Los feligreses saludan al Papa Francisco mientras pasa en su papamóvil camino al centro de detención de menores Las Garzas de Pacora, en Panamá (AP Foto/Rebecca Blackwell)

Desde que asumió el pontificado en 2013, el papa Francisco, primer líder de la Iglesia Católica nacido en América Latina, ha recorrido la región con un mensaje de inclusión social, defensa de los más vulnerables y llamados a la paz. Desde su primer viaje a Brasil, en 2013, hasta su visita a Panamá en 2019, el pontífice ha abordado temas cruciales como la justicia social, la pobreza y la reconciliación, dirigiendo siempre su mensaje a los sectores más marginados.

Su presencia ha sido especialmente significativa en países como Colombia, donde respaldó el proceso de paz tras los acuerdos con las FARC, y en México, donde denunció la violencia del narcotráfico y la corrupción. Además, sus históricas visitas a Cuba y Estados Unidos en 2015 marcaron un hito en la diplomacia vaticana, consolidando su papel como mediador en el acercamiento que en ese momento protagonizaban ambos países.

A lo largo de estos viajes, Francisco también logró una conexión única con los fieles, congregando a millones en eventos como las Jornadas Mundiales de la Juventud en Brasil y Panamá. Sus discursos han trascendido lo religioso, abordando desafíos políticos y sociales de la región, con un enfoque en la necesidad de cambios estructurales y la defensa de los derechos humanos.

Sin embargo, hay un lugar que ha permanecido ausente en su agenda: Argentina, su país natal. A pesar de los rumores y las expectativas, el Papa no ha realizado una visita oficial a su tierra durante su pontificado. En varias ocasiones, señaló que su regreso estaba condicionado por la situación política y social del país, así como por otras prioridades de su liderazgo global.

Brasil (22-29 de julio de 2013)

Los fieles muestran una pancarta con la imagen del papa durante la misa en la playa de Copacabana (AFP)

El papa Francisco visitó Brasil en julio de 2013, en el que fue su primer viaje internacional tras ser elegido pontífice. La visita estuvo centrada en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, un evento que reunió a millones de fieles en la playa de Copacabana.

Durante su estadía, el pontífice recorrió la favela de Varginha, donde dirigió un mensaje a los sectores más vulnerables. “No están solos, el Papa está con ustedes”, dijo. Y agregó: “No dejemos entrar a nuestro corazón la cultura de lo descartable. Ninguno es descartable, todos somos hermanos».

También visitó el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida y el hospital de San Francisco de Asís, donde destacó la labor de quienes atienden a enfermos y marginados.

Fue un viaje para, en sus palabras, “encontrarse con los jóvenes”. A bordo del avión que lo llevaba a Brasil, el Papa dijo a los periodistas que el mundo se arriesga a perder una generación de jóvenes por culpa del desempleo e instó por una cultura de mayor inclusión: “La crisis mundial no está tratando bien a la gente joven. Estamos corriendo el riesgo de tener una generación que no trabaja. Del trabajo viene la dignidad de una persona”.

En su discurso de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud, ante unos tres millones de fieles, instó a los jóvenes a no temer comprometerse con la fe.

Ecuador, Bolivia y Paraguay (6-12 de julio de 2015)

El 5 de julio de 2015 el papa Francisco llegó a Quito (Ecuador), en la primera parada de una gira por Latinoamérica que lo llevó también a Bolivia y Paraguay (EFE/José Jácome)

En su segundo viaje a América Latina y el noveno al exterior, el papa Francisco visitó Ecuador, Bolivia y Paraguay, en una gira marcada por discursos de fuerte contenido social y político. A lo largo de su recorrido, el pontífice abordó temas como la pobreza, la corrupción y la necesidad de un cambio estructural en la economía y la sociedad.

En Ecuador, Francisco tuvo encuentros con fieles y autoridades, destacando la importancia del diálogo y la unidad. En Bolivia, se dirigió a los movimientos populares con un llamado a transformar las estructuras económicas y sociales: “Un cambio es necesario por el bien de los pobres y de la tierra”. Su mensaje tuvo repercusiones políticas, ya que algunos interpretaron sus palabras como un distanciamiento de los gobiernos de izquierda de ese momento en la región.

En Paraguay, el papa cerró su gira con un enérgico discurso ante representantes de la sociedad civil, en el que advirtió sobre los peligros de los dogmatismos políticos: “Las ideologías siempre acaban en dictaduras. Piensan por el pueblo, no lo dejan pensar”. También instó a los jóvenes a comprometerse con la fe y la transformación social: “Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen”.

