El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó este lunes el decreto que reglamenta la Ley de la Reciprocidad, con el objetivo de establecer las bases para que el país adopte contramedidas frente al anuncio del mandatario estadounidense Donald Trump de aumentar en un 50 % los aranceles a las importaciones de productos brasileños a partir del 1 de agosto.
La normativa, aprobada por el Congreso brasileño en mayo, faculta al Ejecutivo nacional para responder proporcionalmente a decisiones comerciales unilaterales que supongan barreras o restricciones para las exportaciones de Brasil. El decreto firmado por Lula da Silva detalla los procedimientos de protección económica que el Gobierno debe seguir en reciprocidad frente a medidas adoptadas por otros países o bloques económicos que afecten los intereses comerciales brasileños.
En el texto se establece que las respuestas de Brasil deberán ser proporcionales y consideradas caso a caso, dando prioridad en primera instancia a la vía diplomática. Las consultas estarán coordinadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que buscará alcanzar soluciones negociadas antes de proceder a la imposición de contramedidas.
El presidente estadounidense Donald Trump justificó el aumento de los aranceles aludiendo a un “elevado superávit” de Brasil en el comercio bilateral, así como al proceso judicial abierto contra el ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro, quien enfrenta una investigación relacionada con presuntos actos de golpismo tras las elecciones de 2022.
El ministro de la Presidencia de Brasil, Rui Costa, explicó que el decreto fue firmado este lunes para su publicación inmediata en el Diario Oficial el martes, fecha en la que el Gobierno mantendrá los primeros contactos con empresas exportadoras para analizar el impacto potencial de las medidas estadounidenses y preparar una respuesta coordinada. Costa sostuvo que la Ley de la Reciprocidad provee herramientas legales para que el Poder Ejecutivo “proteja al país cuando otros gobiernos adopten medidas unilaterales extemporáneas y extraordinarias que perjudiquen las exportaciones brasileñas”.
El Gobierno brasileño subrayó la necesidad de “reciprocidad”, un compromiso anunciado previamente por Lula da Silva en caso de que las negociaciones diplomáticas no logren evitar la implantación de los aranceles del 50 % anunciados por el Gobierno de Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump.
La agenda oficial contemplará este martes reuniones entre representantes del Ejecutivo, encabezados por el vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Geraldo Alckmin, y dirigentes de los principales sectores exportadores afectados. El objetivo será evaluar el impacto de la decisión de Estados Unidos, establecer prioridades y acordar estrategias de respuesta en el marco de la nueva ley.
La Ley de la Reciprocidad entrará en vigor como instrumento de defensa comercial y diplomática solo después del agotamiento de la vía negociadora. No obstante, en caso de que las conversaciones no resulten satisfactorias, el Ejecutivo podrá aplicar medidas equivalentes, tales como restricciones comerciales, suspensión de beneficios o aplicación de aranceles a productos estadounidenses.
El Gobierno brasileño argumentó que desde hace aproximadamente quince años Estados Unidos viene registrando balanzas comerciales favorables en la relación bilateral, por lo que la decisión de la Casa Blanca de imponer aranceles a los productos brasileños, según la administración de Lula da Silva, responde más bien a motivos políticos vinculados a la situación judicial de Bolsonaro y no a un desequilibrio del comercio.
En el año 2023, las exportaciones de Brasil hacia Estados Unidos representaron el 12 % del total, alcanzando los 40.300 millones de dólares. Paralelamente, las importaciones de bienes estadounidenses sumaron 40.500 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales recogidas por EFE. El robusto intercambio comercial entre ambos países sitúa a Estados Unidos como uno de los principales socios externos de Brasil, junto con los países integrantes del Mercosur y China.
En el transcurso de esta semana se espera la intensificación de los intercambios diplomáticos y sectoriales, con la mira puesta en evitar una escalada comercial y mitigar los efectos para los productores y exportadores nacionales. El Ejecutivo reiteró su disposición al diálogo mientras avanza en la preparación de posibles respuestas amparadas en el marco normativo recientemente aprobado.
(Con información de EFE)