El juez de Garantías de Rosario, Eduardo Rodrigues Da Cruz, dio por formalizada la investigación contra una mujer y su hija, acusadas de subalquilar cinco inmuebles a Maximiliano Adrián Ortigoza, un narco que el mes pasado fue condenado junto a su pareja por controlar una “cocina” de droga en un departamento de la ribera norte rosarina.
A instancias de los fiscales coadyuvantes Franco Benetti y Santiago Cruz Alberdi, de la Unidad Fiscal Rosario, Andrea O. y Camila P.C., fueron imputadas por los delitos de encubrimiento agravado, en calidad de coautora y partícipe necesaria. Siguen en libertad y deben cumplir diversas disposiciones procesales y judiciales para continuar en esa condición.
Según informó la Procuración General de la Nación en su portal de noticias institucional www.fiscales.gob.ar, “el hombre al que ambas mujeres habrían encubierto fue detenido el 1° de octubre pasado al salir de uno de los departamentos que arrendaba, ubicado en la avenida Carballo al 500, donde regenteaba una “cocina” de droga. En marzo pasado Ortigoza fue condenado en un juicio abreviado a 4 años y 6 meses de prisión como autor del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y encubrimiento, mientras que su pareja, Keila Jazmín Santos Lenz, recibió 3 años de prisión condicional como partícipe secundaria de los mismos delitos».
La prosecución de la investigación para desentrañar la logística con la que contaba Ortigoza para ocultarse condujo a los fiscales Benetti y Cruz Alberdi hasta ambas mujeres, a quienes imputaron por “haber ayudado a Ortigoza a eludir las investigaciones federales de las que se encontraba prófugo desde 2022, y a sustraerse de la acción de la autoridad proporcionándole lugares donde vivir sin tener que entregar datos registrales, todo ello con conocimiento de que estaba prófugo”.
La pesquisa comenzó con “el descubrimiento de una cocina de cocaína en una de las zonas residenciales más exclusivas de Rosario, montada por una persona que tenía dos pedidos de captura por narcotráfico”, indicó.
El fiscal Benetti resaltó “la gravedad de la conducta desplegada por las imputadas” y remarcó: “No solo permitió que esa persona pudiera evadirse de la Justicia, sino que continuara con su actividad. Hay elementos para asegurar que la señora Andrea O. conocía personalmente a Ortigoza y sabía que tenía problemas con la Justicia y no podía alquilar; le prestó auxilio al menos por un año y medio y se benefició económicamente”.
Multidestino
Para la fiscalía, Andrea O. le subalquiló a Ortigoza cinco inmuebles al menos entre abril de 2023 y hasta el 1° de octubre de 2024, día de su detención: dos en Roldán –a 25 kilómetros al noroeste de Rosario–, uno en Granadero Baigorria –15 kilómetros al norte de Rosario– y los otros dos en Rosario. El último fue el de Carballo al 500, donde se descubrió la “cocina” de cocaína.
Los fiscales además le atribuyeron a la hija de la mujer el haber suscripto el contrato de locación temporario de este último departamento con el fin de ocultar la verdadera identidad del inquilino. Los hechos imputados fueron calificados como encubrimiento agravado por actuar con ánimo de lucro.
Los chats que las complican
Los fiscales expusieron el cruce de conversaciones telefónicas que demuestran el conocimiento que tenían ambas mujeres sobre la situación de Ortigoza. Una de ellas, extraídas del teléfono de Andrea, fue remitido el 6 de mayo de 2023 por Ortigoza: “Soy inteligente, por algo me dicen Spiderman, que me escapo de los edificios, no voy a saber poner eso, me extraña Andrea”.
El 29 de mayo de 2023 Andrea O. le remitió a Ortigoza un audio: “Escuchá, el de Puerto Norte es más caro. Te lo puedo dejar en 150. Mañana podrías ingresar… Con alguien con el documento. Tiene que ser una persona que hace un pequeño contratito. Esta chica, con un documento que esté bien, ¿Entendés? Que no tenga nada en el Google, que no vean que tiene ningún problema. A lo mejor la chica tuya y después vas vos. Ese va a estar libre”.
Los fiscales resaltaron que esa comunicación dejó en claro que se debía mantener a resguardo la identidad de Ortigoza porque una búsqueda de su nombre en Google hubiera permitido conocer que ya existían al menos dos notas periodísticas que lo mencionaban como prófugo del fuero federal de Córdoba.
También repasaron un mensaje remitido el 10 de junio de 2023 por Ortigoza: “Si te llegan a preguntar algún día donde estoy, no le digas a nadie, con eso no quiero saber nada”.
Ese mismo día el narco hizo referencia a su interlocutora, en otro mensaje, a una vivienda que no le agradaba: “El lugar donde me mandaste que te alquilé por dos días no me sirve, es feo, te digo la verdad, ese loft, son lugares feos, no quiero ir donde está quemado… ¿Vos me entendés lo que te quiero decir?”.
Veinte días después, Ortigoza volvió a escribirle a la mujer: “Te voy a ser honesto, no puedo ir a un lugar que esté re quemado, ¿entendés? Esos lofts que vos tenés en el barrio que me mandaste el otro día no voy ni loco, tiene que ser otro lugar, qué sé yo, como la casa esa de la esquina que me habías mandado vos… Era lindo lugar y estaba bien”.
La fiscalía puso de relieve un nuevo mensaje de Ortigoza enviado el 6 de julio de 2023, pues deja en evidencia que la acusada conocía su condición de prófugo: “Escuchá, Maxi. Borrá el mensaje. Yo también lo borro. A mí no me importa lo que cada uno hace, la vida de cada uno… Mientras no me traiga problemas, te entiendo perfecto y me parece bárbaro. Mientras me cumplas no hay problema… En cuanto a la otra casa que yo te ofrezco, es una persona conocida mía que no sabe de todas estas cosas. Se muere, se infarta. Así que quedate tranquilo que cero problema”.
Para reforzar la imputación, los fiscales expusieron los chats entre Andrea O. y el operador inmobiliario que le alquiló el departamento de avenida Carballo al 580 para que, supuestamente, lo ocupara su hija. En la audiencia se exhibió un contrato de locación donde la mujer aparece como locadora y su hija como locataria.
Ese documento establecía el 22 de junio de 2024 como fecha de ocupación. El agente inmobiliario consultó puntualmente si el departamento era para la hija y la mujer respondió afirmativamente, tras lo cual entregó copia de DNI y número de teléfono de Camila P.C.
Luego, en una comunicación, la principal acusada luego informó al agente que Camila no se sentía cómoda y que al departamento alquilado se había mudado su prima. De acuerdo con lo averiguado en la pesquisa, con el correr de los días el operador inmobiliario detectó que una pareja había ocupado el departamento y, en consecuencia, le pidió explicaciones a Andrea O., quien asumió que su hija no vivía más en el lugar.
En su declaración en el caso, el agente inmobiliario recordó que, sobre el final del contrato, como no se pagaban las expensas, Andrea le facilitó el contacto de Ortigoza, quien finalmente admitió que subalquilaba el departamento.