Libro del día: “Me atrevo a contarlo: todo lo que me habría gustado saber sobre la menopausia” de Naomi Watts

“La menopausia es una enfermedad grave, dolorosa y a menudo incapacitante”, escribió Robert Wilson en 1966 en su libro Feminine Forever, una afirmación que Naomi Watts califica de “paternalista” e “indignante” en su nuevo libro. Esta cita, rescatada en Me atrevo a contarlo: todo lo que me habría gustado saber sobre la menopausia, sirve como punto de partida para el debate que la actriz australiana propone sobre el tratamiento social y mediático de la menopausia, un tema que, según ella, ha pasado de ser tabú a convertirse en obsesión pública, especialmente entre celebridades.

A los 36 años y recién acabado el rodaje de King Kong, a la popular actriz británica le comunicaron que estaba a punto de entrar en la menopausia. Justo cuando se había propuesto fundar una familia. “He escrito este libro para quien esté viviendo la menopausia y esté pensando qué demonios le pasa, y para quien vaya a pasarla y quiera estar preparada y así, no llegue a ese periodo a ciegas, como me ocurrió a mí”, comienza el texto.

La publicación, editada por Vermillion, se presenta como un testimonio personal de Watts sobre su experiencia con la menopausia, pero también como un reflejo de las contradicciones y excesos del discurso actual en torno a este proceso biológico. La actriz, conocida por su trabajo en Hollywood y por su reciente separación de Liev Schreiber, narra episodios íntimos, como el inicio de su relación con Billy Crudup tras conocerse en la serie Gypsy. En uno de los momentos más reveladores del libro, Watts describe la ansiedad que sintió antes de acostarse por primera vez con Crudup, preocupada por el posible descubrimiento de su parche de terapia hormonal sustitutiva (HRT). «Me preocupaba que, si lo veía, se diera cuenta de que era menopáusica y ya no era una persona vital y fértil», confiesa la autora, quien optó por retirar el parche antes del encuentro.

A los 36 años y recién acabado el rodaje de

La obra alterna anécdotas personales con reflexiones sobre la presión que ejerce la industria cinematográfica en torno a la edad y la apariencia de las mujeres. Watts se pregunta por qué siempre se ha sentido “demasiado joven o demasiado mayor, pero nunca exactamente de la edad adecuada” en su carrera, sugiriendo que la obsesión de Hollywood por la juventud y la perfección física contribuye a la inseguridad de muchas actrices. A pesar de las dificultades, la relación con Crudup prosperó: «Amarlo es lo más amable que he hecho por mí misma», afirma Watts, quien ahora está casada con el actor.

La menopausia, en cambio, ha resultado un desafío más complejo para la intérprete. Su llegada prematura le ha provocado problemas como olvidos —llegó a no recordar el nombre del programa de Lena Dunham durante una rueda de prensa— y sequedad, lo que la llevó a fundar su propia empresa, Stripes Beauty, especializada en productos hidratantes como el gel Vag of Honor. Watts sostiene que no se puede “superar” la menopausia, sino que hay que afrontarla directamente, y dedica buena parte del libro a explorar las distintas opciones disponibles, desde la HRT hasta prácticas como el “future journalling” y la búsqueda de “socios de éxito”, conceptos que, según la autora, combinan la biología con la motivación personal.

“He escrito este libro para quien esté viviendo la menopausia y esté pensando qué demonios le pasa, y para quien vaya a pasarla y quiera estar preparada y así, no llegue a ese periodo a ciegas, como me ocurrió a mí”, comienza el libro (Foto: REUTERS/Mario Anzuoni)

El libro ofrece un “catálogo de desgracias” —sofocos, ansiedad, miedo a la muerte— acompañado de consejos poco útiles, como la recomendación de dormir bien, y otros que resultan absurdos, como la sugerencia de un médico entrevistado de que las mujeres menstruantes no deberían donar sangre. El texto también ironiza sobre la perspectiva estadounidense del libro, dirigida a mujeres con seguro médico que pueden acceder a revisiones ginecológicas anuales, y sobre la dificultad de encontrar en el Reino Unido un médico que dedique más de 10 minutos a una consulta.

Watts cita con aprobación a otras figuras mediáticas que han abordado la menopausia, como Davina McCall y Mariella Frostrup, quien define el “autocuidado” como un “superpoder”. Me atrevo a contarlo se inscribe en una tendencia creciente de figuras públicas que abordan la menopausia desde una perspectiva de empoderamiento. En un contexto donde la discriminación de género persiste, la frustración y el enfado de las mujeres menopáusicas pueden estar plenamente justificados.