Cuba y EEUU (19-27 septiembre 2015)

El papa Francisco junto a Fidel Casto. (AP/archivo)

El viaje apostólico del Papa Francisco a Cuba y Estados Unidos, realizado entre el 19 y el 27 de septiembre de 2015, marcó un hito en la diplomacia vaticana. La visita a la isla caribeña tuvo lugar en un momento de acercamiento entre Washington y La Habana, un proceso en el que el pontífice tuvo un papel clave como mediador. En su discurso de bienvenida, Francisco instó a Cuba a transitar por los caminos de “justicia, paz, libertad y reconciliación”, destacando la importancia del diálogo para superar décadas de tensiones políticas. Durante su estancia en el país, se reunió con el dictador Fidel Castro y visitó el Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago, donde decretó el Jubileo de la Misericordia.

El papa Francisco junto al ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama

En su paso por Estados Unidos, el Papa se convirtió en el primer pontífice en dirigirse al Congreso estadounidense, donde abordó temas como la crisis migratoria, la pena de muerte y la responsabilidad de los líderes políticos en la construcción de un mundo más justo. “Construir un futuro de libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de subsidiaridad y solidaridad”, dijo Francisco ante los legisladores. En Nueva York, habló ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y reiteró su llamado a la cooperación internacional para enfrentar el cambio climático y reducir las desigualdades económicas. Durante su discurso ante la ONU, el Papa afirmó: “El poder tecnológico en manos de ideologías nacionalistas o falsamente universales es capaz de producir tremendas atrocidades” y añadió que “hay que evitar todo tipo de abuso con los países en vías de desarrollo. Los organismos no deben tener una misión asfixiante hacia ellos. Lejos de promover el progreso, someten a las naciones a un sistema de mayor pobreza y dependencia”.

La visita culminó en Filadelfia, donde presidió el Encuentro Mundial de las Familias, un evento que congregó a miles de fieles. Allí, el Papa destacó el papel central de la familia en la sociedad y abogó por su fortalecimiento en medio de los desafíos contemporáneos. Durante su recorrido, Francisco fue recibido por multitudes en cada ciudad, reflejando el impacto de su mensaje tanto en Cuba como en Estados Unidos.

México (12-18 febrero 2016)

Francisco en el papamóvil con un gorro de mariachi durante su viaje a México (Reuters)

El 12 de febrero de 2016, el papa Francisco inició su XII Viaje apostólico, comenzando con una escala en Cuba, donde se reunió con el patriarca ortodoxo ruso Cirilo I en un histórico encuentro. Este fue el primer diálogo entre los líderes de la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rusa desde el cisma de 1054. La reunión, que duró dos horas, tuvo lugar en un territorio neutral, en el aeropuerto de La Habana, con el objetivo de dialogar sobre cuestiones religiosas y de unidad. Posteriormente, Francisco continuó su viaje hacia México, donde llegó por la noche, recibiendo una cálida bienvenida de miles de fieles.

El Papa Francisco (izq) y el patriarca ortodoxo ruso Cirilo tras su reunión en La Habana, Cuba. (REUTERS/Alejandro Ernesto)

En México, el papa realizó una serie de eventos públicos en varias entidades del país, incluidos Ciudad de México, Chiapas y Chihuahua. Uno de los puntos centrales de su visita fue la Basílica de Guadalupe, donde rindió homenaje a la Virgen de Guadalupe, patrona del país. El Papa ofreció un mensaje de paz y justicia social, enfocándose en los problemas que afectan a la sociedad mexicana, como el narcotráfico, la pobreza y la corrupción. En su discurso al presidente mexicano Enrique Peña Nieto, Francisco subrayó que “el camino del privilegio fomenta la corrupción y el narcotráfico”, y que los líderes deben garantizar que todos los ciudadanos puedan ser “dignos actores de su propio destino”.

Además de su encuentro con el presidente Peña Nieto, el papa participó en una misa en la Basílica de Guadalupe y visitó varias zonas afectadas por la violencia narco, incluyendo Chiapas, Michoacán y Ciudad Juárez. En Chiapas, el papa destacó las condiciones de vida de los más pobres y se refirió a la migración como un tema crucial. En Michoacán, donde el narcotráfico ha generado altos niveles de violencia, Francisco se comprometió a seguir luchando contra las injusticias y ofreció un mensaje de esperanza a los jóvenes mexicanos.

