El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, junto a Ricardo Lewandowski, ministro de Justicia de Brasil (REUTERS/Adriano Machado/Archivo)

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció este martes lo que calificó como una “decisión irresponsable” por parte del gobierno de Donald Trump tras la revocación de la visa estadounidense de su ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski. Según medios brasileños presentes en una reunión de gabinete celebrada en Brasilia, el mandatario expresó su solidaridad tanto con Lewandowski como con otros magistrados brasileños afectados por restricciones similares.

“Estas actitudes son inaceptables, no sólo contra el ministro Lewandowski, sino también contra magistrados del Tribunal Supremo o cualquier autoridad brasileña”, declaró Lula durante el encuentro transmitido en directo, en referencia también a otras restricciones impuestas anteriormente por Washington a miembros clave del poder judicial brasileño.

Hasta la noche del martes, el Departamento de Estado estadounidense no emitió ninguna respuesta oficial a las consultas realizadas sobre la revocación de la visa del ministro de Justicia ni de otras autoridades brasileñas. Según las informaciones difundidas, la decisión de Estados Unidos se produce en el marco de una serie de sanciones y restricciones que la administración de Donald Trump ha implementado en los últimos meses, principalmente en respuesta al proceso judicial por intento de golpe de Estado contra el ex presidente Jair Bolsonaro, quien gobernó el país entre 2019 y 2022.

Durante la reunión ministerial, Lula expresó públicamente su respaldo a Lewandowski y calificó la revocación como “una vergüenza para ellos, no para” el ministro. “Debería estar orgulloso de lo que ha hecho, que ha llevado a estos tipos a odiar tanto a Brasil”, agregó el mandatario. El jefe de Estado también hizo referencia a la última política estadounidense de incremento de aranceles, asegurando que Brasil no admitirá “insultos de nadie” y exhortó a sus ministros a defender la soberanía nacional de manera firme.

“Estamos dispuestos a sentarnos a la mesa en igualdad de condiciones. Lo que no estamos dispuestos es a que nos traten como si fuéramos subordinados. No aceptaremos eso de nadie. Es importante saber que nuestro compromiso es con el pueblo brasileño”, enfatizó Lula.

Imagen de archivo del presidente Donald Trump junto al ex mandatario Jair Bolsonaro (Alan Santos/AP)

En las últimas semanas, Washington retiró la visa y sancionó también al juez del Supremo, Alexandre de Moraes, quien está a cargo del proceso judicial por el intento de golpe contra Bolsonaro. Estas medidas incluyeron la aplicación de la denominada ley Magnitsky, que supone el bloqueo de activos en territorio estadounidense y la prohibición a ciudadanos o empresas de ese país de mantener relaciones comerciales con los funcionarios sancionados. Sin embargo, fuentes judiciales brasileñas aseguraron que Moraes no posee bienes en Estados Unidos.

El contexto de las sanciones estadounidenses incluye presiones ejercidas por figuras de la oposición brasileña radicadas en Estados Unidos, como Paulo Figueiredo y Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente. Según destaca la información, ambos lideran esfuerzos de lobby ante el ejecutivo estadounidense para lograr acciones más contundentes contra las autoridades judiciales de Brasil. Lula denunció estos hechos: “Es probablemente una de las peores traiciones que ha sufrido la patria”, afirmó durante la misma reunión, y apuntó directamente contra quienes, según sus palabras, “infunden mentiras e hipocresía en otro estado contra Brasil”.

Además de la cancelación de visas, la administración Trump impuso recientemente aranceles punitivos de hasta el 50% a variados productos brasileños, argumentando la existencia de una “caza de brujas” contra el ex presidente Bolsonaro y sus aliados. Bolsonaro se encuentra actualmente bajo prisión domiciliaria preventiva, acusado de conspiración y obstrucción de la justicia en el caso relacionado con el fallido intento de golpe de Estado en 2022. El Supremo Tribunal Federal de Brasil tiene previsto anunciar su veredicto definitivo sobre Bolsonaro a partir del próximo 2 de septiembre.

La escalada de tensiones se da en un contexto de fuerte polarización política, donde el bolsonarismo mantiene apoyo de sectores de la comunidad brasileña en Estados Unidos. En el transcurso de la última semana, la Policía Federal brasileña recomendó la imputación de Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo por supuesta obstrucción del proceso penal.

Durante la reunión referida, Lula y algunos de sus ministros lucieron gorras azules con el lema “Brasil es de los brasileños”, en lo que pareció ser un gesto simbólico de reafirmación nacionalista ante las presiones externas.

El retiro de los visados y la imposición de sanciones han puesto de manifiesto la compleja relación bilateral bajo la administración Trump, así como la defensa de la soberanía y la independencia judicial por parte del gobierno de Lula da Silva.

(Con información de AFP, EP y Reuters)