultora planteó el interrogante sobre qué condiciones serían necesarias para que los bonos argentinos vuelvan a niveles más cercanos a los de la región, en torno a los 350 puntos. “Un buen desempeño electoral del oficialismo podría ser un primer paso, pero no alcanza por sí solo. La clave de fondo sigue siendo avanzar en reformas estructurales, ordenar el esquema monetario y dar señales claras en el plano cambiario”, analizó.
En este punto, GMA coincidió con la visión del Fondo Monetario: “La acumulación de reservas sigue siendo la prioridad. Sin este colchón, cualquier intento de sostenibilidad queda a mitad de camino”.