Durante varios meses, el dueño de un restaurante en Miraflores notó que sus cuentas no cuadraban. Los reportes bancarios reflejaban cifras inconsistentes y transacciones que él no recordaba haber autorizado. Aunque al principio pensó en errores administrativos, pronto descubrió que detrás de los retiros irregulares se escondía un golpe planeado desde adentro. Lo que parecía un vínculo laboral de confianza se convirtió en la vía para un fraude millonario.

Agustín Yaya Velásquez, uno de los mozos del local, utilizó su posición para acceder a las credenciales del empresario y, sin levantar sospechas, comenzó a desviar dinero hacia cuentas vinculadas a él y a su presunto cómplice, David Sáenz Sarmiento. Ambos, según la Policía Nacional del Perú (PNP), integraban una banda conocida como “Los Cibernéticos del Sur”, especializada en fraudes electrónicos y apropiación ilícita.

Los jóvenes no actuaron con discreción. Parte del dinero fue utilizado en compras inmediatas: un vehículo, una motocicleta y televisores de alta gama. Ese nivel de gasto no pasó desapercibido.

El fraude dentro del restaurante

Durante meses, el propietario de un restaurante miraflorino notó movimientos bancarios irregulares. Detrás del fraude estaban uno de sus mozos y un cómplice, parte de una banda especializada en delitos digitales. (Composición: Infobae / captura de pantalla)

Agustín Yaya no tenía antecedentes penales. Como mozo del restaurante, supo ganarse la confianza del dueño, al punto de tener acceso a zonas del negocio donde circulaba información sensible. Según fuentes de la investigación, aprovechó esa cercanía para manipular credenciales bancarias y operar mediante dispositivos electrónicos que pasaban desapercibidos en el entorno del local.

“Él aprovechaba los momentos que tenía descuidado. Quizás este aparentemente agarraba, tenía el ingreso al aplicativo de la cuenta bancaria, como se ha demostrado”, señaló uno de los efectivos de la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología (Divindat). Las transacciones fraudulentas comenzaron en octubre del año pasado y se prolongaron durante semanas.

David Sáenz, el segundo implicado, no trabajaba en el restaurante, pero mantenía contacto constante con Yaya. Su rol, según la hipótesis fiscal, consistía en recibir parte del dinero y ayudar a materializar las compras. Fue intervenido en plena vía pública en San Juan de Miraflores, en compañía de su madre, quien intentó intervenir en el momento del arresto.

Dispositivos, bienes y más pistas

El dueño de un restaurante en Miraflores detectó inconsistencias financieras y reportes bancarios que no reconocía. (Captura de pantalla)

La detención del mozo se concretó en un departamento alquilado en la avenida Manuel Montero Rosas, también en San Juan de Miraflores. Los agentes hallaron una tablet, una cámara fotográfica, un POS, múltiples teléfonos móviles, tarjetas bancarias y otros dispositivos electrónicos que servirán como evidencia en el proceso penal.

Además, la PNP incautó un automóvil y una motocicleta, ambos adquiridos durante el periodo del fraude. En la habitación también se encontraron televisores de gran tamaño aun sin desempacar. Para los investigadores, estos elementos confirman el uso del dinero sustraído en bienes de lujo.

La ruta judicial y el futuro de los acusados

El caso quedó a cargo de la Fiscalía Corporativa Especializada en Ciberdelincuencia de Lima Centro, que solicitó el levantamiento de las comunicaciones de ambos implicados. Esta medida busca identificar a posibles colaboradores o nuevos elementos dentro de la red delictiva.

Los jóvenes enfrentarán cargos por fraude electrónico, apropiación ilícita y lavado de activos. De acuerdo con la legislación penal vigente, podrían recibir condenas de entre cuatro y ocho años de prisión si se confirman las responsabilidades. La PNP entregó ya toda la evidencia recabada durante los allanamientos.

Durante los interrogatorios iniciales, ambos detenidos mostraron versiones contradictorias. Yaya reconoció haber manipulado un POS, pero negó haber transferido fondos directamente. Sáenz, por su parte, no ofreció declaración completa, aunque las autoridades vincularon su número de cuenta con depósitos sospechosos realizados desde el local del restaurante.

Tecnología y delito: un desafío creciente

El caso de “Los Cibernéticos del Sur” no es aislado. Según registros de la Divindat, en lo que va del año se ha registrado un incremento sostenido de denuncias por fraudes digitales en entornos empresariales. Muchos de ellos comparten un patrón: los autores del delito suelen tener acceso previo o directo a la víctima.

En respuesta a este tipo de casos, las autoridades trabajan en protocolos de prevención para empresas, especialmente en sectores como la gastronomía, donde la rotación del personal y la confianza directa con los propietarios es común. La recomendación más frecuente: separar roles administrativos y operativos, limitar accesos a plataformas bancarias y monitorear regularmente los movimientos financieros.

Una historia que terminó en captura

Los arrestos de Agustín Yaya y David Sáenz cerraron una investigación de semanas, impulsada por el reporte inicial del dueño del restaurante. Fue ese primer aviso el que permitió detectar una serie de operaciones encadenadas con destino en cuentas personales. Las pruebas recolectadas en los operativos fortalecen la acusación del Ministerio Público.

Ambos detenidos fueron trasladados a la sede de la Dirincri, donde pasarán las próximas semanas mientras continúa la investigación preparatoria. Se busca ahora determinar si el dinero robado circuló hacia terceros o si hubo intentos de blanquearlo a través de nuevas compras.