El Reino Unido anunció que aviones de combate Typhoon participarán en misiones de defensa aérea sobre Polonia para enfrentar amenazas rusas, incluidos drones, informó el Ministerio de Defensa británico. Las operaciones comenzarán “en los próximos días”.
La decisión llega tras una intensa incursión de drones rusos en el espacio aéreo polaco la semana pasada: al menos 19 objetos no identificados cruzaron la frontera polaca durante un ataque aéreo ruso contra Ucrania. Polonia, con apoyo de aliados de la OTAN, derribó los drones que representaban un peligro.
Mark Rutte, secretario general de la OTAN, dijo que la alianza reforzaría la defensa de su flanco oriental tras esta agresión: “Es crucial contrarrestar la agresión y defender cada miembro de la Alianza”. Rutte hizo estas declaraciones cuando anunció la iniciativa Eastern Sentry, diseñada para fortalecer ese flanco ante provocaciones rusas.
El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó el comportamiento ruso como “temerario”, “una amenaza directa para la seguridad europea” y una violación del derecho internacional. También afirmó que los cazas “no son solo una demostración de fuerza, son vitales para disuadir la agresión” y para “proteger el espacio aéreo de la OTAN y la seguridad nacional del Reino Unido”.
España también anunciará próximamente contribuciones, según informó el Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE) en la ciudad belga de Mons. Además, SHAPE declaró que Italia y Suecia también han mostrado su apoyo. Citando fuentes gubernamentales, la agencia de noticias italiana ANSA informó que Italia tiene la intención de proporcionar dos aviones Eurofighter.
Polonia reaccionó a la incursión rusa invocando el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, que obliga a consulta entre los miembros cuando alguno considera que su seguridad está amenazada. Donald Tusk, primer ministro polaco, calificó la incursión de “provocación a gran escala”.
Rumania padeció una situación similar: reportó una violación de su espacio aéreo por drones rusos, lo que generó alerta militar y diplomática.
Uno de los aspectos más preocupantes es la naturaleza deliberada de las incursiones. Analistas estiman que los drones podrían haber sido usados como señuelos, o para saturar defensas, o para testar la respuesta de la OTAN. No todos los drones estaban armados; algunos eran de tipo “señuelo”.
Polonia también reconoció que su sistema antidrone “SkyCTRL” estaba prácticamente inactivo por demoras en la modernización, atrasos presupuestarios que lo habían dejado mal preparado para una escalada como esta.
La operación Eastern Sentry, lanzada el 12 de septiembre de 2025, tiene como objetivo coordinar de modo más firme la defensa aérea del flanco oriental de la OTAN, combinando recursos de varios países para detectar, interceptar y disuadir amenazas aéreas rusas.
El Reino Unido no es el único actor: Francia y Alemania ya se comprometieron a enviar más cazas; Dinamarca también participará en la misión.
El domingo, Ucrania promocionó sus tácticas de drones como modelo económico para los aliados de la OTAN. Esa estrategia aparece diseñada para golpear los ingresos de Moscú, imponer costos más allá de lo militar directo y evidenciar la vulnerabilidad del aparato logístico ruso.
El presidente Volodímir Zelensky declaró: “Estamos listos para formar a todos nuestros socios en la defensa” frente a los drones rusos. Acompañó esa oferta con la afirmación de que Rusia “está estudiando cómo extender la guerra al territorio de Polonia y los Estados bálticos y que el Ejército ruso está también poniendo a prueba a Rumanía” .
Rusia, por su parte, ha respondido minimizando los hechos. A través de su oficina de prensa, ha sugerido que algunas violaciones podrían deberse a errores de navegación o interferencias electrónicas, aunque no ha dado pruebas concluyentes.
El escenario se agrava: la OTAN se enfrenta a una Rusia que no solo actúa en Ucrania, sino que empieza a desdibujar sus fronteras mediante incursiones aéreas que menoscaban la soberanía de países miembros. Los aliados miran ya no solo al presente, sino al riesgo de que estas provocaciones se vuelvan sistema. Reino Unido y los demás están tratando de restablecer una línea roja que impida que la agresión se normalice.