Más de un millón de personas participaron este domingo en la misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes, celebrada en la zona de Tor Vergata, en las afueras de Roma, y presidida por el papa León XIV, informó el Vaticano. Se trató del acto más multitudinario del pontificado hasta la fecha y el momento culminante del Año Santo dedicado a la juventud.
El Vaticano anunció en un breve comunicado que “las autoridades estiman que en la zona de Tor Vergata y las áreas limítrofes hay más de un millón de personas”. La cifra fue confirmada por el delegado del Gobierno en Roma, Lamberto Giannini, quien declaró a los medios: “Es un dato más que creíble porque todas las zonas de Tor Vergata, como se ve desde el aire, están completamente llenas y pueden contener esa cifra de personas”.
La misa puso fin a una semana de celebraciones que convocaron a jóvenes católicos de 146 países. El sábado por la tarde, León XIV se reunió con ellos en una vigilia de oración, y este domingo cerró el evento con la eucaristía.
Los peregrinos pasaron la noche acampando en el lugar, durmiendo al raso o en tiendas de campaña, mientras esperaban el acto de clausura.
El papa aterrizó en helicóptero a las 7:40 (hora local) y recorrió el campamento en su papamóvil, saludando a los presentes entre cánticos y vítores. El escenario principal, de grandes dimensiones, estaba decorado con un arco dorado y una cruz monumental, y fue ocupado por 450 obispos y alrededor de 700 sacerdotes, según cifras oficiales del Vaticano.
La organización del evento supuso un esfuerzo logístico de dos años, según explicó Giannini. Como parte de los preparativos, se adecuó la zona de Tor Vergata, el mismo lugar donde en el año 2000 el papa Juan Pablo II presidió una histórica Jornada Mundial de la Juventud.
Entre las obras realizadas se destacó la rehabilitación de la ‘Vela’, una estructura diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava, que había quedado incompleta durante dos décadas.
El Jubileo de los Jóvenes forma parte del calendario del Año Santo, que la Iglesia católica convoca tradicionalmente cada 25 años, aunque el actual fue adelantado por decisión del papa. El programa incluyó oraciones, procesiones, actividades culturales y encuentros interreligiosos, con énfasis en el compromiso social de las nuevas generaciones.
La misa concluyó sin incidentes, en un clima de fervor y participación masiva, que subrayó el carácter internacional y simbólico del evento para la Iglesia y para la juventud católica.
(Con información de AFP y EFE)