El canciller alemán Friedrich Merz sugirió este viernes que Alemania podría llegar a un acuerdo con Estados Unidos que permitiría la importación de autos a Europa libres de impuestos, a cambio de exenciones arancelarias equivalentes para los vehículos europeos exportados al gigante norteamericano.
Según dijo el propio Merz, la propuesta tiene como objetivo aliviar las tensiones comerciales surgidas entre ambos países tras la implementación de la nueva política arancelaria de la Casa Blanca y fue abordada en su reciente visita a Washington, donde se reunió con el presidente Donald Trump.
Durante un evento en Berlín, el mandatario señaló que aún “tenemos que ver si podemos llegar a una norma de compensación o algo por el estilo” y advirtió que cualquier negociación deberá entablarse a nivel de la Unión Europea, por lo que tiene previsto hablar con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para ponerla al tanto del asunto.
No obstante, se mostró optimista al respecto.
“Acordamos que habrá dos representantes entre la Casa Blanca y la cancillería que hablarán de forma intensa sobre las relaciones comerciales germanoestadounidenses”, adelantó.
Sus palabras se alinean con la propuesta presentada tiempo atrás por el presidente ejecutivo de Mercedes-Benz, Ola Kaellenius, quien sugirió un mecanismo similar para el comercio de automóviles entre ambos continentes.
De acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA), las exportaciones de autos desde Europa hacia Estados Unidos alcanzaron casi las 758.000 unidades, valoradas en aproximadamente 38.900 millones de euros (44.250 millones de dólares), superando por más de cuatro veces las importaciones desde Estados Unidos.
La industria automotriz alemana, representada por empresas como BMW y Mercedes-Benz, posee significativas plantas de producción en Estados Unidos y desempeña un papel crucial en el mercado internacional. Estas empresas garantizan no solo abastecimiento local, sino también envíos a otros mercados del mundo, incluyendo el europeo.
Adicionalmente, durante la reunión en el Despacho Oval, Merz abordó varios temas importantes para las relaciones bilaterales, incluidos la guerra en Ucrania y el compromiso de Estados Unidos con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En lo referente al conflicto bélico, Merz comentó que había manifestado “una postura claramente diferente sobre a la que había tomado Trump, y no solo no hubo objeciones, sino que lo discutimos en detalle nuevamente durante el almuerzo”.
No obstante estas diferencias, sumó, se trató de una reunión constructiva, en la que la Casa Blanca se mostró “abierta al diálogo, escucha y dispuesta a aceptar opiniones diferentes”.
Por otro lado, el canciller enfatizó la importancia de que Estados Unidos siga contribuyendo a la OTAN ya que “nos guste o no, seguiremos dependiendo de Estados Unidos por mucho tiempo”, aunque destacó que, de igual manera, “también se necesitan socios en el mundo, y los europeos, especialmente los alemanes, son los socios más adecuados”.
“Esta es la diferencia entre los sistemas autoritarios y las democracias: los sistemas autoritarios tienen subordinados. Las democracias tienen socios, y queremos ser esos socios en Europa y con Estados Unidos”, sumó al respecto.
Por último, antes de regresar a su país, Merz se reunió con senadores en el Capitolio y aprovechó para solicitar mayor celeridad en las decisiones vinculadas a la guerra de Rusia.
“Por favor, observen hasta dónde está llegando el armamento de Rusia, lo que están haciendo actualmente allí; obviamente no tienen idea de lo que está sucediendo… pueden hablar con ellos, pero no deben dejarse intimidar”, apuntó.
(Con información de AP y Reuters)