En 2024, 1,3 millones de personas se contagiaron de VIH a nivel mundial y 630.000 murieron por enfermedades relacionadas con el sida, según datos de la ONU. (imágenes ilustrativas Infobae)

Unos 40,8 millones de personas viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en el mundo, de las que 21,1 millones -más de la mitad del total- se encuentran en África subsahariana, la región más afectada a nivel global en un contexto marcado por una crisis de financiación que ha desestabilizado la respuesta, sobre todo, de los países de bajos ingresos.

En 2024, 1,3 millones de personas se contagiaron de VIH a nivel mundial y 630.000 murieron por enfermedades relacionadas con el sida, según datos de la ONU.

La mitad de las nuevas infecciones registradas -550.000 casos- se produjeron en África subsahariana, donde también murieron 260.000 personas, lo que confirma que la región soporta el mayor peso de la epidemia.

África, epicentro de la epidemia

En África occidental y central, otras 5,2 millones de personas vivían con el virus en 2024, con 430.000 nuevas infecciones y 120.000 fallecimientos.

Ese año, las mujeres y niñas representaron el 45% de todas las nuevas infecciones a nivel mundial, una proporción que subió al 63% en África subsahariana.

Las organizaciones comunitarias, un pilar de la respuesta al VIH, sufrieron cierres generalizados, con más del 60% de las lideradas por mujeres obligadas a suspender programas clave.

Cada semana, 4.000 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contrajeron VIH en 2024, de las cuales 3.300 lo hicieron en África subsahariana.

Frente a estos datos, que a nivel global reflejan descensos del 40% en los contagios y del 54% en los fallecimientos respecto a 2010, el Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) destaca que los avances siguen siendo frágiles.

Con motivo del Día Mundial del sida, que se celebra este 1 de diciembre, el organismo alerta en un informe del “impacto devastador” de los recortes en la financiación internacional y la falta de solidaridad global, especialmente en los países de ingresos bajos y medios más afectados por la epidemia.

Recortes estadounidenses

Las reducciones abruptas de la asistencia internacional al VIH en 2025 han agravado los déficits de financiación existentes y puesto en peligro, según la ONU, dos décadas de avances.

Los recortes anunciados por Washington a la ayuda exterior, y en particular al Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) -mayor programa global de financiación contra el sida-, paralizaron servicios esenciales, provocaron el cierre de centros de salud, la pérdida de personal y la interrupción de programas de prevención y detección temprana del virus.

Una enfermera extrae una muestra de sangre a un niño para una prueba del VIH en una clínica de Diepsloot, al norte de Johannesburgo, Sudáfrica, 12 de marzo de 2025. REUTERS/Siphiwe Sibeko

Las organizaciones comunitarias, un pilar de la respuesta al VIH, sufrieron cierres generalizados, con más del 60% de las lideradas por mujeres obligadas a suspender programas clave.

Esta crisis, alerta ONUSIDA, coincide con un deterioro global de los derechos humanos, un aumento de leyes que penalizan la actividad sexual entre personas del mismo sexo y crecientes restricciones a la sociedad civil, especialmente en África subsahariana, lo que agrava el acceso a los servicios de VIH para las poblaciones más marginadas.

Con todo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que la ayuda sanitaria externa caiga entre un 30% y un 40% en 2025 respecto a 2023, lo que provocará interrupciones aún más graves en los países más afectados.

Avances en prevención

El pasado 14 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso de lenacapavir, un antirretroviral de acción prolongada que se administra mediante una inyección subcutánea dos veces al año y actúa en tres fases del ciclo del virus.

La OMS calificó la decisión de “histórica” al considerar que este fármaco, desarrollado por la farmacéutica estadounidense Gilead Sciences, podría redefinir la respuesta global a la epidemia al ofrecer una alternativa más accesible y menos dependiente de la adherencia diaria que la profilaxis preexposición (PrEP) oral convencional.

El lenacapavir fue desarrollado por la farmacéutica Gilead Sciences. (Unsplash)

En septiembre, EE.UU. anunció una asociación con Gilead Sciences y el Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria para introducir el lenacapavir en países con alta carga de VIH, y ya ha entregado las primeras dosis en Esuatini y Zambia como parte del PEPFAR.

Gilead prevé completar para finales de 2025 las solicitudes regulatorias del lenacapavir en 18 países que, según la farmacéutica, representan el 70% de la carga global de VIH, y el medicamento ya ha sido aprobado en Sudáfrica y Zambia, con decisiones pendientes en Botsuana, Kenia, Malaui, Namibia, Ruanda, Tanzania, Uganda y Zimbabue.

(con información de EFE)