En medio de una aguda escasez de combustibles que ha paralizado parte del aparato productivo y generado largas filas en las estaciones de servicio, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia aseguró que el balotaje presidencial del próximo domingo se desarrollará con normalidad.
El TSE firmó un acuerdo con el Ministerio de Hidrocarburos y la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para garantizar el suministro de diésel y gasolina durante todo el proceso electoral. “El acta garantiza la provisión de combustible desde el inicio hasta la culminación del proceso”, declaró el vocal Gustavo Ávila, quien precisó que los vehículos del órgano electoral tendrán “preferencia” en las estaciones de servicio.
El país vive desde hace más de una semana una nueva crisis de abastecimiento. En las principales ciudades, las filas de vehículos se extienden por varias cuadras, afectando la distribución de alimentos y encareciendo los precios. La falta de divisas ha limitado las importaciones de combustibles, subsidiadas por el Estado.
El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, reconoció que YPFB “trabaja al límite”, con reservas para apenas tres días de gasolina y menos de una jornada de diésel. Explicó que la empresa recibió desembolsos de entre 35 y 40 millones de dólares, aunque necesita más de 50 millones para operar con normalidad. Gallardo responsabilizó a un “bloqueo legislativo” en el Parlamento que impide aprobar créditos externos por más de 1.600 millones de dólares, recursos que podrían aliviar la crisis de divisas.
La situación se complica además por la ausencia del presidente de YPFB, Armin Dorgathen, sobre quien pesa una orden de captura por presunto contrabando de combustible. Su última aparición pública fue hace más de una semana, cuando explicó en conferencia de prensa que YPFB no podía abastecer al 100 % la demanda interna debido a los problemas con los desembolsos en dólares.
Pese al contexto adverso, el TSE avanzó con la distribución del material electoral hacia las zonas rurales más apartadas. En el departamento de La Paz, el traslado requiere combinar rutas terrestres, fluviales y aéreas, y se estima que demandará unos 30.000 litros de combustible. En Santa Cruz, la región más poblada, se realizaron simulacros de cómputo y se espera la llegada de observadores de la OEA y de la Universidad Complutense de Madrid.
Más de 7,5 millones de bolivianos están habilitados para votar dentro del país y otros 369.000 en el exterior, en lo que será una inédita segunda vuelta presidencial en la historia democrática de Bolivia.
El candidato centrista Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de tendencia derechista, disputarán voto a voto la Presidencia el 19 de octubre. Paz acusó al gobierno de Arce de ocultar el combustible para sembrar zozobra y favorecer a su rival, una afirmación que el ministro Gallardo respondió pidiendo “al candidato Rodrigo Paz que no haga política con el dolor y sufrimiento de la gente”.
Tanto Paz como Quiroga prometieron resolver la escasez de combustibles y la falta de dólares desde el primer día de sus eventuales mandatos, el próximo 8 de noviembre. Mientras tanto, Bolivia intenta garantizar, en medio de la crisis, un proceso electoral que ponga a prueba su institucionalidad.
(Con información de EFE)