La minería es una de las actividades productivas clave para el desarrollo argentino. Y en un contexto donde el acceso al financiamiento, la trazabilidad y la transparencia son más urgentes que nunca, la tokenización de derechos de explotación minera se presenta como una oportunidad concreta para transformar el sector sin alterar su base legal ni técnica.
Lejos de promesas vacías o “criptomonedas mineras” sin respaldo, la tokenización modelo propone una visión seria y regulada: representar contratos reales mediante contenedores de documentación en blockchain, validados y auditados, que habiliten nuevas formas de participación económica en proyectos mineros vigentes.
Argentina puede liderar este cambio dado que hoy es uno de los cuatro hubs de desarrollo de tecnología blockchain más importantes del mundo, junto a Silicon Valley, Qatar y España.
¿Para qué se tokenizan los proyectos mineros?
- Obtener financiamiento alternativo y global sin comprometer grandes participaciones accionarias o alto endeudamiento. Inversionistas de todo el mundo pueden comprar derechos personales o económicos del proyecto (representados en documentos tokenizados), habilitando una mayor base de inversores.
- Generar liquidez para activos tradicionalmente ilíquidos. Una mina, una concesión o un yacimiento son activos difíciles de monetizar rápidamente. La tokenización permite que se puedan transar los futuros beneficios con mayor agilidad.
- Aumentar la transparencia y trazabilidad. Cada token contiene la documentación respaldatoria que da derecho a los posibles futuros derechos económicos de un proyecto o una zona de explotación, con trazabilidad de origen (por ejemplo, oro libre de conflicto) y seguimiento en blockchain. Esto ayuda a cumplir con estándares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
En el mundo, ya hay casos como por ejemplo la mina de oro AMA-AMBIOGEO (Supernova Project) Se tokenizaron 474 toneladas, equivalentes a aproximadamente USD 36.800 millones.
También en el caso de Consa en Chile, se tokenizó la sal, donde se proyecta una producción mensual de 100.000 toneladas para el año 2029. Colombia también ya tokenizó oro a través de Santo Mining & Vegachi Holdings SAS.
En Argentina, las concesiones mineras son derechos otorgados por las provincias a empresas para explorar y explotar yacimientos. Estas concesiones no pueden transferirse libremente, pero sí pueden ser base de contratos privados que otorguen derechos económicos y de usufructo, como la participación en futuras utilidades o el derecho de uso sobre una explotación determinada.
¿Y qué se tokeniza entonces? No la concesión ni un “título minero digital”, sino el contrato privado entre el titular del derecho y un tercero, que puede estar validado por firma electrónica o certificación notarial, incluyendo documentación técnica y ambiental como el Plan de Inversiones, la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) o informes tipo NI 43-101.
El token es, entonces, un contenedor de documentación, con todas las características de vanguardia que da blockchain: trazable, fraccionable, y endosable según las condiciones pactadas.
El mercado ha sido testigo de múltiples fracasos cuando se emitieron “tokens mineros” sin concesiones, sin contratos, sin validaciones técnicas. Proyectos que ofrecían rentabilidad garantizada sin sustento legal. ¿El resultado? Riesgos regulatorios, causas penales y un daño reputacional difícil de revertir.
Este modelo propone lo contrario: evitar la especulación financiera vacía y promover la tokenización de contratos legítimos, con respaldo documental, firmas verificables y trazabilidad blockchain. Con estas bases, Argentina tiene la oportunidad de convertirse en referente global en tokenización minera, combinando innovación y cumplimiento normativo.
La tokenización de derechos de explotación minera no es una utopía futurista: es una herramienta concreta, legal y escalable para potenciar y modernizar uno de los sectores más estratégicos del país.
El autor es cofundador & CEO de Pala Blockchain