 Francisco durante la misa en Ciudad Juárez (Reuters)

A lo largo de su visita, el Papa también se reunió con varios sectores de la sociedad mexicana, incluidos sacerdotes, trabajadores, migrantes y presos. Su gira por México concluyó con una misa en Ciudad Juárez, en la que pidió por los migrantes que cruzan la frontera hacia Estados Unidos, y ofreció un mensaje de paz y reconciliación para toda la región. El Papa dejó claro que su visita no solo buscaba reforzar la fe católica, sino también llamar la atención sobre los problemas sociales que afectan a muchos mexicanos, en un país marcado por la violencia y la desigualdad.

Colombia (6-11 septiembre 2017)

El papa Francisco recibido por el entonces presidente colombiano Juan Manuel Santos en Bogotá (Archivo)

El papa Francisco visitó Colombia del 6 al 11 de septiembre de 2017, con el objetivo de apoyar el proceso de reconciliación tras los acuerdos de paz con las FARC. Durante su estancia, el pontífice visitó Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, donde celebró cuatro misas campales y beatificó a los mártires colombianos Pedro María Ramírez Ramos y Jesús Emilio Jaramillo Monsalve.

En su llegada a Bogotá, Francisco se reunió con el presidente Juan Manuel Santos y expresó su apoyo a los esfuerzos por poner fin a la violencia armada. El Papa destacó que la búsqueda de la paz es un proceso continuo que debe estar basado en la equidad y el respeto a los más vulnerables. “Los pasos dados hacen crecer la esperanza”, dijo Francisco, quien también enfatizó la necesidad de evitar la tentación de la venganza.

En su última misa en el parque Simón Bolívar, ante más de 600.000 personas, Francisco reafirmó su mensaje de esperanza, asegurando a los colombianos que no están solos en su lucha por la paz y la justicia.

Chile y Perú (15-21 enero 2018)

Francisco junto a la entonces presidenta chilena Michelle Bachelet (Reuters)

El papa Francisco visitó Chile y Perú entre el 15 y el 21 de enero de 2018, en un viaje marcado por controversias, protestas y celebraciones multitudinarias. La visita a Chile comenzó en Santiago, donde el Papa fue recibido por las autoridades nacionales. En su primer día, visitó la tumba de Mons. Enrique Alvear, conocido como “el Obispo de los Pobres”, y luego se reunió con la presidenta Michelle Bachelet, con quien discutió la importancia de un progreso solidario para el país. En su discurso, Francisco también expresó “vergüenza” por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Chile. Más tarde, presidió una misa solemne por la paz en el Parque O’Higgins, donde destacó que la paz es una tarea de todos.

La controversia en Chile estuvo centrada en sus comentarios sobre el caso del sacerdote Fernando Karadima, en particular su defensa del obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos de Karadima. Francisco aseguró: “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar (…) No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia.” Estas declaraciones fueron mal recibidas por las víctimas de Karadima y generaron una serie de protestas durante su visita, en la que la participación de los fieles fue menor a la esperada. Sin embargo, semanas después, el Papa se retractó y ordenó una nueva investigación, lo que resultó en la salida de Barros y otros obispos.

En Perú, el Papa continuó su gira, donde realizó una parada en Lima para recibir las llaves de la ciudad. En su visita a Puerto Maldonado, se encontró con los pueblos originarios amazónicos, mientras que en Trujillo celebró una misa en la playa de Huanchaco, con miles de personas presentes. Francisco también se reunió con el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski en Palacio de Gobierno y celebró una multitudinaria misa en la Base Aérea Las Palmas, con una asistencia estimada en más de un millón de personas.

Panamá (23-27 enero 2019)

El papa al despedirse de Panamá (REUTERS/Henry Romero)

Francisco visitó Panamá del 23 al 27 de enero de 2019 para participar en la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento que reunió a miles de jóvenes de todo el mundo. Durante su estancia, el Pontífice celebró diversas actividades, destacando la misa de dedicación del altar de la Catedral Basílica de Santa María la Antigua, en la que estuvieron presentes sacerdotes, religiosos y miembros de movimientos laicales.

A lo largo de su visita, el Papa destacó la importancia de la unidad y la fraternidad entre los jóvenes de diferentes países, reiterando el mensaje de la JMJ: la cultura del encuentro, uniendo a los jóvenes a través de su fe compartida.

Son maestros de la cultura del encuentro», dijo durante la celebración. “La fuerza de la JMJ es la capacidad de encontrarnos hermanos aunque seamos de muchos países, gracias a Alguien que nos une”.