Dar con vuelos baratos durante la temporada alta puede resultar complicado. La elevada demanda y la variabilidad de tarifas convierten la búsqueda de boletos económicos en una tarea para viajeros atentos y dispuestos a maximizar las herramientas digitales disponibles. Para evitar pagar de más o quedar sujetos a cambios inesperados de precio, conviene anticiparse y monitorear tarifas, tanto para quienes planifican trayectos nacionales como internacionales. Sin embargo, explica en una informe especial The New York Times, determinar el momento exacto para reservar sigue siendo un desafío, ya que requiere estrategia y conocimiento de las dinámicas del mercado.
Supervisar y comparar precios constituye el primer paso para asegurar una buena tarifa durante los viajes en temporada alta. Plataformas como Google Flights, Hopper, Kayak y Skyscanner permiten configurar alertas para recibir notificaciones cada vez que los precios cambian, y además ofrecen información sobre si la tarifa está por encima o debajo del promedio típico en esas fechas. Algunas de estas aplicaciones incluso recomiendan si conviene comprar de inmediato o esperar, lo que facilita la toma de decisiones informadas y ayuda a evitar imprevistos.
La flexibilidad se presenta como una ventaja determinante. Modificar fechas, considerar trayectos en diferentes aerolíneas o explorar aeropuertos alternativos puede revelar ofertas poco visibles en búsquedas rígidas. Una táctica eficaz es comparar boletos de ida y vuelta con la compra de tramos separados para descubrir diferencias sustanciales de precio. Asimismo, si existen varios aeropuertos cercanos al destino, ampliar el radio de búsqueda puede traducirse en ahorros significativos para el viajero.
En cuanto al mejor momento para comprar, la recomendación general es reservar entre seis y doce semanas antes de la fecha de partida. Este rango responde a la tendencia de las aerolíneas a publicar primero tarifas elevadas, que suelen bajar a medida que se acerca la fecha y únicamente suben de nuevo cuando la ocupación crece. No obstante, anticipar ese momento óptimo puede ser complejo, ya que los precios fluctúan decenas o incluso cientos de veces antes del vuelo. De hecho, muchos viajeros compran demasiado temprano “pensando que por madrugar se paga menos”, aunque el precio puede bajar posteriormente.
En el caso de rutas altamente demandadas o feriados específicos, como Navidad o Acción de Gracias en Estados Unidos, los expertos sugieren completar la reserva a principios de septiembre o, como máximo, a mediados de octubre. Sin embargo, estas recomendaciones varían según el país y la temporada, por lo que es importante adaptar la estrategia a cada contexto. Esperar al último minuto generalmente implica precios más altos y menor disponibilidad, muy especialmente en temporada alta.
El uso de puntos de viajero frecuente o millas es una alternativa interesante, pero exige planificación adicional. Fuera de los periodos de alta demanda, las aerolíneas pueden disminuir los requisitos de canje para llenar asientos, lo cual permite aprovechar oportunidades de último minuto. Por el contrario, en semanas pico, como fin de año o ciertas vacaciones nacionales, la cantidad de puntos necesarios aumenta considerablemente.
Como referencia en Estados Unidos, un vuelo de ida y vuelta fuera de temporada puede requerir unas 38.000 millas, mientras que en Acción de Gracias sube a 50.000 y en Navidad a 60.000. Por ello, la mayoría de especialistas aconseja realizar la reserva con al menos 90 días de antelación para acceder a la mejor disponibilidad y aprovechar el mejor canje posible. Además, si la tarifa en puntos baja más adelante, la mayoría de aerolíneas permite cancelar la reserva y recuperar los puntos para comprar el nuevo pasaje, siempre según la política de cada compañía.
Reducir riesgos logísticos es fundamental cuando se viaja en periodos saturados o con riesgos meteorológicos, como sucede al final del año. Elegir vuelos directos reduce la probabilidad de complicaciones derivadas de conexiones fallidas o canceladas. Además, optar por volar en las primeras horas del día da más margen para reubicaciones en caso de eventualidades. Así, se incrementa la posibilidad de iniciar el viaje según lo previsto y se minimizan demoras por congestión o clima adverso.
Después de reservar, conviene seguir monitoreando el precio del boleto. Si hay una reducción en la tarifa antes de la fecha de vuelo, muchos billetes —salvo los más restrictivos— permiten cancelar y volver a reservar usando la diferencia como crédito o recuperar los puntos, según la política de la aerolínea. Aunque esta opción es menos habitual en temporada alta debido a la alta ocupación, representa una última oportunidad para optimizar el gasto.