El dólar mayorista subió 18,2% desde la salida del

Luego de la licitación extraordinaria de bonos en pesos efectuada por el Tesoro el miércoles que elevó las tasas de interés, para absorber liquidez del sistema por $4,7 billones, el dólar volvió a operarse en alza, apenas por debajo de los $1.300 que había llegado a superar el martes.

La divisa al público terminó negociada con alza de 15 pesos o un 1,2% este jueves, a $1.290 para la venta en el Banco Nación. Hay que recordar que el billete minorista registró un reciente máximo de $1.300 al promediar la rueda del martes. El Banco Central informó que en las entidades financieras el dólar minorista promedió $1.289,98 para la venta y $1.243,26 para la compra.

En una rueda mayorista con importante volumen de USD 561,4 millones en el segmento de contado, el dólar de referencia para el comercio exterior aumentó 13 pesos o 1%, a 1.274 pesos. Gustavo Quintana, agente de PR Corredores de Cambio, comentó que “con solo una rueda por delante para terminar esta semana, el tipo de cambio mayorista acumula una suba de $12,50, contra un aumento de $21,50 registrado en la semana anterior”.

En varias ocasiones el presidente Javier Milei recalcó que el precio del dólar “flota” y por lo tanto no está atrasado, dado el esquema cambiario implementado con la Fase 3 del programa económico desde abril.

Es así que desde que el lunes 14 de abril el precio de la divisa empezó a fluctuar sin intervención oficial en el segmento de contado de la plaza mayorista, se observó una tendencia alcista moderada, a un mayor ritmo que el de la inflación, que acomodó la tasa de cambio ahora en un umbral próximo a los $1.300 que parece un nuevo nivel de equilibrio.

La intervención oficial de los últimos días -licitación de bonos en pesos y operaciones en el mercado de futuros- no buscó revertir esta tendencia, sino evitar un movimiento disruptivo que pueda golpear en el proceso de reducción de la inflación, una variable muy sensible para la ciudadanía a solo tres meses de las elecciones legislativas.

¿Está caro o barato el dólar? Una mirada con mayor perspectiva permite ver que en poco más de tres meses de una economía sin “cepo” viene dando resultados positivos en materia cambiaria.

La competitividad cambiaria mejoró. El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que mide el Banco Central aumentó en 13 puntos. El ITCRM se obtiene a partir de un “promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales de los principales socios comerciales del país. Se considera la evolución de los precios de las canastas de consumo representativas de los socios comerciales expresados en moneda local en relación con el valor de la canasta de consumo local, constituyéndose como una de las medidas amplias de competitividad (de tipo precio)”, según consigna la autoridad monetaria.

Evolución del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral desde la salida del cepo.

El ITCRM tiene un nivel de equilibrio teórico en los 100 puntos. Por encima de esa cifra puede considerarse que el peso está “depreciado” y, por lo tanto, la economía argentina es “barata” en dólares. Por ejemplo, en diciembre de 2023 llegó a superar los 150 puntos cuando la administración de Milei llevó al dólar a los 800 pesos.

Cuando el ITCRM está debajo de 100 unidades se dice que el peso está “apreciado” o que la economía está “cara” en dólares. En este sentido, el pasado 8 de abril, antes de la eliminación del “cepo”, el ITCRM tocó los 78 puntos, un piso desde diciembre de 2015, en el tramo final de la segunda presidencia de Cristina Kirchner.

Esos 78 puntos reflejaban unos 22 puntos de teórico “atraso” cambiario. Hoy el ITCRM avanzó a 91 puntos, una mejora de 13 puntos que están más cerca de los 100 puntos del equilibrio teórico que mejoran las condiciones para reducir el déficit de la cuenta corriente por el intercambio de bienes y servicios con el exterior.

También un mercado liberado benefició al sistema financiero, donde el stock de depósitos en dólares creció en casi USD 3.400 millones, la mayor parte de los cuales se contabiliza dentro de las reservas del Banco Central.

El pasado 14 de julio los depósitos del sector privado en moneda extranjera totalizaron USD 32.444 millones, el stock más grande desde el 3 de diciembre del año pasado, con un crecimiento de USD 3.396 millones o 11,7% desde el 11 de abril.

Un informe de Max Capital indicó que “la licitación expuso la urgencia en reaccionar del Gobierno, dejando en segundo plano los objetivos sobre M2 (agregados monetarios), al menos hasta que se alivie la presión sobre el tipo de cambio”. Y apuntó que “el objetivo fue absorber liquidez, argumentando que podría contaminar el proceso de desinflación. El principal disparador fue la depreciación de la moneda, lo que revela la preocupación del Gobierno por las implicancias del tipo de cambio en la dinámica inflacionaria. De hecho, el tipo de cambio alcanzando los $1.290 por dólar pareció activar las alarmas del BCRA, que también intervino con fuerza en el mercado de futuros locales. La suba de tasas y las intervenciones en futuros permitieron una baja hasta $1.261 ayer”.

“Hacia adelante, el Gobierno espera que la absorción estabilice el mercado monetario y alivie la presión sobre el tipo de cambio. Más adelante, sin embargo, creemos que las tasas deberían normalizarse hacia niveles reales más razonables, en un contexto de inflación algo más alta y tasas nominales más bajas, ya que los niveles reales actuales no son sostenibles por mucho tiempo”, consideró Max Capital.

El economista Gustavo Ber aportó que “el dólar puede verse inclinado inicialmente hacia pausa, y una etapa de mayor lateralización, a la espera de evaluar cómo seguirá el saldo cambiario a partir de mediados de la semana próxima. Ello se debe a que se anticipa un fuerte descenso en la liquidación de exportaciones, y dicha menor oferta de divisas dejará que sea demanda la que tendrá la última palabra, en especial a partir de la dinámica que pueda tener la histórica dolarización preelectoral”.

Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS, detalló que “el Tesoro captó $4,7 billones en una licitación fuera de calendario, con el objetivo de retirar pesos del sistema tras la extinción de las LEFI, donde los bancos colocaban liquidez corta. El ruido que hubo en las tasas llevó a esta licitación, en la que el Tesoro pagó una tasa más elevada que lo que venía haciendo, incluso por encima de lo operado en el mercado secundario. Esto, junto al aumento en posiciones abiertas en futuros de dólar en los últimos días -con incremento de volumen operado-, sugiere que el Gobierno sigue manteniendo como prioridad evitar sobresaltos nominales que vengan tanto por tipo de cambio o inflación”.