La relación deuda media-salario se ha incrementó fuertemente a partir de la segunda mitad del 2024 (Foto: Reuters)

La calificadora de riesgo Moody’s prevé un aumento de la morosidad crediticia en los próximos meses tras el deterioro observado en los últimos trimestres, tanto en bancos como en entidades no financieras. La problemática se origina en los actuales niveles de tasas de interés reales positivas y la heterogénea dinámica salarial. En el sector bancario hay posiciones diferenciadas respecto del fenómeno.

Moody’s destacó que las tasas reales subieron con fuerza en 2024, luego de situarse en mínimos históricos. Esperan que, con la normalización de las variables macroeconómicas, tanto las nominales como las reales tiendan a moderarse.

En el informe se detalló que la tasa nominal anual (TNA) promedio ponderada de los préstamos personales de “otros proveedores no financieros de crédito” tocó un máximo en diciembre de 2023 y desde entonces ha caído. No obstante, el recorte fue más lento que la desaceleración de la inflación, lo que elevó las tasas de interés en términos reales.

Las tasas nominales de interés de los préstamos disminuyen a menor ritmo que la inflación

La relación deuda promedio-salario se incrementó fuertemente a partir de la segunda mitad del 2024 (72% entre junio de 2024 y enero de 2025), alcanzando niveles similares a los de 2018.

Evolución de las tasas de interés reales y de la relación deuda-salarios (Moody's)

“En un contexto de inflación creciente, la deuda promedio de personas humanas con proveedores no financieros de crédito, deflactada por el índice de salarios, ha descendido de forma sostenida en los últimos años”, precisaron. Pero desde mediados del año pasado esta métrica de endeudamiento mostró un aumento significativo.

Con tasas reales históricamente altas, esta tendencia presiona sobre el ingreso disponible para consumo de las familias e impacta en su capacidad de pago. “La dinámica afectará directamente en la evolución de los niveles agregados de morosidad”, proyectó Moody’s.

Prevemos que la morosiddad aumente hasta que los niveles de tasas reales positivas disminuyan y los salarios comiencen una tendencia generalizada de sostenida recuperación (Moody’s)

“Prevemos que continúe en aumento durante 2025, hasta que los niveles de tasas reales positivas disminuyan y los salarios comiencen una tendencia generalizada de sostenida recuperación. Esto, entre otros factores, también afectará a carteras de créditos originadas por Entidades Financieras”, añadió.

Qué pasa en las entidades financieras

Según los últimos datos del Banco Central, el atraso de pagos en las carteras de los bancos volvió a crecer en abril. El desempeño mensual estuvo impulsado principalmente por los préstamos personales, donde la morosidad ascendió a 4,6%. En tarjetas avanzó a 2,9%.

En estas últimas, resalta un informe de LCG, se vio un patrón: primero, cada vez más cancelaciones de montos apenas arriba del mínimo, y luego ni siquiera llegando al mínimo.

La consultora atribuyó la mora a dos factores: i) los préstamos a familias, fundamentales para sostener el consumo, comenzaron a tener un gran peso al compararlos con un salario que no termina de despegar; ii) la tasa de interés activa se sostiene elevada.

Los préstamos destinados a las familias, registran una morosidad de 3,7%, con un avance de 0,4 puntos porcentuales, según BCRA (Foto: Reuters)

A su vez, el indicador de irregularidad de la cartera corporativa subió a 0,9%, apenas 0,1 punto por encima del mes previo. Todavía se mantiene en línea a las cifras de las últimas dos décadas.

Aurum Valores apuntó que las tasas de interés promedio para los préstamos al sector privado varían notablemente entre familias y empresas: mientras que las primeras enfrentan una TNA superior al 70%, las segundas acceden a financiamiento con un costo cercano al 37 por ciento.

La TNA es superior al 70% para las familias y baja a 37% para las empresas

La cuestión de la morosidad comenzó a generar preocupación entre los ejecutivos de algunas entidades: “Después de años pasó a ser un tema”, reconoció días atrás el CEO del Banco Supervielle, Gustavo Manríquez, en un evento organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF).

No es la visión de todos. Otras fuentes del sector bancario sostienen que los incumplimientos crecen pero parten desde niveles inexistentes, al igual que el crédito. “Está dentro de lo habitual, de lo esperable en un contexto de mayor actividad crediticia”, afirman y subrayan que la mora se encuentra por debajo de las cifras de la región.

En cuanto a las críticas por las altas tasas de interés, explican que se debe a que el negocio de préstamos presenta riesgos y que para definirlas se consideran distintas variables, tales como el costo del dinero, del fondeo, los operativos y la morosidad promedio.

Un importante ejecutivo planteó que para reducir el costo financiero total, una medida que podría tomar el Gobierno es bajar los impuestos, que representan entre 30% y 50% (Foto: Reuters)

Un importante ejecutivo planteó que para reducir el costo financiero total, una medida que podría tomar el Gobierno es bajar los impuestos, que representan entre el 30% y 50% (IVA sobre intereses, principalmente).

Por su parte, Miguel Arrigoni, CEO y fundador de First Capital Group, dijo: “Hay una tendencia alcista firme de los impagos en las carteras bancarias, tanto a nivel corporativo como de consumo. Creo que tiene que ver con la coyuntura, ya que hay empresas que por distintos motivos, a veces por el rubro, por las ventas o la importación; sufren el proceso de cambio muchísimo”.

Quienes no llegan a fin de mes usan la tarjeta como un comodín, lo que va generando deudas acumuladas que luego se vuelven difíciles de afrontar (Arrigoni)

El especialista planteó que “nuestro sistema bancario es muy cortoplacista y las entidades operan con plazos breves, dado que sus depósitos también lo son. Esto no siempre coincide con los tiempos de financiamiento que requieren las compañías”.

Con respecto a las familias, Arrigoni indicó: “Evidentemente, quienes no llegan a fin de mes usan la tarjeta como un comodín, lo que genera deudas acumuladas que luego resultan difíciles de afrontar. En definitiva, es una etapa transitoria, hasta que las personas consigan reacomodarse”.

Contó que en otros países, en situaciones similares, los bancos centrales y organismos de control suelen emitir normas que ofrecen más flexibilidad en plazos y condiciones, como sucedió en la crisis de las cajas de ahorro (Savings and Loan, S&L) en Estados Unidos a principios de los 90′. “Nuestra normativa siempre ha sido muy rígida”, destacó.