Desde su debut en 1989, Los Simpson se consolidó como una pieza fundamental de la cultura popular. Nacida como un corto en el programa The Tracey Ullman Show, la serie creada por Matt Groening superó todas las expectativas iniciales. A tal punto que, en la actualidad, el creador sigue sin creer el éxito obtenido por su obra. La historia de la familia amarilla logró tal impacto que, en 2001, por ejemplo, el ‘Oxford English Dictionary’ incorporó el grito ‘D’Oh!’, popularizado por Homero, a su repertorio oficial.
El éxito de la serie no radica solo en las aventuras del núcleo familiar —Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie—, sino también en el enorme universo de personajes secundarios que han contribuido a mantener fresco y relevante el relato a lo largo de más de tres décadas. Muchos de estos, cargados de matices, parodian la fama y la vida cotidiana estadounidense, consolidándose como reflejos y críticas de la sociedad moderna.
A lo largo de los años, experimentaron transformaciones notables tanto en su estilo como en el guion, lo que ha generado apasionados debates y abundantes teorías entre sus seguidores.
El caso de Krusty el Payaso es uno de los más representativos en cuanto a cambios creativos fundamentales, originando una de las teorías más sólidas y confirmadas por el propio creador.
Krusty el Payaso: un personaje secundario que conquistó a los fans
Krusty el Payaso, cuyo nombre real es Herschel Krustofsky, es uno de los personajes más populares y complejos del universo Simpson. Concebido como una sátira a la fama y a los excesos típicos del espectáculo en Estados Unidos, la “estrella del canal 6″ ha sido caracterizado por su actitud cínica y un comportamiento constantemente cuestionable.
Este payaso -de raíces judías- se presenta a lo largo de toda la serie como un personaje que busca explotar la marca de su nombre hasta límites insospechados y está dispuesto a avalar cualquier producto con tal de aumentar sus beneficios. Eso sin mencionar cuestiones más “tangenciales” como sus problemas con las bebidas alcohólicas, la aspera relación con su padre, un rabino ortodoxo, o el sinfín de relaciones amorosas fallidas que tuvo a lo largo de su vida añade matices a su personalidad.
A pesar de su rol secundario, Krusty se ha ganado el aprecio de varias generaciones, protagonizando episodios memorables y participando en tramas que exploran tanto el humor como el drama. Su característica frase «¡Hola hola!“, repetida en cada aparición, se ha vuelto inconfundible entre los fanáticos de la serie.
Pero, uno de los secretos mejor guardados de la serie, y en especial de este peculiar personaje, estuvo relacionado a su verdadera identidad y al vínculo directo que tuvo, en sus primeras versiones, con el patriarca de la familia Simpson.

El plan original: Krusty y Homero, un mismo personaje bajo el maquillaje
La existencia de teorías y rumores sobre el trasfondo de Krusty el Payaso ha sido constante a lo largo de los años. Sin embargo, pocas veces estas elucubraciones reciben validación directa de sus creadores. En el caso de Krusty, Matt Groening confirmó en una entrevista para Entertainment Weekly un dato sorprendente: la intención original era que Krusty y Homero fueran, en realidad, la misma persona.
“La idea original detrás del personaje de Krusty el Payaso era que se trataba de Homero disfrazado, pero Homero seguía sin conseguir el respeto de su hijo, que lo adoraba. Si nos fijamos en Krusty, no es más que Homero con el pelo más largo y un tupé en la cabeza”, afirmó Matt Groening en dicha entrevista.
Esta revelación cobra sentido al observar el desgastado vínculo entre Homero y Bart. La falta de reconocimiento por parte del hijo hacia su padre fue, según Groening, la principal motivación tras la construcción de este doble personaje. El objetivo era permitir que Bart idolatrara a Krusty, sin saber que era su propio progenitor oculto bajo la capa de maquillaje, la nariz roja y la peluca verde. Así, la serie exploraría de forma satírica la paradoja de un hijo que desprecia a su padre, pero venera a su versión pública y disfrazada.
Aunque finalmente los guionistas decidieron mantener a Krusty como un personaje independiente, este plan inicial explica las similitudes físicas entre ambos y el aire de complicidad que se advierte en sus interacciones durante las primeras temporadas.
La materialización más cercana de aquella idea llegó en la sexta temporada, con el episodio “Homero el Payaso”. En ese capítulo, Krusty abre una escuela de payasos para recaudar fondos y Homero se inscribe, logrando hacerse pasar por Krusty. El enredo va en aumento cuando la mafia, equivocándose, secuestra a Homero pensando que es el payaso original debido a sus deudas de juego. Al final, el auténtico Krusty interviene y salda su deuda con los mafiosos, que ascendía a 48 dólares.
Este guiño sirve de homenaje a la primera concepción del personaje y se ha convertido en una de las referencias favoritas de los seguidores y estudiosos de la serie.

Teorías y mitos
La singularidad de Los Simpson ha generado una prolífica cultura de teorías, explicaciones alternativas y mitos dentro de su comunidad de aficionados. La confirmación de la relación original entre Krusty y Homero no ha hecho, sino, fortalecer este fenómeno. Pero no es la única especulación relevante.
Entre las múltiples conjeturas sedestacan algunas como la supuesta riqueza oculta de la familia, el conocimiento de Moe sobre las bromas telefónicas de Bart, o la legendaria teoría del “coma de Homero”, que buscaría dar sentido a las innumerables situaciones surrealistas que atraviesa la familia a lo largo de las décadas.
Sin embargo, según Looper, la relacionada con Krusty el Payaso es considerada la mejor fundamentada y ha sido validada por las propias palabras de su creador. Este dato, que estuvo oculto durante años, revela el nivel de detalle y profundidad creativa con que fue concebido el universo de Springfield.